Se puede decir… que los feminicidios toman «fuerza»
Pero no se puede decir… que las fiscalías no actúan conforme a «Derecho». En la mayoría por no decir en casi todos los crímenes, las autoridades se corrompen y no investigan al pie de la letra, a pesar de que tienen las pruebas en las manos, haciendo que los padres o sus familiares sufran lo indecible por la pérdida de un familiar, situación que se ha estado convirtiendo en un insoportable infierno, ya que las víctimas y desapariciones son el pan nuestro de cada día, y a estas alturas, no hay ninguna seguridad el salir a la calle, pues al parecer en cada esquina, hay un «asesino» agazapado.
Se puede decir… que el INE se encuentra en el ojo del «huracán»
Pero no se puede decir… que vaya a «desaparecer». La Reforma Electoral que ya se ve venir, contiene en su seno cambios estructurales que ha puesto a temblar a dicho Instituto, especialmente en el campo de los sueldos exagerados que ganan sus integrantes, también reduciría el número de los plurinominales que no son otra cosa que unos zánganos, y con esto se reducirían enormemente los gastos de campañas, ignorándose si esto es una venganza de AMLO o se trata de algo más, porque en dichos cambios a los partidos políticos, también se los «llevaría» de corbata.
Se puede decir… que ya viene el buen «fin»
Pero no se puede decir… que es un saqueo antes de «Navidad». Ya los comerciantes en general, se preparan frotándose las manos y lamiéndose los labios, para la venta más jugosa del año, y esperar a sus ingenuos clientes que se volcarán para comprar toda clase de mercancías a precios remarcados, y para ello los empleados, asalariados y obreros recibirán por adelantado el cincuenta por ciento de su aguinaldo para que lo despilfarren a tontas y a locas en ese engañoso evento comercial, pero ni modo, y eso sin contar las compras con el «poder» de la firma.
Se puede decir… que Emilio Lozoya a un paso de ser «sentenciado»
Pero no se puede decir… que el resto de su vida la pasará en la «cárcel». El exdirector de Pemex podría alcanzar una sentencia de casi 50 años, con lo que se encuentra, totalmente hundido, y no tiene alguna forma de librarse de las rejas, porque los delitos de los que se le acusa son contundentes, y no queda más que enfrentar lo que se le viene encima, de lo cual, él es el único culpable, ya que desperdició todo el tiempo en que ha estado encarcelado, al no presentar pruebas de sus dichos, y ante esas condiciones, recibirá todo el «peso» de la Ley.