La aplanadora de Morena arrincona al PRI en Coahuila, Hidalgo y Edomex

Las elecciones del 6 de junio convirtieron al partido del presidente López Obrador en la primera fuerza política nacional al obtener 11 gubernaturas para totalizar 17. Acción Nacional bajó a siete y el Revolucionario Institucional, a cuatro. Movimiento Ciudadano le pisa los talones al ex «invencible» al ganar Nuevo León

Acosado por el narco, Alfaro hace futurismo

Conago y Alianza Federalista, apuntilladas por Morena

Coahuila, Estado de México e Hidalgo son islas políticas rodeadas de alternancia. Los únicos territorios con bandera del PRI desde 1929, hace casi un siglo. Colima y Campeche también lo eran, pero Morena rompió el monopolio el 6 de junio con dos mujeres: Indira Vizcaíno y Layda Sansores, cuyo padre, Carlos Sansores Pérez, ocupó la gubernatura y la presidencia del PRI en los setenta. Separado del ejecutivo campechano para ponerse al frente de unas siglas decadentes, la prioridad de Alejandro Moreno consistía en heredar el cargo a su sobrino Christian Castro Bello. Si no, ¿cómo aspirar a la candidatura presidencial en 2024?

Humberto Moreira también fantaseó con la idea de cruzarse la banda tricolor. El sueño devino pesadilla cuando estalló el escándalo de la megadeuda por 36 mil millones de pesos, origen de nuevas fortunas y de la ruina financiera del Estado: Peña Nieto lo defenestró de la presidencia del PRI. Cinco años después, la Policía Nacional de España lo detuvo en el aeropuerto de Barajas «en una operación contra el blanqueo de capitales y otros delitos» (BBC, 15.01.16). En Estados Unidos todavía tienen expedientes abiertos contra el exgobernador. Fiscales rastrean documentos para confirmar «el lavado de dinero del erario de Coahuila» en la gestión de Moreira, reveló una fuente anónima con acceso a la Corte Oeste División San Antonio. El caso se consultó con Washington (Proceso, 17.07.16). Moreira fue expulsado del PRI en 2017 y su fotografía se retiró ignominiosamente de la galería de presidentes.

Las elecciones intermedias reconfiguraron el mapa político. Morena será gobierno en 17 estados —después de ganar 11 el 6 de junio— cuya población (58.4 millones) representa el 46.5% del país. El PAN es la segunda fuerza territorial con ocho entidades donde se concentran 25.2 millones de habitantes (18.4% del total). Aun en coalición con el PAN y el PRD, el PRI perdió ocho gubernaturas y no obtuvo ninguna de las otras siete en juego. En las cuatro donde todavía ondea su bandera residen 27.3 millones de personas (21.7% nacional). Más de la mitad se localizan en Estado de México y el resto en Oaxaca, Coahuila e Hidalgo.

Movimiento Ciudadano venció al PRI en Nuevo León y junto con Jalisco gobernará al 11.2% de la población nacional (14.1 millones). Los partidos Verde y del Trabajo consiguieron su primer estado: San Luis Potosí, habitado por 2.8 millones. El bloque PRI-PAN-PRD perdió las 15 elecciones para gobernador. Esta vez no participaron candidatos independientes para las gubernaturas. La indolencia y falta de resultados del único mandatario sin partido en el país, Jaime Rodríguez, el Bronco, desincentivó a los ciudadanos.

El PRI quedó reducido a fuerza política regional. Movimiento Ciudadano también lo es, pero en ascenso. Con la pérdida de Michoacán, único bajo las siglas del partido del sol azteca, el PRD desapareció del mapa. El año próximo seis estados elegirán gobernador: cuatro los controla ahora Acción Nacional (Aguascalientes, Durango, Tamaulipas y Quintana Roo) y dos el Revolucionario Institucional (Hidalgo y Oaxaca). El PRI, PAN y PRD volverán a coaligarse donde vean mayor riesgo, a pesar de su fracaso el 6 de junio. Morena necesita avanzar más territorialmente para asegurar un segundo periodo en la presidencia. No exponer en 2022 ninguna gubernatura le permitirá centrar su atención en aquellos estados. El primer paso para ganar Tamaulipas lo dio el 6 de junio al hacerse con la mayoría del Congreso y los ayuntamientos más poblados.

Centralidad de estados

De los cuatro últimos presidentes, dos fueron previamente gobernadores y uno jefe de Gobierno: Vicente Fox (Guanajuato/PAN), Enrique Peña Nieto (Estado de México/PRI) y Andrés Manuel López Obrador (Ciudad de México/PRD). Fox venció en 2000 a Francisco Labastida y a Cuauhtémoc Cárdenas, exmandatarios de Sinaloa y Michoacán. Seis años más tarde, los gobernadores priistas Arturo Montiel (Edomex), Tomás Yarrington (Tamaulipas, quien se declaró culpable de lavado de dinero en una corte de Texas en marzo pasado), Enrique Martínez (Coahuila) y Miguel Ángel Núñez (Hidalgo) le disputaron la candidatura al exejecutivo tabasqueño Roberto Madrazo. Montiel obtuvo la candidatura del Tucom (Todos Unidos contra Madrazo), pero declinó al desvelarse datos sobre la fortuna que acumuló en su sexenio y otras denuncias de corrupción.

Madrazo impuso su candidatura desde la presidencia del PRI, pero los gobernadores le hicieron el vacío. Felipe Calderón (PAN) ganó con 15 millones de votos, pero Andrés Manuel López Obrador (PRD) le pisó los talones con 14.8 millones; Madrazo solo recibió 9.3. El margen de apenas siete décimas de puntos porcentuales entre el primero y el segundo lugar y la suspensión del cómputo por parte del Instituto Federal Electoral (IFE) dio carta de naturalidad a la leyenda del fraude electoral más grande en nuestro país después del de Salinas de Gortari en 1988.

Antes de la alternancia, ningún ejecutivo local podía dar el salto a la presidencia de la república. Debían pasar primero por el gabinete. Calderón compitió en 1995 por la gubernatura de Michoacán, pero perdió con Cristóbal Arias (PRD). Peña Nieto llegó a Los Pinos apadrinado por los gobernadores del PRI, quienes previamente habían socavado la autoridad de un presidente débil y deslegitimado como Calderón, inmerso en la guerra contra la delincuencia organizada que bañó al país de sangre. El poder de los gobernadores alcanzó su clímax en el sexenio de Peña Nieto, a quien terminaron por hundir.

El foco de las sucesiones presidenciales cambió a los estados a partir de la primera alternancia tras décadas de centralismo. El triunfo de AMLO en 2018 lo explica el agotamiento del bipartidismo PRI-PAN, pero, sobre todo, su contacto permanente con la población y el conocimiento de los problemas nacionales, producto de sus recorridos por todas las regiones y de tres campañas consecutivas. Frente a un líder con esas características, el triunfo de un tecnócrata como José Antonio Meade (PRI) y de un político ambicioso como Ricardo Anaya (PAN) era imposible. Anaya sigue ahora los pasos de AMLO y atraviesa el país en busca de votos para una eventual segunda candidatura.

Los principales aspirantes para la sucesión de 2024 son o han sido gobernadores: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard (CDMX) y Ricardo Monreal (Zacatecas) de Morena; Diego Sinhue (Guanajuato), Francisco Domínguez (Querétaro), Mauricio Vila (Yucatán) y Javier Corral (Chihuahua) del PAN; Enrique Alfaro (Jalisco) y Samuel García (Nuevo León, quien asumirá el cargo el 4 de octubre próximo). ¿Y del PRI? ¿Alejandro Moreno, quien terminó de sepultar al PRI? Ni de broma. De los mandatarios tricolores en funciones, Omar Fayad (Hidalgo) y José Murat (Oaxaca) concluirán sus gestiones el año próximo; y en 2023 Miguel Riquelme (Coahuila) y Alfredo del Mazo (Estado de México). La cuestión es si entonces el PRI gobernará alguna de esas entidades o si las cuatro ya se habrán pintado de guinda.

Encuestas y espejismos

Las encuestadoras indagan periódicamente entre la población el grado de aceptación o rechazo de los gobernadores. El resultado varía según la metodología, la consultora y el cliente, sean organismos empresariales, gobiernos o medios de comunicación. La competencia por los reflectores solo seduce a los interesados, pues su impacto nacional e incluso local es mínimo cuando lo hay. Sin embargo, insufla confianza al megalómano e inspira fantasías políticas futuristas, las cuales suelen terminar en pesadilla en el mejor de los casos.

La Encuesta Nacional Gobierno y Política de Gabinete de Comunicación Estratégica, correspondiente al primer semestre de 2010, resultó premonitoria. Tres de los gobernadores más «confiables» están ahora entre rejas: Javier Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Quintana Roo) y César Duarte (Chihuahua). Humberto Moreira (Coahuila) terminó su carrera política tras una serie de escándalos y su encarcelamiento en el penal madrileño de Soto del Real, y Enrique Peña Nieto (Estado de México) se exilió en España mientras aquí se le investiga por delitos de corrupción durante su presidencia.

A la pregunta de «Si el gobernador (…) de su estado fuera su vecino y usted tuviera que ausentarse de su casa por varios días, ¿le confiaría las llaves de su casa?», el 52.4% de las respuestas fue para Humberto Moreira. Muy lejos de los Duarte (35 y 32.4%), Borge (32.2%) y más aún de Peña Nieto (28.2%). Para la mayoría, también el gobernador de Coahuila era quien más representaba los intereses ciudadanos y menos los propios. Sobre el gobernador ideal, visto como «persona honesta, trabajadora, carismática, preparada, que cumple lo que promete y es tolerante a las distintas ideas que existen en México», Moreira volvió a ocupar el primer lugar con 2.9 puntos en una escala de cuatro.

En la encuesta julio-diciembre, todavía más mexicanos (56.6%) dijeron que le confiarían sus hogares al gobernador de Coahuila sin estar ellos presentes. Además, la calificación del «Profe» como mandatario «ideal y honesto» se disparó a 3.1 puntos. Los sondeos levantaban a Moreira hasta los cuernos de la luna. Meses después, ya era líder del PRI; y su hermano Rubén, heredero suyo en la gubernatura. En ese punto, el «Hijo del pueblo» y sus secuaces perdieron la brújula. «Es el plan B para la presidencia de la república, pues la candidatura de Peña Nieto no levanta», filtraron a la prensa. Sin embargo, jugar en las ligas menores es distinto a participar en la Gran Carpa.

Los castillos en el aire fueron arrastrados por el vendaval de la deuda de 36 mil millones de pesos encubierta por Moreira en complicidad con el Congreso. El pastor legislativo y actual secretario de Gobierno, Fernando de las Fuentes le entregó no las llaves de su casa, sino de la impunidad. Años más tarde, el «Joven maravilla» aparecía en el séptimo lugar de los «10 mexicanos más corruptos de 2013» de la revista Forbes junto con otros dos gobernadores cuyo sueño era ser presidente: Tomás Yarrington y Arturo Montiel, tío de Peña Nieto, a quien nombró sucesor en Estado de México.

En una encuesta previa a las elecciones del 6 de junio, Demotáctica le asigna los 10 primeros lugares en «desempeño en materia de seguridad, manejo de las finanzas, superación de la pobreza, creación de empleo y manejo de la pandemia COVD-19» a cuatro gobernadores del PAN (Mauricio Vila, Yucatán; Francisco Domínguez, Querétaro; Diego Sinhue Rodríguez, Guanajuato; y Carlos Joaquín, Quintana Roo), a tres de Morena (Jaime Bonilla, Baja California; Miguel Barbosa, Puebla; y Cuitláhuac García, Veracruz) y a tres del PRI (Claudia Pavlovich, Sonora; Miguel Riquelme; Coahuila; y Quirino Ordaz, Sinaloa). El de Coahuila aparece en la posición número siete. En Sonora y Sinaloa el PRI fue desbancado por Morena. Las encuestas son placebos o espejismos. E4

Reacomodo

Población que gobernará cada partido después de las elecciones…

PartidosEstadosPoblación
Morena*1758,462,853
PAN*823,242,145
PRI*427,354, 178
MC214,132,593
PVEM*12,833,255
*Partidos que formaron alianzas

Acosado por el narco, Alfaro hace futurismo

El Cartel Jalisco Nueva Generación «es el mejor armado de México», dice la Oficina del Fiscal del Distrito Sur de California

El gobernador de Jalisco Enrique Alfaro levantó la mano para la carrera presidencial del 24 después de poner a raya a Morena el 6 de junio. Movimiento Ciudadano (MC) retuvo la mayoría en el Congreso local, ganó 49 ayuntamientos (de 125) y obtuvo siete diputaciones federales (de 20). Nada para presumir. Con 8.3 millones de habitantes, Jalisco solo es superado en población por Estado de México (16.9) y Ciudad de México (9.2). Ha sido gobernado por el PRI, el PAN y desde 2018 por MC. Como otros líderes de oposición (AMLO en primer término), Alfaro empezó su carrera en el PRI y la continuó en el PRD.

Alfaro debutó con una derrota frente al PAN en 2003. Postulado por el PRI para alcalde de Tlajomulco de Zúñiga, solo alcanzó una regiduría. En 2005 fue diputado plurinominal por el PRD y en 2009 logró su propósito de ser presidente de Tlajomulco. Movimiento Ciudadano lo candidateó para gobernador en 2012, sin ser militante, y estuvo a una nariz de ganarle al PRI. Ese impulso le permitió convertirse en alcalde de Guadalajara (2015) y en gobernador (2018). Alfaro es miembro de la Alianza Federalista, y su relación de con el presidente Andrés Manuel López Obrador, ambigua.

El 4 de mayo de 2020, en plena pandemia de coronavirus, la policía de Ixtlahuacán de los Membrillos detuvo al albañil Giovanni López por no utilizar mascarilla sanitaria. López murió horas después a causa de traumatismo craneoencefálico. La familia clamó justicia, pero las autoridades estatales y municipales optaron por lavarse las manos. Pasado un mes, las redes sociales publicaron el arresto de Giovanni y ardió Troya: las protestas y disturbios en Guadalajara fueron secundadas en otras ciudades. El caso se equiparó al del afroamericano George Floyd, asfixiado por la policía de Mineápolis, Estados Unidos, el 25 de mayo.

Según Alfaro, el conflicto y las protestas en su contra se urdieron «desde los sótanos del poder en la Ciudad de México». Por lo tanto, pidió al presidente preguntar «a su gente y a su partido» si han medido «el daño que le están generando al país con este ambiente de confrontación porque son ellos justamente los que han generado todo esto que estamos viviendo». Cuando López Obrador pidió probar las acusaciones, Alfaro reculó.

La sombra del narcotráfico persigue al gobernador «emecista» y aspirante a la presidencia desde la alcaldía de Tlajomulco. En abril de 2011, el PRD publicó en la prensa local un desplegado para solicitar a la Procuraduría General de la República una investigación contra Alfaro —militante de ese partido— por «presuntos vínculos con el crimen organizado». La acusación se basó en un viaje del entonces alcalde a La Habana, Cuba, en un avión pilotado por Francisco Jaime Madrid, sentenciado en 2002 por delitos contra la salud (Proceso, 15.04.11).

Aristóteles Sandoval, predecesor y amigo del gobernador de Jalisco, fue asesinado el 18 de diciembre pasado en un bar de Puerto Vallarta. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha vinculado el caso al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) [El Universal, 07.04.21]. «El CJNG ha contribuido a un catastrófico rastro de destrucción humana y física en México. Es el cartel mejor armado de México. Sus miembros se enfrentan de buen grado a los carteles rivales e incluso a las fuerzas de seguridad del Gobierno mexicano. El CJNG es responsable de horribles actos de violencia y pérdidas humanas», según un comunicado de la Oficina del Fiscal del Distrito del Sur de California (Reforma, 16.06.21).

Jalisco y otros estados del occidente y el Pacífico son un polvorín, siempre en el punto de mira de Estados Unidos. Uno de los mayores conflictos entre ambos países lo provocó el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, en 1985, atribuido a Rafael Caro Quintero. El fundador del cartel de Guadalajara fue liberado en el segundo año del gobierno de Enrique Peña Nieto. El FBI ofrece 20 millones de dólares por su captura. E4


Conago y Alianza Federalista, apuntilladas por Morena

Los gobernadores formaron sindicatos para presionar al presidente de turno. Fox, Calderón y Peña cedieron; AMLO los mandó a paseo

El conservador Partido Acción Nacional es el único con posibilidades de plantar cara a la izquierda —representada por Morena— en las elecciones presidenciales de 2024. No obstante haber perdido Baja California Sur y Nayarit el 6 de junio, es la segunda fuerza política con más estados (ocho). Durango y Tamaulipas los expondrá el año próximo. El mayor riesgo lo corre en la entidad del Golfo donde Morena acaba de ganar la mayoría del Congreso, las alcaldías más importantes, incluida la capital (Ciudad Victoria) y siete de 12 diputaciones federales. La nueva legislatura local se instalará el 1 de octubre y podría desaforar al gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, acusado de lavado de dinero, delincuencia organizada y defraudación fiscal. Morena tendría así el camino franco para gobernar la mitad de los estados fronterizos.

Los comicios del mes pasado pusieron en claro que ningún partido puede vencer a Morena en solitario. El PAN, PRI y PRD serán competitivos solo si postulan un candidato común para la sucesión del 24, pero ni así tendrían asegurada la presidencia. La coalición con enemigos históricos de la derecha divide al panismo. El PRI es una fuerza marginal y el PRD virtualmente ha desaparecido. En ese contexto, y en el escenario de un nuevo frente opositor, la nominación recaería en un militante de Acción Nacional, el polo opuesto de Morena. Con toda seguridad, un gobernador.

«El poder presidencial se atomizó y los gobernadores empezaron a llenar vacíos. La mayoría de las veces, en beneficio propio, de sus familias y de sus camarillas».

Movimiento Ciudadano (MC), ahora con dos estados (Jalisco y Nuevo León), tampoco ganaría por sí solo la presidencia. Sin embargo, si la coalición PRI-PAN-PRD se renueva para la presidencia e incluye a MC, pondría en aprietos a Morena. No sería la primera vez que el partido fundado por el también expriista Dante Delgado apueste por un candidato ajeno. En 2012 apoyó a Andrés Manuel López Obrador, de Movimiento Progresista (PRD-PT-MC), y seis años después a Ricardo Anaya, de Por México al Frente (PAN-PRD-MC).

Los estados, antes marginados de las decisiones políticas y subordinados al centro, empezaron a incidir en ellas a raíz de la alternancia. El poder presidencial se atomizó y los gobernadores empezaron a llenar vacíos. La mayoría de las veces, en beneficio propio, de sus familias y de sus camarillas. Así ocurrió en Coahuila durante el «moreirato», cuya influencia aún se observa en los poderes públicos, los órganos téoricamente autónomos y los medios de comunicación bajo su férula. Desde esa perspectiva cobra relevancia la victoria de Morena sobre la coalición Va por México (PRI-PAN-PRD) a la cual le ganó 11 gubernaturas el 6 de junio. Las cuatro restantes se dividieron entre Acción Nacional (dos), MC (una) y PVEM-PT (una).

La Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y la Alianza Federalista, lideradas por el PRI y el PAN, respectivamente, se crearon para defender cotos de poder e intereses políticos. También para presionar al presidente de turno a través del Congreso. Empero, la circunstancia actual obliga a proponer nuevas formas de interlocución con el Gobierno de la república. Morena llegará fortalecido a las elecciones presidenciales. Entonces podría sumar ya 20 estados (ahora tiene 17). Si las distintas fuerzas políticas no logran un acuerdo para 2024, se formarían dos bloques de gobernadores: el de Morena y sus aliados (mayoritario) en favor del candidato de López Obrador y de la Cuarta Transformación; y el de Acción Nacional, segundo partido con mayor presencia territorial, en contra del presidente. E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

Deja un comentario