A menos de un año para los comicios presidenciales de EE. UU., la inflación, el manejo de la guerra en Israel y la edad del presidente ponen en jaque la continuidad del partido en el poder. El magnate podría despachar de nuevo en la Oficina Oval
La guerra condiciona la intención del voto
De los 15 aspirantes a la presidencia de Estados Unidos —cuatro demócratas, ocho republicanos y tres independientes o de otro partido— el actual mandatario, Joe Biden, y su predecesor, Donald Trump, marchan a la vanguardia de sus respectivos bandos y se perfilan para una eventual revancha en las elecciones de 2024.
El demócrata apuesta por el éxito de su modelo económico —el Bidenomics— que ha logrado bajar a niveles históricos la tasa de desempleo en un país carcomido por la inflación. Sin embargo, su apoyo incondicional a Israel no agrada a la sociedad estadounidense que, además, pone en duda su capacidad para llevar las riendas del país, por otro período, cuando ya sobrepasa los 80 años de edad.
«Cuando me presenté a presidente hace cuatro años, dije que estábamos en una batalla por el alma de América. Y todavía lo estamos. La cuestión a la que nos enfrentamos es si en los próximos años tendremos más o menos libertad, más o menos derechos».
Joe Biden, presidente de Estados Unidos
Cuestionado sobre este último punto, contestó: «Es legítimo que la gente pregunte sobre mi edad. Es la misma pregunta que me hicieron cuando tenía 29 años (fue elegido senador con esa edad), si tenía la edad suficiente para el puesto. Espero poder demostrar que con la edad viene la sabiduría y la experiencia que permite hacer las cosas mucho mejor».
«Joe Biden y el Congreso demócrata crearon la inflación más fuerte en décadas. (…) La inflación y las altas tasas de interés que Biden creó provocaron una crisis bancaria, un desastre de proporciones históricas».
Donald Trump, expresidente de Estados Unidos
El republicano, por su parte, lidia con un sinfín de cargos penales en su contra, distribuidos por varios estados del país. Sin embargo, ha logrado capitalizar el descontento ciudadano y ahora busca convencer a los votantes de que Estados Unidos necesita un líder con energía y mano dura. De recuperar su puesto en la Casa Blanca, Donald Trump haría historia al convertirse en el segundo presidente estadounidense en tener dos mandatos no consecutivos. El anterior fue Stephen Grover Cleveland, (1885-1889 y 1893-1897).
Una encuesta realizada el 19 de noviembre por la cadena de televisión NBC, mostraba a Biden dos puntos porcentuales por debajo de Trump, con 44% y 46% respectivamente. Dos meses antes, ambos aspirantes aparecían empatados con 44%, y en junio, el demócrata marchaba por delante por cuatro puntos (49% a 45%).
Bidenomics
Cuando el 28 de junio, en Chicago, Biden presentó su proyecto Bidenomics, el mandatario afirmó que sus reformas debían «restaurar el sueño americano» y dejaba en claro que la economía sería el centro de su campaña electoral. Un paso arriesgado en un país sacudido por altas tasas de interés y una inflación galopante.
El mandatario estadounidense definió tres ejes fundamentales: inversiones inteligentes, fortalecer a la clase media mediante la educación, y ayudar a las pequeñas y medianas empresas para reforzar la competencia. «Bidenomics se trata de asegurarnos de que construimos una economía que no deje a nadie atrás. El presidente está asegurándose, una vez más, de que construyamos una economía desde abajo hacia arriba. Desde el medio», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, al explicar la política económica del Gobierno.
Sin embargo, tras dos años de fuerte inflación, los estadounidenses no están muy entusiasmados con estas propuestas. El paquete de estímulo de 1.9 mil millones de dólares aprobado por los demócratas en marzo de 2021 ayudó a impulsar la recuperación del mercado laboral —la tasa de desempleo cayó al 3.4%, igualando el nivel más bajo desde la década de 1950—, pero también es una de las razones por las que ha subido el costo de la vida. Mientras tanto, el fantasma de la recesión sigue rondando las finanzas del país. Una amenaza que los analistas más escépticos esperan que se materialice antes de las elecciones. De suceder, sería un golpe mortal para las aspiraciones presidenciales de Biden.
Otro inconveniente del Bidenomics es que sus logros no serán inmediatos. De presentarse, posiblemente se verán reflejados después de la asistencia a las urnas. Por ejemplo, la Ley CHIPS y de Ciencia y la Ley de Reducción de la Inflación, ambas firmadas por Biden el año pasado, han estimulado un auge en la construcción de fábricas, pero algunas de esas nuevas plantas no entrarán en funcionamiento hasta dentro de unos años. La construcción de carreteras y puentes ha aumentado gracias a la ley de infraestructuras de 2022, pero el gasto de ese fondo no alcanzará su máximo hasta 2026.
El Comité Nacional Republicano expuso en un comunicado que las Bidenomics están «fracasando», citando datos de encuestas que muestran la mala opinión de los estadounidenses sobre la economía y destacando los efectos de la inflación sobre los salarios y los ahorros. Según una encuesta de junio de The Economist/YouGov, seis de cada diez estadounidenses desaprueban la forma en que Biden ha gestionado la inflación y los precios, mientras que cerca de la mitad le otorga malas notas en materia de empleo y economía en general.
El expresidente Donald Trump ha hecho buen acopio de las aguas turbulentas para sacar provecho y atacar a su oponente. «Joe Biden y el Congreso demócrata crearon la inflación más fuerte en décadas. (…) La inflación y las altas tasas de interés que Biden creó provocaron una crisis bancaria, un desastre de proporciones históricas», acusó el magnate neoyorkino.
Trump: el regreso
El regreso de Donald Trump a la contienda por la presidencia de Estados Unidos no pudo haber sucedido de otra forma: pletórico de drama y escándalos. Algo a lo que está muy acostumbrado el magnate neoyorkino y que suele generarle réditos. Esta vez no parece ser diferente. A pesar de los problemas legales que enfrenta, el exmandatario se perfila como líder entre los votantes del partido republicano.
Trump fue imputado de 13 cargos por un gran jurado de Georgia por haber intentado manipular los resultados de las elecciones de 2020 en el estado, donde Biden ganó por un estrecho margen. Entre los delitos que se le acusan está el de violar la ley RICO (por sus siglas en inglés), utilizada habitualmente contra capos de la mafia, que le podría acarrear varios años de prisión si se demuestra durante el juicio.
En Washington enfrenta otros cuatro cargos por supuestamente intentar revertir el resultado de los comicios en EE.UU. de 2020 y alentar el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. En Nueva York, se le procesa por los pagos a la actriz porno Stormy Daniels, con la que tuvo un affaire en el pasado, y trató de comprar su silencio durante la campaña electoral de 2016. Otra causa penal sigue activa en Florida, donde se le acusa de sustraer y mantener ilegalmente en su mansión de Mar-a-Lago documentos clasificados que sacó de la Casa Blanca.
Sin embargo, el 17 de noviembre, una jueza del estado de Colorado dictaminó que, si bien el exmandatario «participó en una insurrección», eso no le impide aparecer en las papeletas de las elecciones presidenciales de 2024. Según la magistrada, la prohibición de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que establece que los funcionarios que han participado en una «insurrección» quedan inhabilitados para ocupar cargos públicos en el futuro, no aplica a los presidentes. El fallo se produjo después de que tribunales de Michigan y Minnesota rechazaron los intentos de mantener a Trump fuera de las elecciones primarias presidenciales de dichos estados.
Fiel a su política migratoria dura, el republicano ya estuvo de visita en Texas el 19 de noviembre —donde recibió el respaldo de un viejo amigo, el gobernador Greg Abbott— y dijo que la mayor parte de las tecnologías que no sean muros o vehículos, eventualmente se volverá obsoleta. «Lo único que necesitamos son muros. Y funcionaron», aseguró. De volver a la presidencia, su plan incluye levantar más de estos a lo largo de la frontera.
Factor hispano
El alto nivel de inflación y el mal estado de la economía impacta en el entusiasmo de los latinos residentes en Estados Unidos que comienzan a ver en las propuestas republicanas un asidero que los salve de la situación económica actual. La estrategia del Bidenomics, perfilada para obtener resultados a largo plazo, no cuenta con la aprobación de una comunidad que ha demostrado ser vital para las aspiraciones de cualquier candidato a ocupar la Casa Blanca. Basta recordar que en noviembre de 2022, durante las elecciones de medio término, 34.5 millones de latinos acudieron a las urnas, lo que los convierte en el colectivo de origen extranjero que más crece en el electorado estadounidense. El número de hispanos que pueden votar aumentó 4.7 millones desde 2018.
En estados claves como Nevada, Georgia, Arizona, Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que consolidaron el triunfo de Biden en 2021, el 50% de los latinos dijo que votaría por él en 2024, una disminución de, al menos, 10 puntos porcentuales si se compara con más del 60% que aseguró lo mismo en 2020. Una encuesta del The New York Times/Siena College predice que el próximo año Trump triunfaría en cinco de esos seis estados, considerados «bisagras» porque oscilan entre los dos bandos. Solo Wisconsin volvería a apoyar al demócrata.
Acorde a la misma encuesta, que se realizó por teléfono a 3 mil 662 votantes registrados entre el 22 de octubre y el 3 de noviembre, 67% de ellos considera que el país va en la dirección equivocada, el 59% desaprueba la forma en que el líder demócrata desempeña su cargo y un 71% está de acuerdo con la idea de que a sus 80 años «es demasiado mayor para ser un presidente eficaz».
El Partido Demócrata ha invertido 25 millones de dólares en publicidad destinada especialmente a atraer el voto hispano y afroestadounidense. Además, puso en marcha una campaña propagandística de 16 semanas que incluye medios tradicionales de comunicación y medios digitales como Instagram y YouTube. El spot televisivo «La diferencia» abunda en las ventajas que trae el Gobierno demócrata para esta comunidad. Otro anuncio, titulado «For Us» (Por Nosotros) es el primero de esta administración que se transmite en «espanglish» y destaca el alivio de la deuda estudiantil y cómo la creación de empleos y las inversiones en pequeños negocios benefician a los hispanos.
Yanira Merino, la primera mujer inmigrante indocumentada en liderar el Consejo Laboral para el Avance de América Latina (LCLAA), considera que el pueblo latino es el gigante dormido. «Sería lindo que sólo nos tocara despertar a ese gigante. Pero a ese gigante no solo hay que despertarlo, hay que prepararlo para que entienda por dónde va a caminar. Para que haga valer sus derechos», reflexiona. E4
Aspirantes a las elecciones presidenciales de EE. UU. 2024
Nombre | Perfil |
---|---|
Demócratas | |
Joe Biden | Actual presidente de EE. UU. |
Marianne Williamson | Autora de autoayuda y exasesora de Oprah Winfrey. |
Cenk Uygur | Creador del programa de debate progresista The Young Turks. |
Dean Phillips | Heredero de un negocio de licores de Minnesota y exdirector de la empresa de helados Talenti. |
Republicanos | |
Donald Trump | Expresidente de EE. UU. |
Nikki Haley | Exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante las Naciones Unidas durante el gobierno de Trump. |
Vivek Ramaswamy | Empresario multimillonario y escritor. |
Asa Hutchinson | Dos veces gobernador de Arkansas. |
Ryan Binkley | Presidente de una empresa de fusiones y adquisiciones y pastor de una iglesia en Texas. |
Ron DeSantis | Gobernador de Florida. |
Chris Christie | Exgobernador de Nueva Jersey. |
Doug Burgum | Gobernador de Dakota del Norte. |
Independientes y otros partidos | |
Robert F. Kennedy Jr. | Sobrino del expresidente John F. Kennedy, y conocido activista antivacunas. |
Cornel West | Profesor de filosofía en el Union Theological Seminary. |
Jill Stein | Médica, profesora, representante del Partido Verde. |
La guerra condiciona la intención del voto
Estudiantes, judíos y musulmanes de Estados Unidos presionan para lograr un alto el fuego definitivo
El 4 de noviembre, decenas de miles de manifestantes desfilaron con pancartas y consignas antes las puertas de la Casa Blanca para expresar su descontento por la posición del Gobierno de Joe Biden en relación con la guerra entre Israel y Palestina. El apoyo incondicional del demócrata al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no es bien visto por los estadounidenses.
Las protestas son más fuertes en el seno de las universidades, donde los jóvenes exigen un cese al fuego. El 16 de noviembre, en la Universidad de Yale, una de las más importantes de Estados Unidos, se desplegó una manta con la frase «Judíos por un cese al fuego» para demandar a los administradores que promovieran una actitud pacifista. Más al norte, en Cambridge, estudiantes judíos concluyeron una ocupación de 24 horas en el centro del campus de la Universidad de Harvard, con la misma demanda que su contraparte en Yale.
«En medio del horror de este momento, un movimiento está surgiendo entre judíos estadunidenses jóvenes. Está basado sobre un principio simple: los judíos israelíes nunca estarán verdaderamente seguros si sus vecinos palestinos no están seguros y libres», escribió Peter Beinart, columnista de The New York Times.
En otro frente, el Consejo Nacional Musulmán Democrático (NMDC, por sus siglas en inglés) envió una carta abierta donde exige a Biden que use su influencia con Israel para negociar el fin de las hostilidades. De no hacerlo, el grupo de defensa amenazó con movilizar a millones de votantes musulmanes para retener donaciones y votos para la campaña de reelección de Biden en 2024.
«Sabemos con certeza que nuestra comunidad marcará la diferencia en los estados en disputa», dijo el presidente del consejo, Basim Elkarra. «Los líderes del Partido Demócrata están prestando atención, tienen miedo de lo que está sucediendo y están enviando mensajes a la Casa Blanca de que esto perjudicará sus posibilidades en 2024», resaltó. E4
Tendencia electorales
Noviembre
- Joe Biden 44%
- Donald Trump 46%
Septiembre
- Joe Biden 46%
- Donald Trump 46%
Junio
- Joe Biden 49%
- Donald Trump 45%