La necesidad es la madre de todas las herejías

Hace cuatro años, (octubre 2018) el mundo se conmocionó con la noticia de que el periodista saudí Jamal Khashoggi, articulista de The Washington Post fue descuartizado vivo cuando estaba en el consulado saudita en Estambul. La CIA sostuvo que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, ordenó dicha brutalidad. Joe Biden criticó acremente al príncipe saudí y prometió enviar al reino del desierto al rincón de los «Estados parias» por la responsabilidad… Ahora, con la cabeza gacha, dócilmente acude a buscarlo hasta su casa dispuesto a someterse a él, pero regresa con las manos vacías.

2015: Como «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad de la nación norteamericana definió Barack Obama a Venezuela. En los últimos años Estados Unidos ha sancionado a personas, empresas y entidades petroleras asociadas con el régimen de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, reconociendo a Juan Guaidó como presidente legal; brindándole apoyo inconmensurable, dándole recibimientos y trato de jefe de estado; pero ahora, todo cambia; Guaidó no tiene petróleo, Maduro sí…

2022: Rusia invade Ucrania, Europa central liderada por Estados Unidos de América sanciona al invasor y se genera una lucha armada en el país invadido; pero terriblemente económica, política y social en el resto del mundo afectando comercio de productos básicos y tecnológicos. Una inflación galopante asola varias naciones europeas desesperadas ante la llegada del invierno.

Esta guerra ha develado grandes falsedades ideológicas en el mundo entero; después de varios siglos de presunción sobre posesión divina de derechos civiles, sociales, de género y hasta étnicos; todo se derrumba y resulta que los farsantes que avalaban que en su país se respetaban y peor aún, los simuladores de esta bufonada que aseguraban que ellos la promovían en su comunidad, resultaron todos más hambrientos y ansiosos en satisfacer sus necesidades electorales que defender los ideales humanistas: ¡sagrada petulancia!

A la primera brisa se cayó el barniz artificial y se descubrió su dolosa burla. Eléonore Morel, directora general de la Federación Internacional por los Derechos Humanos, expuso con tristeza: «Hay un retroceso, por todo el mundo, en materia de derechos humanos. Y comprende a los países en los que pensamos que el Estado de derecho y la democracia ya están conquistados». ¿A qué países se refiere?, desde luego que no es a los árabes donde el Hiyab es obligatoria para las mujeres portarlo; tampoco a China o India donde son un lujo, menos al África o América Latina donde se duda que se respeten. ¿Entonces?

Europa central y Estados Unidos replantearon sus prioridades energéticas y económicas y los derechos humanos pasaron a plano irrisorio; vayamos a la realidad. Ellos habían dicho «adiós energías verdes» y han regresado a los combustibles fósiles; particularmente el carbón y el petróleo; (ja, ja, ja, esto para quienes aseguraban que invertir en refinerías sería un fracaso).

Este panorama ya era anterior a la invasión rusa a Ucrania, pero esta lo agudizó. Se acrecienta una inflación imparable a pesar de los subsidios a los energéticos que está endeudando más a esos países, reduciendo sus ingresos y solucionándolo con impresión de más moneda; peor aún, la libra esterlina alcanza su más bajo nivel de muchas décadas enfrentándose a lo que pareciera ser el colapso de su economía por lo que ha tenido que comprar sus propios billetes cambiándolos por bonos estatales y su primera ministra solamente dura en el cargo 45 días. Francia, la cuna de la democracia moderna y de los derechos humanos, reprimiendo a sus trabajadores en huelga. Los demócratas norteamericanos que en lucha de poder impidieron que Trump comprará petróleo barato, ahora lloran porque ellos lo adquieren hasta cinco veces más caro cuando la OPEP plus redujo drásticamente la producción de crudo.

Generalmente se piensa que son los Gobiernos quienes atentan contra los Derechos Humanos; debemos también considerar como sus violadores instituciones que engañan al pueblo, partidos políticos, medios de comunicación tradicionales y virtuales y hasta asociaciones ciudadanas que difunden falacias. Mis respetos a los profetas del desastre que aseguraron que la gasolina alcanzaría 35 pesos por litro, aumentarían los pobres y los desempleados. Acertaron totalmente; solo les falló la brújula: es en Europa y no en México.

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