La apuesta opositora por el desgaste de AMLO fracasa; Morena se afianza

Partidos tradicionales y poderes fácticos, incapaces de ofrecer nuevas alternativas al país y de convertir el enojo ciudadano en intención de voto; perdieron cuatro años. Colectivo por México, nueva plataforma política frente a la polarización y el protagonismo de Claudio X. González y la derecha radical

López Obrador, el estadista que no fue

Colectivo por México: ¿candidatura apartidista?

Las oposiciones y los grupos de presión apostaron todo al desgaste de Andrés Manuel López Obrador para retomar el control del país, pero el envite no funcionó. Los adversarios de la 4T tuvieron cinco años para generar nuevos liderazgos, elaborar una agenda atractiva para la mayoría y ganar base social. Sin embargo los desperdiciaron, pues optaron por el victimismo, la guerra mediática y la autocomplacencia. A 15 meses de las elecciones presidenciales, AMLO conserva altos niveles de popularidad y su partido encabeza las intenciones de voto. Morena gobierna casi el 70% de los estados y en junio próximo buscará sumar Coahuila y Estado de México, únicos en poder del PRI desde su fundación en 1929.

La andanada contra el primer presidente de izquierda después de Lázaro Cárdenas ha sido incesante, pero tampoco ha dado cuartel a sus enemigos. AMLO alborotó el avispero desde su toma de posesión, el 1 de diciembre de 2018, al anunciar el fin del viejo régimen, basado en la corrupción y los privilegios. Las alternancias entre el PRI y el PAN supusieron la continuación de las políticas neoliberales, implantadas por Carlos Salinas de Gortari, en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña. En ese periodo, la corrupción, la violencia y la desigualdad social se profundizaron. Los grandes proyectos de esos tres Gobiernos (el aeropuerto de Texcoco, la refinería de Tula y el Tren México-Querétaro) quedaron en promesa.

«Vez tras vez Andrés Manuel López Obrador ha derrotado a los agoreros del desastre. Quizá porque estos prefieren explotar el tremendismo de las grandes declaraciones antes que buscar argumentos más persuasivos».

Salvador Camarena, periodista

AMLO prometió realizar obras en los mismos sectores sin endeudar al país. Dos ya están en servicio: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIF) y la refinería de Dos Bocas. El Tren Maya se inaugurará a finales de año. El AIF sustituyó al faraónico Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), cancelado por sospechas de corrupción. En los tres casos, grupos antagónicos a la 4T promovieron amparos a efectos de impedir su desarrollo. Para la oligarquía y los poderes fácticos que anticiparon la ruina nacional por el ascenso de AMLO al poder, cada logro del presidente equivale a un agravio y a una derrota.

Sí hubo desastre: «Nuestro potencial de crecimiento —que ya era bajo— ha sido devastado por las miopes políticas de este Gobierno. Hoy somos más pobres y también más desiguales».

Jorge Suárez-Vélez, analista

El periodista Salvador Camarena lo pondera así en su columna «AMLO gana (otra vez) a los catastrofistas»: «Vez tras vez Andrés Manuel López Obrador ha derrotado a los agoreros del desastre. Quizá porque estos prefieren explotar el tremendismo de las grandes declaraciones antes que buscar argumentos más persuasivos. La marcha de la economía mexicana es el último ejemplo de ello» (“La feria”, El Financiero, 02.02.23). El análisis se desprende del plan Punto de Partida. Una nueva visión de país, del Colectivo por México (“Mexicolectivo”), lanzado por opositores al Gobierno de AMLO a bombo y platillo el 30 de enero. El documento propone recomponer el Estado actual, «omiso, autoritario y militarista».

«Quienquiera aterciopelar el camino, prepara la debacle. Es necesario (…) el auténtico debate que es, inevitablemente, áspero. Quienes apuesten a la política del cónclave repetirán el fracaso del 2018. (…) La oposición debe dejar de ser una mutualidad de banalidades».

Jesús Silva Herzog-Márquez, periodista y escritor

Camarena centra su atención en el párrafo inicial del capítulo Prosperidad. «Metieron tantas cosas, tan contundentes y con tan poco contexto, que no tardó la realidad en poner entredicho, para empezar, la tremenda línea con que arranca (…): La economía mexicana se derrumbó. Su caída se ahonda cada año…”. La economía mexicana, nos dijo 24 horas después el Inegi, creció 3%, una cifra presumible por el Gobierno luego de un año de guerra en Europa. Estamos hablando de narrativas. ¿Quién será más contundente frente a la ciudadanía, AMLO con un Producto Interno Bruto anual del 3% en el bolsillo, o las personas que el lunes sentenciaron un derrumbe económico? (…) Hablando del poder de las percepciones. En Tijuana la semana pasada el dólar era vendido en casas cambiarias en 18.60 pesos».

Polémica sobre la narrativa

La polarización alcanza a todos. Jorge Suárez-Vélez, quien ha dedicado la mayor parte de sus colaboraciones a impugnar a López Obrador, advierte en su columna Sí hubo desastre: «Nuestro potencial de crecimiento —que ya era bajo— ha sido devastado por las miopes políticas de este Gobierno. Hoy somos más pobres y también más desiguales» (Reforma, 09.02.23). «La narrativa la gana el presidente», acepta, pero refuta a Salvador Camarena, columnista de El Financiero: «(AMLO) no ha “derrotado a los agoreros del desastre” porque el desastre existe, porque hay 3.8 millones de nuevos pobres, porque tantos no se beneficiaron del aumento al salario mínimo (…), porque entre 2018 y 2020 creció 25% el número de hogares llevados a la quiebra por motivos de salud (…)».

AMLO triunfa en el relato —dice Suárez-Vélez— «porque utiliza su púlpito privilegiado (las mañaneras) para esparcir otros datos y una narrativa embustera». En el texto sobre la derrota de los agoreros que molestó a su colega de Reforma, Camarena admite que el deterioro estructural del país implica riesgos, mas si los opositores desean ganar el debate, observa, «deberían comenzar aceptando que la economía de AMLO no es vista como un derrumbe. Y que si Estados Unidos mejora, en una de esas México crece más este año y el que sigue. ¿Quién, entonces, ganará —otra vez— la narrativa?».

Suárez-Vélez, en su réplica, cuestiona el rigor periodístico de Camarena, quien tiene el mismo derecho de expresarse. Quizá porque sus puntos de vista no coinciden con los suyos; los cuales, por redundantes, causan poco efecto entre la mayoría, según lo reflejan las encuestas. «Es función de la prensa presentar la verdad, buscar el dato duro, desnudar el spin político, difundir información fidedigna, orientar al público a partir de investigación objetiva y apolítica. Muchos tienen el valor de intentarlo, pero otros le hacen eco a una narrativa falaz que nos destruye», pontifica.

Si el relato de AMLO supera al de los grupos de poder, cuyo control sobre los grandes medios de comunicación es manifiesto, se debe a que los afronta y exhibe a los columnistas y presentadores de radio y televisión más célebres. Antes eran intocables. El presidente se excede y es, como sus predecesores, alérgico a la crítica. La 4T no se distingue de los Gobiernos del PRI y el PAN en cuanto a la defensa de la libertad de expresión. Hasta el año pasado, 37 periodistas habían sido asesinados (Peña acumuló 47 en su sexenio). Los medios tradicionales y la «comentocracia», lo mismo que las oposiciones y los rivales de AMLO, tampoco han propuesto nuevas agendas. Si López Obrador es el presidente más atacado —después de Francisco I. Madero, asegura— se debe a su retórica combativa, pero también a que la relación de sus antecesores con la prensa la determinaban otros intereses, sobre todo económicos.

Los presidentes dejaron de ser intocables desde la alternancia, pero con AMLO la crítica se desbordó. La más contumaz proviene de la oligarquía nacional y extranjera, de los medios aliados y de los grupos afectados por las políticas de la 4T. El tabasqueño ha resistido y es más probable que Morena conserve el poder a que lo pierda. López Obrador tiró por la borda la oportunidad de convertirse en estadista, pero sus adversarios tampoco fueron capaces de ofrecer alternativas ni de ganarse el apoyo y la confianza ciudadana. Acaso supusieron que AMLO, como Peña, Fox y Calderón, terminaría por ceder a los chantajes de una partidocracia podrida y a la presión de los poderosos.

«Convocatoria de lamentos»

La atonía de los partidos, la crisis de liderazgos en todos los ámbitos, así como la falta de dirección e intermitencia de movimientos ciudadanos como el organizado en torno al Instituto Nacional Electoral para repudiar la reforma electoral denominada «plan B», quedó de relieve en la presentación del Colectivo por México («Mexicolectivo»), el 30 de enero. La inasistencia de Cuauhtémoc Cárdenas a la presentación del proyecto Punto de partida convirtió el lanzamiento de la plataforma política digital en el parto de los montes. El nuevo frente anti-AMLO perdió la batalla mediática, pues la ausencia del líder moral de la izquierda opacó al elenco completo.

El escritor Jesús Silva Herzog-Márquez, crítico equilibrado y punzante del lopezobradorismo, dio la bienvenida al bloque, impulsado por políticos de antaño: «Hace unos días apareció un nuevo grupo opositor (…) de los que se reúnen cada par de semanas para escucharse haciendo la misma denuncia». El autor de La casa de la contradicción puede coincidir en lo esencial con el discurso del Colectivo por México, centrado en la veleidad e irracionalidad de las decisiones gubernamentales, la militarización, la destrucción de las instituciones y el necesario cese de la polarización. Sin embargo, no le parece «muy útil en estos momentos contar con otra convocatoria de lamentos» (Reforma, 06.02.23. “El proceso es la sustancia”).

Nieto del economista y escritor Jesús Silva Herzog, clave en la nacionalización del petróleo durante el régimen del general Lázaro Cárdenas, Márquez juzga innecesario «otro desplegado de famosos que activen las alarmas del avance del autoritarismo». Tampoco le parece «especialmente útil una convocatoria abstracta a la reconciliación y al diálogo. Lo que corresponde a la sociedad política es otra cosa: pactar el camino. Mientras los morenistas hacen campaña para conquistar al supremo encuestador, las oposiciones parlotean en foros. Hablan de urgencias democráticas y pierden el tiempo».

Las oposiciones y sus adláteres del sector privado, la academia y los medios de comunicación navegan entre la estridencia, la nadería y el temor a ser expuestos por el presidente López Obrador en sus ruedas de prensa matutinas o en las redes sociales. Esperan de la ciudadanía el milagro para derrotar al atila de la 4T. Mas no será con actitudes autocomplacientes y coaliciones fracasadas (Va por México) como lo consigan. Herzog-Márquez propone otra ruta (la seguida por AMLO): «la confrontación abierta, intensa, de opciones. (…) Quienquiera aterciopelar el camino prepara la debacle. Es necesario (…) el auténtico debate que es, inevitablemente, áspero. Quienes apuesten a la política del cónclave repetirán el fracaso del 2018. (…) La oposición debe dejar de ser una mutualidad de banalidades», concluye.

El propósito de ostentar a Cuauhtémoc Cárdenas como eje del Colectivo por México era socavar el liderazgo de López Obrador, dividir a la izquierda y presentar a Movimiento Ciudadano como la alternativa para las elecciones presidenciales del año próximo. Colocar al fundador del PRD al frente de un nuevo movimiento —pero con políticos de la vieja guardia vinculados a la partidocracia y a los últimos presidentes— representaba también una provocación. Al final, Cárdenas se deslindó. Las «consideraciones políticas» —no aclaradas— para hacerlo son obvias. Romper con la 4T significaba, de algún modo, ir contra un proyecto político y social de raíz cardenista, combatido tanto ayer como hoy por las élites y los poderes fácticos. E4


López Obrador, el estadista que no fue

El presidente piensa en la próxima elección: con 25 millones de votos los conservadores no ganan, dice. Sheinbaum y Ebrard se despegan

El presidente Andrés Manuel López Obrador dista mucho de ser el estadista que piensa en la siguiente generación. Es, al contrario, el político que maquina cómo ganar la próxima elección, lo cual no lo distingue del resto. Desde esa perspectiva, todo lo convierte en votos. El cálculo de que 25 millones de ciudadanos simpatizan con el conservadurismo —y por ende rivalizan con la 4T y a sus reformas— lo basa en los comicios de 2018. Ese año, el PAN, PRI, PRD y MC obtuvieron juntos 21.8 millones de votos. Tras la marcha del 26 de febrero contra el «plan B» electoral, AMLO aconsejó a la elite de ese potencial incrementar su capacidad de movilización, «aunque esto —advirtió— exige muchas fatigas».

«Si el liderazgo actual del PAN es invisible, el del PRI es escandaloso. La dirigencia actual del PRI resulta repulsiva para los propios legisladores del PRI»

Jesús Silva Herzog-Márquez, periodista y escritor

Una semana después de las manifestaciones ciudadanas para demandar a la Suprema Corte de Justicia abrogar las leyes secundarias del «plan B», varios sondeos confirmaron que el voto opositor no alcanza todavía para desplazar a Morena de la presidencia. De acuerdo con una encuesta de El Financiero (6.03.23), la intención de voto por el partido guinda aumentó a 45% frente al 18% del PAN y el 14% del PRI. Por bloque, la preferencia por Morena-Verde-PT es del 54%, 17 puntos por encima de la coalición PRI-PAN-PRD. La aspirante mejor calificada es Claudia Sheinbaum (43%), seguida de Marcelo Ebrard (36%).

Las encuestas de Buendía & Márquez para El Universal y de Mitosfky para El Economista marcan las mismas tendencias con diferencias porcentuales. Morena ganaría con Sheinbaum o Ebrard a Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu (PRI), Margarita Zavala (PAN) y Luis Donaldo Colosio (Movimiento Ciudadano), de acuerdo con Mitofsky. La misma indagación arroja una aprobación del 63.4% para el presidente López Obrador. Para el 66.4%, México está preparado para que lo gobierne una mujer. Diez países de América Latina, entre ellos Argentina, Brasil, Chile y Costa Rica ya han tenido presidentas.

En la pesquisa de Massive Caller, la coalición Morena-PT-PVEM capta el 45% de las intenciones de voto y el frente PAN-PRI-PRD, el 31.8%. Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum lideran las preferencias de la alianza Juntos Hacemos Historia. Ricardo Anaya y Luis Donaldo Colosio, de Va por México, ocupan los primeros lugares. En el caso de MC, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, supera por casi 10 puntos a su homólogo de Jalisco, Enrique Alfaro. Los aspirantes opositores a la presidencia no solo no han crecido, tampoco dan señales de vida. En cambio, los del partido gobernante están en campaña permanente con la aquiescencia de López Obrador.

Las oposiciones no han sabido convertir el enfado ciudadano y las protestas contra el Gobierno del presidente López Obrador en intención de voto, y el tiempo para hacerlo es cada vez menos. El escritor Jesús Silva Herzog-Márquez plantea al respecto: «Más de la mitad de los encuestados busca hoy opciones por fuera del partido oficial. El problema es que, en los últimos años, nadie ha detectado vida inteligente en los partidos de oposición. (…) Tienen asientos en la legislatura, ocupan edificios, postulan candidatos, reciben sus subsidios, pero no logran dar un paso, no tienen diagnóstico de lo que sucede ni plan para construir un futuro distinto. Los partidos de oposición han quedado reducidos a su cáscara. Son envoltura de algo que ya se pudrió (Reforma, 06.03.23).

El juicio del analista sobre los partidos tradicionales resulta inapelable: «Si el liderazgo actual del PAN es invisible, el del PRI es escandaloso. La dirigencia actual del PRI resulta repulsiva para los propios legisladores del PRI. Quedan pocas semanas para resolver si podrá sobrevivir la elección del Estado de México, pero hoy parece improbable que quede algo más que el logotipo. La apuesta de la gran coalición opositora es hoy la invitación a bebernos un jugo de cáscaras. Nos dicen que es garantía el que el jugo sea extracto de distintas frutas. No imagino quién pudiera encontrar apetitoso ese licuado». E4


Colectivo por México: ¿candidatura apartidista?

La plataforma de Dante Delgado toma distancia de Va por México para atraer a los votantes inconformes con el PRI, el PAN y el PRD

Detrás del bloque PRI-PAN-PRD, creado para contener a Morena y disputarle la presidencia en 2024, está la organización derechista Sí por México, capitaneada por el empresario Claudio X. González y el exlíder de la Coparmex, Gustavo de Hoyos. La coalición Va por México se constituyó a finales en 2020 luego de que un grupo de intelectuales, escritores, políticos y académicos, adversos al presidente Andrés Manuel López Obrador, condicionara «la recuperación del pluralismo político y el equilibrio de poderes» a la construcción de una alianza amplia de ciudadanos y partidos. La convocatoria la hicieron Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Ángeles Mastreta, Jorge Castañeda y Beatriz Pagés, entre otros, en un anuncio titulado «Contra la deriva autoritaria y en defensa de la democracia» (15.07.20).

En vísperas de las elecciones legislativas de 2021, el grupo, ampliado a 430 firmas, publicó el «Manifiesto por la república, la democracia y las libertades». La proclama llama a votar contra Morena y sus satélites (PT y Verde) para «rectificar el rumbo» sin «regresar a la indeseable situación previa a la presente administración en la que hubo abusos, corrupción y frivolidad». El colectivo instruye a sufragar «con sentido estratégico» y optar por las candidaturas más competitivas, de tal manera que no se diluya la votación opositora. (…) Las posibilidades de triunfo crecen día con día ante el inocultable fracaso en todos los órdenes de la actual administración federal», asegura.

La coalición PRI-PAN-PRD compitió en 199 distritos, de los cuales obtuvo 110. Sin embargo, en los 12 estados donde postuló candidatos para gobernador, todos los ganó Morena. Movimiento Ciudadano y el PAN —solos— se hicieron con Nuevo León y Querétaro. En Chihuahua triunfó la alianza PAN-PRD. Va por México fracasó en su objetivo de convertirse en mayoría en la Cámara de Diputados. En las elecciones de 2022, la alianza opositora perdió Hidalgo y Tamaulipas, con Morena, pero ganó Aguascalientes y Durango. El partido del presidente venció al PRI y al PRD en Oaxaca y al PAN y al PRD en Quintana Roo. Vistos esos resultados, la coalición ha sido un fiasco.

El Colectivo por México («Mexicolectivo»), nuevo bloque opositor «apartidista», presenta una composición más ciudadana y plural para llegar a los sectores donde Va por México no ha podido. Las cabezas visibles de la plataforma política son Dante Delgado, coordinador del partido Movimiento Ciudadano (MC); Francisco Labastida, excandidato presidencial del PRI; y José Narro Robles, exrector de la UNAM y secretario de Salud en el último tramo del Gobierno de Peña Nieto. Narro renunció al PRI en protesta por la imposición de Alejandro Moreno en la presidencia de ese partido.

Movimiento Ciudadano se mantiene al margen de la coalición Va por México pese al llamamiento de sus dirigentes y de otros actores políticos. Militantes y exmilitantes del PRI, PAN y PRD —contrarios a sus actuales líderes—, periodistas, exrectores y funcionarios de los Gobiernos de Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Peña Nieto asistieron a la presentación de «Mexicolectivo». A diferencia del bloque encabezado por Claudio X. González, la nueva plataforma busca alejarse del protagonismo y de la polarización.

Colectivo por México no tuvo buen recibimiento, pero la distancia que ha tomado de la derecha radical, representada por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, le puede permitir atraer a ciudadanos y a sectores de las fuerzas tradicionales (PRI, PAN y PRD) desafectos a la coalición Va por México y contrarios a la injerencia del capital en los partidos. El fundador de MC niega que la nueva plataforma pretenda construir una candidatura presidencial partidista, pero podría apoyar una de carácter ciudadano para oponerla a la de Morena. E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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