La santidad de la muerte

La santidad de la muerte

llenó de paz tu semblante,

y yo no puedo ya verte

de mi memoria delante,

sino en el sosiego inerte

y glacial de aquel instante.

En el ataúd exiguo,

de ceras a la luz fatua,

tenía tu rostro ambiguo

quietud augusta de estatua

en un sarcófago antiguo.

Quietud con yo no sé qué

de dulce y meditativo;

majestad de lo que fue;

reposo definitivo

de quién ya sabe el porqué.

Placidez, honda, sumisa

a la ley; y en la gentil

boca breve, una sonrisa

enigmática, sutil,

iluminando indecisa

la tez color de marfil.

A pesar de tanta pena

como desde entonces siento,

aquella visión me llena

de blando recogimiento

y unción…, como cuando suena

la esquila de algún convento

en una tarde serena…

Poeta, diplomático y literato, autor de novelas y ensayos reconocido en Latinoamérica y otros países del mundo. Nació el 27 de agosto de 1870 en Tepic, Nayarit, México y falleció un 24 de mayo de 1919 en Montevideo, Uruguay. Fue un poeta romántico, enmarcado en el modernismo. Su obra poética es la más conocida, pero escribió también cuentos, novelas y una biografía de la poetisa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz.

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