Jugar con fuego

Más de 3 mil 550 hectáreas devastadas, 70 familias remitidas a albergues, al menos 23 viviendas calcinadas y un período vacacional que verá mermados sus ingresos por las restricciones al turismo en la zona serrana de Arteaga, primeras consecuencias de la conflagración en La Pinalosa

Obispo de Saltillo celebra misa en zona siniestrada

Los incendios forestales siguen ensañándose con particular encono en las sierras de Coahuila, aunque tampoco dejan de constituir un peligro en otras regiones de México donde la laxitud de las autoridades para establecer y hacer cumplir acciones preventivas, de mano con la negligencia de turistas —o de los propios lugareños— terminan por causar siniestros de consideración que arrasan con la flora y fauna del lugar, incineran propiedades, ponen en peligro la vida de sus habitantes y siempre terminan generando gravosas facturas a las dependencias que combaten las llamas y sus estados.

Tan solo el 17 de marzo, la Comisión Nacional Forestal reportó 41 incendios activos en 16 entidades que afectaban —en ese momento— alrededor de 4 mil hectáreas. De ellos, ocho tenían lugar en Áreas Naturales Protegidas como el sitio sagrado natural Wirikuta, en Villa de Guadalupe, en San Luis Potosí; en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, en San José del Rincón, en el estado de México; en el Corredor Biológico Chichinautzin, en Huitzilac, Morelos; así como en la Reserva de la Biosfera-La Sepultura, en Jiquipilas y en el Parque Nacional Cañón del Sumidero, Chiapa de Corzo, en Chiapas.

El mismo organismo resume que México padeció mil 684 incendios forestales del 1 de enero al 11 de marzo, con una afectación total de 29 mil 559 hectáreas, la tercera superficie más extensa en una década.

Sin embargo, ninguno alcanzó las proporciones del que surgió en La Pinalosa, Cañón de Rancho Nuevo, en la sierra del municipio de Arteaga, y que se extendió hasta la sierra de Santiago, en Nuevo León. Sus columnas de humo resultaron ampliamente visibles en Saltillo y Monterrey.

En Coahuila, al menos 447 brigadistas participaron en las labores de extinción y contención del fuego, así como en la salvaguarda de los ejidatarios y sus familias. Múltiples dependencias y organizaciones se sumaron a esta tarea para brindar, además de personal, conocimientos, recursos materiales y apoyo logístico. Allí estuvieron la CONANP, BR Lirios, PC Arteaga, CONAFOR, CRMF, SMA, bomberos, Fuerza Civil, PC Estado, Amigos de la Sierra, Brigada Rural Piedra Blanca y Brigada de Múzquiz, además de voluntarios. No faltaron elementos de la Secretaría de Salud, por si alguien salía lesionado, y el gobernador, Miguel Riquelme Solís, agradeció especialmente el apoyo del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional.

Sin embargo, aun con la asistencia de casi medio millar de personas, 71 vehículos en tierra, 6 bulldozer, varios helicópteros y un avión DC-10, tras 14 días de trabajo continuo más de 3 mil 550 hectáreas habían sido consumidas por las llamas. La titular de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado, Eglantina Canales Gutiérrez, informó que se tenía controlado un 85% del siniestro y 75% había sido completamente liquidada. El incendio en la Sierra de Santiago, Nuevo León, por su parte, mostraba 80% de contención, pero había devastado 8 mil 500 hectáreas (La Jornada, 30.03.21). En cambio, Bocanegra, Carbonera y Carneros reportaban de 90 a 100% de extinción.

«Vamos a seguir ayudando al gobierno de Coahuila, a los gobiernos municipales, tanto de Coahuila como de Nuevo León».

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México

El fenómeno terminó por llegar a oídos del presidente Andrés Manuel López Obrador que aprovechó su visita a Torreón —donde daría inicio a las obras del proyecto Agua Saludable para la Laguna— para manifestar su apoyo a las labores de combate de los brigadistas.

«Desde que inició el incendio en Arteaga, el gobierno federal ha estado presente, nueve instituciones del gobierno federal, fundamentalmente la Secretaría de la Defensa Nacional; hay elementos suficientes, hay equipo, hay helicópteros, y vamos a seguir apoyando hasta apagar ese incendio. Vamos a seguir ayudando al gobierno de Coahuila, a los gobiernos municipales, tanto de Coahuila como de Nuevo León» (Televisa.NEWS 27.03.21), declaró el presidente.

Llaman a la caballería

Tras más de una semana combatiendo las llamas en Arteaga, las autoridades de Coahuila optaron por solicitar refuerzos y para ello contrataron, el 26 de marzo, una aeronave DC-10 con capacidad para almacenar hasta 45 mil litros de agua o retardante, los cuales se expulsan en menos de 10 segundos sobre una superficie de 1.5 kilómetros de largo por 50 metros de ancho aproximadamente.

El avión fue contratado por 30 horas a la empresa 10 TANK, a un costo superior a un millón de dólares. El gobernador Miguel Riquelme Solís explicó que la nave se prepara en Laredo, Texas, con una mezcla de agua y solución retardante que se utiliza específicamente para evitar la propagación continua del fuego, y de allí hace los vuelos necesarios sobre la sierra, en una operación que requiere de mucha habilidad y coordinación.

«El avión carga en Laredo, viene y descarga directamente a la Pinalosa y se regresa. La mezcla es compleja, la que hacen ellos sirve de retardador. Son químicos que tienen también mucha capacidad de apoyo y en ese sentido se hará toda la recarga en Laredo y posteriormente se hará la descarga en Coahuila, para que ellos regresen a recargar y realizar varias descargas en el transcurso del día», concluyó (MNIA, 26.03.21).

Con anticipación, directivos de la empresa 10 TANK, propietaria de la aeronave, fueron trasladados al campamento de operaciones del siniestro para supervisar el área y elaborar el plan de maniobras. Todo el tiempo los acompañó el director de Aeronáutica del Gobierno del Estado, Carlos Alberto Porter Cabrera.

La empresa 10 TANK Albuquerque, Nuevo México, y es considerada líder en el sector de combate a incendios mediante el uso de aeronave con ala fija. Cuenta con casi 20 años de experiencia y ha participado en 3 mil 657 misiones durante 710 incendios forestales. Registran operaciones en 14 estados de la Unión Americana y dos países más fuera del territorio norteamericano.

Sin embargo, ni la experiencia del personal 10 TANK ni las excepcionales condiciones de la aeronave lograron que los vuelos previstos para el sábado 27 de marzo se realizaran porque no se completó un trámite burocrático. Y tampoco fue posible el domingo siguiente porque la nubosidad resultó ser demasiado densa e impedía la correcta visualización de las zonas en llamas. Hubo que esperar al tercer día para que el DC-10 llevara a cabo sus labores. La aeronave hizo siete descargas en territorio coahuilense y luego dos en Nuevo León.

Afectaciones múltiples

La magnitud del desastre provocó que el 25 de marzo el Gobierno de Coahuila emitiera una declaratoria de emergencia para Arteaga. Al menos mil personas resultaron afectadas y 23 viviendas fueron totalmente consumidas por el fuego. De tres comunidades —San José de Boquillas, Rancho Nuevo y El Baratillo— 70 familias tuvieron que ser evacuadas y se brindó atención a otras 120 de San Rafael, El Alto, El Letrero, Lirios y La Escondida. A quienes todavía permanecen en albergues o con familiares, el gobierno los apoya con la entrega de alimentos.

Sin embargo, no se trata únicamente de las afectaciones directas a los pobladores y la devastación de las tierras. Un incendio forestal trae consigo otros perjuicios difíciles de percibir. En términos económicos, la pérdida de productos forestales merma el potencial comercial. Se reduce el valor recreativo de las zonas siniestradas. La destrucción de volúmenes de madera impacta en el patrimonio de los propietarios. Sin contar, además, los costos del combate de incendios que incluye la manutención de los brigadistas, inversión en recursos materiales, contratación de maquinaria pesada y aeronaves. Sin olvidar, el desembolso que requerirán las futuras obras de reforestación y rehabilitación.

Algunos de estos impactos negativos tienen efecto inmediato. Para Semana Santa, el gobernador Miguel Riquelme adelantó que se implementará una estrategia de movilidad porque está prohibido el ingreso a la zona siniestrada. Esto disminuirá la afluencia de público pues solo se permitirá acceder a regiones de la sierra que no fueron afectadas por el fuego ni cuentan con posibilidades de ser alcanzadas por las llamas que siguen activas.

Todo ello se podría evitar si las autoridades invirtieran los recursos necesarios en materia de prevención y capacitación, asignando zonas de explotación turística, equipos de vigilancia y entrenamiento adecuado para el personal encargado de preservar las zonas ecológicas.

¿Negligencia o premeditación?

Las causas del incendio en La Pinalosa siguen siendo parte de una investigación que apenas da sus primeros pasos. Inicialmente, las autoridades manejaron la hipótesis de posibles motivos naturales, quizás un rayo; luego, a partir de un audio que comenzó a circular por Internet, se manejó la posibilidad de que haya sido consecuencia de un error humano y, recientemente, un trabajo periodístico deja abierta la conjetura de un plan, elaborado con intereses mercantiles, para abaratar el costo de la tierra en ese sector. Ninguna de las tres, hasta la fecha, ha sido confirmada.

La primera de las opciones fue acogida con recelo por parte de los lugareños pues, a partir de la experiencia acumulada por años, es conocido que muy pocos incendios en la sierra son provocados por causas naturales.

La segunda, en cambio, despertó el interés de la sociedad y de las autoridades. La publicación en redes sociales de una grabación donde se escucha a un poblador de Arteaga asegurar que el fuego inició por cenizas de una carne asada se viralizó rápidamente.

Luego que peritos acudieron al lugar para obtener evidencias, la Fiscalía General de Coahuila anunció que se localizaron tres viviendas con evidencia del fuego y una de ellas fue señalada como el lugar en que iniciaron las llamas. Vecinos del lugar donde se hallaron los vestigios aseguraron que ellos, en compañía de otras personas, intentaron sofocar allí el incendio, pero no les fue posible.

A partir de esta línea, el fiscal Gerardo Márquez Guevara aseguró que habían dado con la identidad de los ocupantes de la cabaña y se preparó una carpeta de investigación contra los posibles responsables. Ante la eventualidad de que los mismos sean habitantes de Nuevo León, Márquez Guevara advirtió que eso no los exime de los cargos que se les imputen en Coahuila y, si son declarados culpables, enfrentarían una sentencia de 3 a 15 años.

Asimismo, agregó que aún falta por recaudar información y se trabaja en la acumulación de pruebas circunstanciadas de la mano de personal de servicios periciales y peritos químicos con especialidad. Puntualizó que no se tiene evidencia de que haya existido una conducta dolosa o intencional al provocar el incendio, sino una falta de prevención, aunque aún es imposible demostrarlo con certeza.

«En este momento no es posible afirmar que la conflagración se haya dado a través de una conducta dolosa, lo que advertimos hasta ahora es que se trata de una falta de cuidado, sin afirmar», indicó (Milenio, 25.03.21).

Sin embargo, la teoría conspirativa que sugiere el periodista Plácido Garza ha acaparado algunos reflectores. El autor de la columna «Irreverente» se hace acompañar de un equipo de investigación con el apoyo de peritos especializados en incendio con experiencia en Estados Unidos y, advierte que la Fiscalía de Coahuila no descarta la hipótesis sobre la provocación premeditada del fuego para abaratar el costo de la tierra que uno de los colonos quiere comprar en una zona limítrofe con La Pinalosa.

«El asunto está muy enrarecido porque hay una propiedad de 20 hectáreas que colinda con Pinalosa, en donde uno de los colonos ha manifestado interés en comprarlo desde hace mucho tiempo, y la deducción que se obtiene de todo esto es: si 20 hectáreas verdes te cuestan 10 millones de pesos, ¿cuánto te cuestan 20 hectáreas después de un incendio?», refiere Garza (Vanguardia, 27.03.21).

A 300 metros de la cabaña donde presuntamente se inició la quema se descubrió un depósito de troncos que ocupa un área de aproximadamente 10 metros cuadrados. Según el periodista, las cenizas que se encontraron en ese depósito de troncos eran más recientes y se habían consumido antes que la supuesta cabaña original. El hecho sugiere que el origen pudo ser ese y no los restos de una carne asada como apunta la primera línea de investigación. E4

Del 1 de enero al 25 de marzo en México se registraron:

  • 2,429 incendios forestales
  • 28 entidades federativas afectadas
  • 46,986 hectáreas devastadas

Fuente: Comisión Nacional Forestal


Obispo de Saltillo celebra misa en zona siniestrada

El obispo de la diócesis de Saltillo, Hilario González García, visitó a las familias de las comunidades de la Sierra de Arteaga, perjudicadas por el incendio, para brindarles apoyo espiritual. A ellos y a los brigadistas que combaten el fuego dedicó una misa que, inicialmente, había sido planificada para que se llevara a cabo en la parte más dañada de la sierra, pero las condiciones climáticas no lo permitieron.

Fue la tarde del 23 de marzo que el obispo se presentó en la plaza principal del ejido Los Lirios, municipio de Arteaga, frente a la capilla San Juan de los Lagos, y desde allí celebró la homilía frente a un grupo de personas que asistieron para sumar sus plegarias a las oraciones del clérigo.

«Que el Señor auxilie a las personas de estas comunidades que se han visto afectadas, que no pierdan la fe, que no pierdan la esperanza, que no pierdan la caridad (…). Le seguimos pidiendo al Señor por ustedes, por los que están trabajando en el combate a este incendio», manifestó González García.

Además de los mensajes de apoyo, el obispo agradeció las muestras de solidaridad que muchos pobladores habían llevado a cabo al aportarles víveres y alimentos a los integrantes de las brigadas que trabajaban para sofocar el incendio. El propio González García compartió platillos de comidas con los asistentes, al tiempo que recalcaba la necesidad de incluir en las oraciones tanto a los perjudicados por el siniestro como a quienes lo combatían.

La visita, argumentó, le servía para conocer de primera mano la situación en que se hallaba la región y reforzar la fe entre los pobladores para combinar los trabajos de las personas con el auxilio divino.

«Hay que hacer las dos cosas, los esfuerzos humanos que es todo el control, brigadistas, voluntarios, toda la cuestión de achicar el fuego y hay que hacer también lo divino, pedirle a Dios que nos conceda algo de manera rápida que sería la lluvia, sería una muy buena ayuda para sofocar el incendio», agregó.

El 29 de enero Hilario González García hizo su juramento de fidelidad y profesión de fe para convertirse así en el séptimo obispo de la Diócesis de Saltillo. Su antecesor, fray Raúl Vera López, quien ostentó el cargo por 21 años, permanece como obispo emérito —junto a Francisco Villalobos— y administrador apostólico de Saltillo. E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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