Juristas, escritores y poetas

Parte II

El licenciado Arturo Ruiz Higuera, nació en Saltillo, Coahuila, el 3 de septiembre de 1922, siendo sus padres el señor Servando Ruiz y la señora Mercedes Higuera.

A los cuatro años ingresó al Jardín de Niños Luis A. Beauregard, cursando sus estudios primarios en la Escuela Anexa a la Normal, los que concluyó en 1929.

Cursó la carrera de Maestro de Educación Primaria en la Benemérita Escuela Normal del Estado, recibiendo su título de Profesor el 30 de junio de 1941. Su bachillerato de humanidades lo realizó en el Ateneo Fuente, el cual concluyó el 1 de noviembre de 1942, año en el que dicha institución celebró el 75 aniversario de su fundación.

El 1 de abril de 1943 ingresó a la entonces Escuela de Leyes del Estado, hoy Facultad de Jurisprudencia, de la cual egresó en 1948, siendo parte de la primera generación de dicha institución, conformada por los licenciados Ruperto A. García García, Alfonso Delgado Gaona, Rafael Cárdenas de la Fuente, Manuel Flores Contreras, Héctor Araiza Martínez y Rubén Rodríguez Galicia, obteniendo su título de abogado, tras sustentar y aprobar el día 24 de julio de 1948 su examen profesional ante el jurado presidido por el licenciado Francisco García Cárdenas y como sinodales los licenciados Margarito Arizpe Rodríguez y Ernesto Cordero de la Peña con la tesis «La lesión en materia civil».

Su trayectoria dentro del campo de la judicatura fue la siguiente: el 16 de diciembre de 1949 fue nombrado agente del Ministerio Público, puesto que desempeñó hasta el 15 de diciembre de 1953, y el 16 de diciembre de ese mismo año fue designado juez segundo de Primera Instancia en Materia Penal de esta ciudad, cargo que desempeñó hasta el 5 de enero de 1955.

Fue sin embargo en el aspecto de la docencia que Arturo Ruiz Higuera alcanzó reconocido prestigio y reconocimiento, como destacado y ameritado maestro.

Fue fundador de la Escuela Preparatoria Nocturna, donde impartió las cátedras de Lógica y Literatura Mexicana, y catedrático también de la Escuela Normal Superior, Ateneo Fuente, Instituto Tecnológico de Coahuila y Escuela de Jurisprudencia, donde desde el 16 de febrero de 1949 hasta 1967 impartió las cátedras de Derecho Mercantil, Filosofía del Derecho y Sociología.

Su trayectoria además de reconocido educador y abogado, incluyó también las facetas de historiador, ensayista, crítico literario y poeta.

Fue colaborador destacado de diversas publicaciones culturales como la revista Provincia, de la cual fue jefe de Relaciones Públicas, la revista de la Casa de Coahuila, de la Preparatoria Nocturna, y de la entonces Universidad de Coahuila, entre otras.

Entre su vasta producción poética, son de mencionarse sus poemas «Para Cantar a mi Tierra»; «El Hombre”; «Fragmentos de la Gruta Aclarecida»; «Soneto de la Crónica Inconclusa»; «Poema de una Amiga Ausente»; «El Tiempo Colibrí», entre otros.

Entre sus ensayos literarios cabe mencionar «Raúl Flores Villarreal, Poeta de la Soledad y el Silencio»; «Semblanza de José León Saldivar»; «Reflexión sobre el Magisterio»; «El Tema de Nuestro Tiempo»; «Coahuila en la Cultura»; «Romancero Español» y «Sinfonía Heroica», entre otros.

Como crítico literario tienen destacado lugar «La Pequeña Emoción y el Camino Rubí» dedicado al estudio de la obra del poeta de Lagos de Moreno, Jalisco, Federico González León, y «La Desnudez del Caracol» sobre la vida y obra del poeta nicaragüense Rubén Darío.

Como historiador podemos destacar sus ensayos sobre la vida y obra de Vito Alessio Robles, «Los Hombres de la Reforma»; «Vocación por Morelos»; «El Plan de Guadalupe»; «Código de Honor»; «La Emboscada de Baján» y «La Pureza Patriótica», ensayo histórico sobre la vida y obra de Juan Antonio de la Fuente.

El 26 de marzo de 1967, tras renunciar el licenciado Francisco García Cárdenas a la Dirección de la Escuela de Jurisprudencia, fue designado segundo director de dicha institución, cargo que desempeñaba cuando lo sorprendió la muerte a la temprana edad de 45 años, el 13 de noviembre de 1967.

Sus funerales fueron todo un acontecimiento en los círculos culturales, educativos, literarios y políticos de la ciudad. Ante su féretro desfilaron todos los personajes de la vida cultural en el Estado, pronunciando sentidas oraciones fúnebres el escritor y poeta Eduardo L. Fuentes, a nombre de la Sociedad de Escritores y Periodistas de Saltillo; Federico González Nañez, a nombre de las autoridades del Instituto Tecnológico de Coahuila; así como de José Cárdenas Valdés, director del Ateneo Fuente, de cuyos festejos del centenario de su fundación era presidente Arturo Ruíz Higuera, así como Roberto Orozco Melo, en representación del Seminario de Cultura Mexicana, del cual Ruíz Higuera fue también miembro destacado.

Su retrato está incluido en el mural realizado en el año 2003, por la pintora Mercedes Murguía, que se ubica a la entrada del auditorio Lic. Antonio Guerra y Castellanos, de la Facultad de Jurisprudencia, con motivo del 60 aniversario de dicha institución, la cual en ceremonia efectuada el 19 de marzo del 2003 le rindió homenaje por su labor y trayectoria académica en beneficio de dicha casa de estudios.

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