Con la seguridad que deriva de la firme convicción de que las diputadas del Congreso local volverán a ignorar la sentida petición de una gestión humanitaria, hecha en repetidas ocasiones por una viuda y sus dos niñas huérfanas, para solicitar a otras mujeres empoderadas de la Secretaría de Gobernación, también cosméticas y decorativas, que ya resuelvan respecto a la indemnización que por derecho les corresponde y que no han recibido por la muerte de su esposo y padre, el minero Sergio Gabriel Cruz Gaytán, muerto en la mina El Pinabete de Sabinas y desaparecido desde el 3 de agosto de 2022. Se trata de la viuda Cinthia Ruiz y las niñas Angélica y Lesly Cruz Ruiz. Es la única viuda de los mineros fallecidos que no ha recibido la indemnización. El único que las ha escuchado es un hombre, el diputado Antonio Attolini. Pero escuchado nada más.
Nada les cuesta a las legisladoras hacer las gestiones ante Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, o ante Laura Velázquez, de Protección Civil, en beneficio de estas mujeres en desgracia que no piden caridad, sino lo que de ley les corresponde. Si acaso estas mujeres empoderadas, tanto las locales como las federales, tuvieran la sensibilidad de imaginar que estas niñas, Angélica y Lesly, así como todos los niños que han quedado huérfanos por esa saga de muerte de las minas del carbón (recuerden Germinal de Émile Zola), si acaso, repetimos, pudieran intuir que todos esos niños y niñas son como los canarios que bajaban a las minas para detectar el gas grisú porque, asimismo, una parte de ellos también ha muerto con la muerte de sus padres y más aún, cuando los mineros no son rescatados, como en este caso y en Pasta de Conchos.
Y cuando uno pensó que un aire fresco llegaría con la mayoría femenina en la anterior Legislatura y ahora con la primera mujer presidenta de la junta de Gobierno del Congreso local, vemos de nuevo al Gatopardo y lo mismo sucede con muchas de las mujeres cosméticas empoderadas de la Cuarta Transformación (4T), donde no todo sigue igual, sino que todo ha empeorado al grado de que actualmente vivimos un momentum catastrophicum en la historia de este país: la violencia extrema de sangre, muerte y desolación.
Tampoco se trata de criticar a las mujeres, pero algo anda mal en la 4T cuando se recurre a una tómbola para elegir candidatas que llegan al poder según lo decida la suerte. Pero recuerde usted que la muerte es la suerte con una letra cambiada.
Guerrero es ejemplo de un estado fallido mal gobernado por mujeres y donde, quien en realidad gobierna es Félix Salgado Macedonio, acusado de violador, machista y misógino. El video de la última masacre es de un machismo espeluznante. La gobernadora cosmética es Evelyn Salgado y en la capital, Chilpancingo, gobierna el cartel de Los Ardillos y la alcaldesa decorativa es Otilia Hernández. Acapulco igual, su alcaldesa es Abelina López. El estado de Guerrero es Canaima, la tierra de los hombres machos.
Igual el estado de Colima, gobernado por Indira Vizcaíno y su capital Colima, que es catalogada como la ciudad más violenta del mundo, gobernada por Margarita Moreno. Y hay muchas ciudades violentas más con Gobiernos cosméticos y decorativos en manos de mujeres de la 4T. Y que conste que no es misoginia, pero ojalá y que las mujeres empoderadas ya dejen de ser decorativas.
