La iniciativa del presidente pone en juego los lazos mercantiles con el segundo mayor inversionista en México. La Cuarta Transformación no permitirá más acuerdos «leoninos». Si hay conductas indebidas deben sancionarse, dice Cuauhtémoc Cárdenas
A Ucrania revuelta… México sale ganador
La pausa propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador en las relaciones con España ha levantado ámpula, desatado opiniones encontradas y colocado de nuevo a la 4T en el ojo del huracán. Sus adversarios políticos buscan lincharlo mediáticamente por poner en jaque los vínculos comerciales que existen con el segundo mayor inversor en el país. Sus seguidores lo apoyan a sabiendas de que el Ejecutivo tiene razón, pues empresas españolas llegaron a México gracias a contratos «leoninos» que en algunos casos les permiten operar al margen de la legalidad, en detrimento del desarrollo económico del país.
López Obrador basa su iniciativa en los «saqueos» que llevaron a cabo empresas españolas durante sexenios pasados y ahora busca fortalecer el respeto para que la nación ibérica no vea a México como «una tierra de conquista».
La preocupación no es nueva. En otras ocasiones, el líder de Morena ha acusado a compañías españolas como Iberdrola, Repsol y OHL de haber cometido actos de corrupción a través de contratos que fueron muy «dañinos» para México.
«La única queja, el único cuestionamiento es que abusó en otros tiempos de nuestro país y se le consideró como tierra de conquista, por las empresas y por el influyentismo político que se llevaba a cabo arriba, en la cúpula de los poderes tanto de España como de México».
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México
«A mí me gustaría que hasta nos tardáramos en que se normalizaran [las relaciones]. Creo que nos va a convenir a los mexicanos y a los españoles. Desde luego al pueblo de México y al pueblo de España […] Era un contubernio de arriba, una promiscuidad económica, política, en la cúpula de los Gobiernos de México y de España, pero como durante tres sexenios seguidos. Y México se llevaba la peor parte, nos saqueaban. Entonces, vale más darnos un tiempo, una pausa, a lo mejor ya cuando cambie el Gobierno ya se establecen las relaciones», comentó durante la conferencia matutina del 9 de febrero.
Sin embargo, no puso en claro que no se trataba de una ruptura de lazos diplomáticos. «Nosotros respetamos mucho al pueblo español. Una cosa es el pueblo español, otra cosa es el Gobierno y otra cosa es la monarquía. Son distintos y respetamos mucho al pueblo español y también otra cosa son las empresas españolas. La única queja, el único cuestionamiento es que abusó en otros tiempos de nuestro país y se le consideró como tierra de conquista, por las empresas y por el influyentismo político que se llevaba a cabo arriba, en la cúpula de los poderes tanto de España como de México. Eso ya no se permite y eso es lo que se ha decidido, pero no se rompe la relación», puntualizó.
La pausa de López Obrador ocurre en un momento delicado para las finanzas nacionales que todavía intentan recuperarse del impacto causado por la pandemia de COVID-19 y pone en riesgo uno de los principales motores de crecimiento económico: el comercio exterior y la inversión extranjera.
España, después de Estados Unidos, es el país que más invierte e instala empresas en México. De acuerdo con las estadísticas de ICEX —entidad pública que promueve la internacionalización de las empresas españolas—, al menos siete mil empresas provenientes del país ibérico han desarrollado proyectos en México. Sus actividades generan cerca de un millón de empleos formales, entre directos e indirectos. En términos de Inversión Extranjera Directa (IED), el volumen aproximado que España genera es de 76 mil millones de dólares, según datos de la Secretaría de Economía para el año 2021. El monto equivale al 12% de toda la IED que recibe México o al 30% de la IED que le llega de la Unión Europea.
Defienden a España
Las declaraciones de López Obrador sorprendieron a muchos, entre ellos al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien subrayó que «la relación entre España y México es una relación estratégica que va más allá de declaraciones súbitas o palabras puntuales», y que el flujo de inversiones en ambas direcciones ha crecido en los últimos años. «El Gobierno español no ha hecho ninguna acción que pueda justificar una respuesta de este tipo» y que lo que hará, en todo caso, «es defender los intereses de España en cualquier circunstancia y ante cualquier país», dijo Albares.
En entrevista al diario El País, el 14 de febrero, el excandidato presidencial y fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, aseguró que el tema de los presuntos excesos cometidos por entidades comerciales españolas en México debía demostrarse y, en consecuencia, ser tratado por la ley. Pero que en ningún modo percibe el aprovechamiento de un Gobierno sobre otro.
«Si hay conductas indebidas deben sancionarse. Yo no sé si haya habido o no abusos, pero, si los hubo, hay que aplicar la ley con todo rigor, trátese de empresas mexicanas o españolas. Yo no veo participación en estos temas del Gobierno español y no veo un atropello de un Gobierno sobre el otro para dañar las relaciones diplomáticas», explicó.
¿Plan de reconquista?
Los Gobiernos priistas, por más de 70 años consecutivos, pusieron sectores estratégicos en manos de inversores españoles a precios simbólicos. Con la llegada de la alternancia en el año 2000, el PAN siguió la misma línea. El posterior regreso del PRI a la silla del águila, tras la investidura de Enrique Peña Nieto, no hizo más que enquistar las prácticas de corrupción desarrolladas por sus antecesores. Algunas de las grandes firmas españolas —OHL, Iberdrola, Repsol, Santander o BBVA, entre otras— lograron penetrar en el mercado mexicano usando el compadreo político.
El resultado era de esperarse. Funcionarios y autoridades corruptos aumentaron el caudal de sus arcas personales, pero el país fue despojado de recursos cuando no le tocó asumir la parte más ingrata de los contratos.
No estamos en el siglo XV, pero pareciera que los planes de conquista no menguan. El Gobierno de España equipara el interés que guía su política exterior a la defensa de los negocios de sus grandes corporativos y mueve sus piezas tanto en el ámbito político como el económico.
Un documento elaborado a finales de 2019 por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España —«Una visión estratégica de España para América Latina y el Caribe: un impulso político para un tiempo de cambios»— describe la situación política en América Latina y el Caribe (ALC) como un escenario de «retorno generalizado de populismos, nacionalismos y soberanismos».
El texto, orientado a establecer las bases conceptuales y las líneas de acción de España hacia ALC, se estructura en torno a una selección de elementos temáticos que conforman una nueva visión estratégica del país ibérico hacia la región.
«España es el segundo inversor mundial en ALC, abarcando sectores clave como infraestructuras, telecomunicaciones, finanzas y transición energética. Esta presencia inversora debe ser preservada y reforzada, en el marco de un crecimiento económico inclusivo y sostenible. Asimismo, el comercio con la región, aún muy por debajo de su potencial, debe incrementarse progresivamente», señala el documento antes de agregar que «España no debe limitarse a hacer de “puente” o de “abogado” entre América Latina y Europa. El nuevo estatus de los países latinoamericanos —en tanto socios en pie de igualdad en la globalización— así como el nuevo protagonismo de la Unión Europea en la región, sugieren adoptar un perfil más ambicioso. El objetivo debe ser reforzar el liderazgo de España como dinamizador de una nueva relación estratégica biregional entre la Unión Europea y América Latina y Caribe. Una relación cualitativamente distinta, que tenga en cuenta tanto las transformaciones internas de la región, como el impacto de actores externos, especialmente China».
Agsal en Saltillo
Los saltillenses bien pueden darle la razón al presidente López Obrador a partir de la experiencia que viven día a día con Aguas de Saltillo, paramunicipal creada en 2001, a partir de una asociación público-privada entre la española Aguas de Barcelona (Agbar) y el extinto Sistema Municipal de Aguas de Saltillo (Simas).
Desde entonces, los problemas de calidad, capacidad de abasto y cortes de los servicios persisten en la capital coahuilense aunque su gerente general, Jordi Bosch Bragado, asegure que gracias a Agsal el agua dejó de ser un problema en la región.
La Asociación de Usuarios de Agua de Saltillo (AUAS), lejos de compartir ese optimismo, enumera una larga lista de dificultades que la paramunicipal no ha logrado resolver en más de 20 años de prestar servicios. Entre los principales cuestionamientos están:
- El suministro es deficiente, sobre todo en la periferia.
- Existen zonas con niveles precarios de ingreso donde incluso las tarifas más bajas no pueden pagarse.
- Hay demora excesiva en reparaciones e instalación de infraestructura.
- Ineficiencia en la distribución de los recibos de pago.
AUAS ha presentado quejas ante tribunales internacionales en Viena, Barcelona y Perú. Ganó los tres casos, pues se reconoció que Aguas de Barcelona violenta la normatividad en México y en Saltillo, pero por no ser vinculantes, las autoridades ignoran las resoluciones.
En 2026 se vence el contrato de Agsal. La sociedad saltillense aún está a tiempo de recuperar uno de sus más importantes recursos. E4
Flujo de capitales
Principales compañías españolas en México
Bancos
- Santander
- BBVA
- Sabadell
- Liberbank
Petroleras
- Repsol
- Cepsa
Eléctricas
- Iberdrola
- Naturgy
- Acciona Energía
Constructoras
- ACS
- FCC
- OHL
Aerolíneas
- Iberia
Grupos turísticos
- Meliá
- NH Hotels
- Riu
- Barceló
A Ucrania revuelta… México sale ganador
Tambores de guerra suenan en Europa ante la futilidad de las gestiones de disuasión diplomáticas. México permanece fiel a la Doctrina Estrada, pero pide a sus connacionales en Kiev que estén listos para una retirada de emergencia
La tensión creciente entre Ucrania y Rusia ha convertido a la región en el principal foco de interés mundial por la posibilidad de que estalle una guerra en territorio europeo. Aunque Moscú asegura que no tiene planes de invadir a su vecino y solo pretende detener el enfoque agresivo de Occidente, la realidad es que llegó ha desplegar más de cien mil tropas en la frontera.
Por su parte, los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con Estados Unidos y Reino Unido a la cabeza, consideran real el riesgo de ataque, así que el tono de las advertencias cada vez se torna más agresivo.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador mantiene especial cuidado en no apoyar abiertamente ninguna de las partes en conflicto y, adscrito a la Doctrina Estrada y su principio de no intervención, ha logrado mantener estable sus relaciones con su principal socio económico, Estados Unidos, y la lejana Rusia, de la cual ha recibido millones de dosis de la vacuna anti-COVID Sputnik V, muchas de las cuales fueron donadas durante los primeros meses de la pandemia.
En el Consejo de Seguridad de la ONU que se reunió de urgencia el pasado 31 de enero para disuadir a Rusia de un ataque a Ucrania, México tuvo participación en voz de su representante, Juan Ramón de la Fuente, quien se decantó por evitar cualquier acción bélica: «México sostiene, junto con lo que ha dicho el secretario general, y otros aquí en esta sala, que no existe una solución militar en este asunto. Por el contrario, deben privar la diplomacia preventiva y el diálogo como vías de distensión» (Infobae, 05.02.22).
A juicio de María Soledad Loaeza Tovar, analista política e investigadora en el Instituto de Estudios Políticos de París y la Universidad de Oxford, esta es la mejor estrategia que el país puede seguir.
«México va a defender el derecho de no intervención, la importancia de México es relativa en ese conflicto. Forma parte del cinturón de seguridad del territorio americano y no lo podemos perder de vista, eso nos pone en una posición de mucha fuerza o al contrario de debilidad, ni de lejos podemos permitir que se establezca elementos militares rusos en México, sería suicida”, opinó la doctora en Ciencias Políticas (Infobae, 05.02.22).
Sin embargo, de forma indirecta el Gobierno de la 4T se ha visto favorecido por las tensiones en Ucrania que terminaron por disparar los precios del petróleo. Así lo hace notar Martha Bárcena, embajadora mexicana por 17 años en distintos países y experta en relaciones diplomáticas. «Hasta cierto punto está beneficiando a México, porque el presupuesto para 2022 se calculó con un precio de 55 dólares el barril y ahorita está a más de 80 dólares —el 14 de febrero alcanzó los 95.16—; quiere decir que México, por cada barril de exportación, está recibiendo más dinero del que esperaba», indicó (Infobae, 08.02.22)
De igual forma, esta crisis puede forzar una recomposición del mercado energético. Rusia es el principal proveedor de gas en Europa, pero muchos países del viejo continente pueden inclinarse por el gas natural licuado que ofrece Estados Unidos. Si eso ocurre, tarde o temprano, Washington necesitará de México para surtir sus propios gasoductos.
Sin pánico
Más de una docena de naciones han instado a sus ciudadanos a abandonar Ucrania en medio de advertencias de las potencias occidentales de que una invasión de Rusia podría ser inminente. Algunos incluso han evacuado al personal diplomático y sus familias.
La embajada de México en Ucrania, sin embargo, estima que la posibilidad de un conflicto en la región sigue siendo reducida e instó a los connacionales a valorar su permanencia en el país y evitar cualquier medida que fomente el pánico.
«En seguimiento a las tensiones entre Ucrania y la Federación Rusa, les reiteramos que de acuerdo con la información con que contamos y de conformidad con distintos análisis, la posibilidad de un conflicto continúa siendo reducida» (El Universal, 12.02.22).
La sede diplomática, que encabeza la embajadora Olga Beatriz García Guillén, pidió al poco más de centenar de connacionales que viven en Ucrania, mantenerse informados a través de fuentes oficiales como el Ministerio de Asuntos Exteriores y tener a mano sus documentos en original. Asimismo, les ha explicado que en caso de evacuación serían trasladados a la frontera en el oeste del país.
Los servidores públicos que laboran en la embajada permanecerán en Ucrania para brindar apoyo y servicios que requiera la comunidad mexicana.
Fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aseguraron que se mantiene contacto permanente con la embajadora García Guillén para que, en situación de emergencia, el personal diplomático salga de Kiev hacia algún otro país, como Polonia, Rumania, Hungría y Eslovaquia, o regrese a México. Mientras tanto, la embajada continuará operando de manera regular.
«Confiamos en que el diálogo político y diplomático logrará distender la situación», dijo García Guillén.
México y Ucrania establecieron relaciones diplomáticas el 14 de enero de 1992, luego de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1991. E4