Marcha feminista desborda las calles, sacude a Saltillo y refuta el discurso oficial sobre DH

La manifestación del 8-M en la capital de Coahuila es una de las más numerosas, pacíficas y mejor organizadas del país. En Nuevo León se incendiaron puertas y ventanas del Palacio de Gobierno. Resistencia e indignación por feminicidios y violencia de género fortalece a colectivos de mujeres

Lecciones del 8-M para recordar

La marea feminista se desbordó en Saltillo. A fuerza de sangre joven, un cambio de mentalidad se abre paso e irrumpe en la capital coahuilense, a la vez que sacude y despierta a las mujeres, otrora aletargadas. La marcha del 8 de marzo (8M) que sacó a las calles a miles de ellas, pacífica pero contundente, fue una de las más concurridas del país, hecho que tunde con fuerza al discurso oficialista de una autoridad que presume «su gran desempeño a favor de los derechos humanos». La participación de niñas, jóvenes y abuelas fue tumultuaria, principalmente en Saltillo, pero también en Torreón, Monclova y Piedras Negras, donde el estruendo de su reclamo resuena y pica piedra con fuerza para romper el paradigma de ser ciudades conservadoras y apáticas, de mujeres sumisas y calladas.

Aun así, el reclamo que cada año exige a las autoridades y a la sociedad redoblar esfuerzos para garantizarle seguridad a las mujeres, no ha conseguido disminuir las agresiones de que son víctimas en la calle, en su trabajo, en su propio hogar o en su relación de pareja. Las protestas no bastan, también debe romperse la cultura de no denunciar por parte de ellas. En la Fiscalía General del Estado de Coahuila —por ejemplo— el propio 8 de marzo se registraron 41 agresiones, seis por abuso sexual y el resto por violencia intrafamiliar, según las víctimas que sí denunciaron.

El informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señala que «mientras en México el 66.1% de las mujeres mayores de 15 años ha sufrido algún tipo de violencia, la mayoría no pide apoyo porque considera que las agresiones no alcanzan un nivel de importancia que les afecte, “hasta que sí les afecta”». Así lo registra el instituto en su Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, de la cual deriva que, aunque el 49% de las mujeres admite haber sufrido violencia emocional, 41.3% sexual, 29% económica, patrimonial o discriminación en el trabajo y 34% violencia física, el 88.4% de ellas no denunció ni pidió apoyo. De hecho, el no denunciar registra porcentajes casi totales en los distintos rubros que midió el Inegi en su encuesta.

En las directrices de actuación que establece la Fiscalía General del Estado se asienta que las denuncias son un paso importante para evitar que la violencia escale. En primer lugar, lo que se hace es advertirle al agresor que debe parar la intimidación contra la víctima, o en casos más graves se extiende orden de restricción y se programan rondines policiacos de custodia en torno a la mujer, en su casa o su trabajo para evitar una agresión física o sexual que derive en un feminicidio, pues en el 85% de casos que llegan a ese extremo se detecta que no contaban con denuncias previas, con las víctimas confiadas en que la mentalidad del agresor cambiará.

8-M

Por lo que reporta la oficina de Protección Civil en Saltillo, en la marcha del 8M participaron cerca de 2 mil 500 mujeres, desde niñas hasta abuelas, y algunos hombres; la cifra hace de esta la manifestación más grande desde 2017, cuando se realizó la de «Coahuila Digno» por el supuesto fraude electoral de la elección de gobernador.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, tras convocatoria vía redes sociales, desde las 16:00 horas empezaron a colocar un «tendedero informativo» en la plaza de la Nueva Tlaxcala. Exhibieron fotografías de agresores o historias de mujeres violentadas en lo que llamaron «Muro de la Vergüenza».

La marcha inició en las calles Allende y Juárez. Al frente iban familiares de víctimas de feminicidio y violencia machista, encabezado por el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos, en el que destacó la historia de Mar Tapia, víctima de agresiones por parte de su pareja a quien le ha puesto dos órdenes de aprehensión que no han sido cumplimentadas. Se dijo que Mar tuvo que huir de la violencia, pues jueces a quienes los familiares de la víctima señalan de corrupción, otorgaron al padre la guardia y custodia de sus hijos, pese a la evidencia de maltratos en fotografía que sufrió Mar acuchillada por su marido.

El contingente recorrió la calle Victoria, tomó Purcell y Aldama para regresar al punto de partida, a espaldas de Palacio de Gobierno, donde centenares de puños en alto ondearon pañuelos verdes y violeta y pancartas con consignas dirigidas contra «el patriarcado que las oprime», pero también contra las autoridades «que no hacen nada cuando se trata de atender las denuncias de desaparición forzada de personas ocasos de feminicidios». Algunas jovencitas realizaron performances, dictaron discursos o realizaron pintas y grafitis sobre la pared posterior de Palacio de Gobierno, sobre las estatuas de la Fuente de los Fundadores o en el adoquinado del piso.

Por su parte, un grupo de madres y familiares de desaparecidos se dirigió hacia la Plaza de Armas, frente a Palacio de Gobierno, donde aprovecharon las vallas que siguen instaladas para resguardar la fachada y las usaron como tendedero para colocar las fotos de aquellos a los que siguen buscando, o de hombres y mujeres que murieron sin encontrar a sus seres queridos. Un día después, tanto en la página de Facebook de Fuerzas Unidas como en la del Frente Feminista de Saltillo se exhibieron imágenes de lo rápido que la autoridad desmontó el tendedero de fotos o de lo rápido con que una cuadrilla de trabajadores municipales limpió las pintas y grafitis. «Si así de expedita fuera su respuesta cuando se denuncian casos de violencia contra las mujeres, no habría marchas. Frente a nuestras demandas de años, limpiar las plazas les tomó un día», reclamaron.

Francisco Aguilar Moreno, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Saltillo comentó que, por dañar monumentos históricos la ley contempla hasta 10 años de prisión, además de multa o pago por la reparación del daño, pero sería el Gobierno del estado el encargado de levantar la denuncia, pues el edificio no recuperará su estado original, advirtió. Señaló que por lo pronto está en manos de las autoridades judiciales, primero identificar a las responsables a través de las videograbaciones. Indicó que se reunió con Imagen Urbana del Municipio, para instruir sobre técnicas para quitar el grafiti, lo cual debió hacerse a mano, con jabón y agua a presión, sin usar solventes. Refirió que, pese a este grafiti, a Saltillo le fue bien en comparación con otras entidades, como Nuevo León, donde se cometieron daños considerables y se llegó al extremo de incendiar la puerta del Palacio de Gobierno en la ciudad de Monterrey.

Manifestaciones alternas

En eventos alternos, mujeres estudiantes de las preparatorias Ateneo Fuente, Mariano Narváez, del Instituto de Ciencias y Humanidades y de diferentes facultades de la máxima casa de estudios, colocaron en las rejas del Ateneo y en la entrada principal de Rectoría de la Universidad las fotos de maestros y alumnos a quienes ya han denunciado por violación y acoso sexual. Aseguran que las denuncias han sido interpuestas formalmente ante la Fiscalía General del Estado, pero hasta hoy ninguna ha procedido, por eso optaron por colocar este «tendedero feminista» con la consigna de que solo buscan justicia.

Otro hecho similar se registró en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, donde se instaló un «tendedero de denuncias» desde la página de Facebook llamada «Yo sí te creo UAAAN». Ahí diariamente se comparten mensajes escritos de manera anónima por parte de las estudiantes. Ellas también colocaron en los baños de su institución educativa un par de buzones para quienes deseen compartir sus casos y depositarlos de forma física.

Feminicidios

Como cada año, el debate y las discrepancias en redes sociales, en la academia y el activismo se intensifican y las posiciones feministas no se conciliar del todo. Aun así se alcanza consenso para presionar por que la brecha de género disminuya, para que las mujeres ya no sean penalizadas por ser madres en sus empleos, o se les impida escalar a puestos de liderazgo o que enfrenten acoso y hostigamiento en su trabajo. Que ya no sean ellas quienes realicen tres veces más trabajo en el hogar. Que no se vean obligadas a enfrentar procesos judiciales por ejercer su libertad reproductiva. Y que cuando busquen denunciar algún tipo de vejación tengan acceso a un sistema que las comprenda, con personal capacitado y sensible. Sin embargo, también es claro que los privilegios sesgan algunas perspectivas, pues no todas son igual de vulnerables.

Si bien durante las manifestaciones del 8M en el país el reclamo se centró en los feminicidios, las marchas no evitaron que ese mismo día se registraran 11 nuevos casos, según reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, órgano cuya estadística muestra cifras anuales ascendentes en el ámbito nacional. Desde los 427 casos registrados en 2015 ya se escaló a mil 006 en 2021, año este último en el que, con 22 muertes de este tipo, Coahuila se colocó a media tabla —en la posición 17 de 32—, misma entidad donde en este 2022, con dos casos registrados en enero, dos en febrero y uno hasta el momento en marzo, ya acumula cinco feminicidios en el primer trimestre.

De acuerdo con la Dirección de Investigaciones y Protección a Víctimas y Testigos de la Fiscalía General de Coahuila, el primer caso se registró en el ejido Flor de Mayo, en Viesca; el segundo en Matamoros; tercero en San Pedro de las Colonias; el cuarto en Torreón y el último en el ejido Puebla, de Saltillo. En tres de los cinco ya se concluyó la carpeta de indagación y se encuentran en proceso. Otro caso sigue en trámite, y en el quinto se determinó el no ejercicio de la acción penal, luego de que el feminicida se suicidara, tras haber asesinado a su esposa.

Si se considera que, en la mayoría de los casos, las agresiones y asesinatos de mujeres son perpetrados por un familiar o alguien cercano a ellas, se vuelve importante resaltar que los feminicidios son justamente la expresión máxima de la violencia de género que se sostiene desde las estructuras de poder, de opresión y desigualdad que aún sostiene a las mujeres en un contexto de profunda discriminación y sobajamiento. E4

Feminicidios en el país

2015 427
2016 647
2017 766
2018 917
2019 973
2020 978
20211,006
Fuente: Informe oficial del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública

Feminicidios en Coahuila

2015 17
2016 15
2017 10
2018 14
2019 24
2020 24
2021 22
2022 5*
Fuente: Dirección General de Investigaciones Especializadas de la FGE. *A marzo de 2022.

Lecciones del 8-M para recordar

Una de las conmemoraciones más concurridas y ordenadas del país con motivo del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, fue la realizada en Saltillo. Alrededor de cuatro mil manifestantes (según notas de prensa) tomaron las calles para exigir a las autoridades respeto a sus derechos, seguridad y justicia. El epicentro del movimiento feminista en Coahuila es la capital, lo cual llama poderosamente la atención, máxime por ser de jóvenes en su mayoría. La estructuración y organización de los colectivos feministas, reflejada en la marcha del 8M, es resultado de un trabajo de años, de la indignación por los agravios acumulados y de la incuria gubernamental.

Ignorar el movimiento sería un error e intentar estigmatizarlo surte siempre el efecto contrario, es decir, lo energiza y le suma adeptos. Lo sensato es atender sus demandas, abrir cauces de diálogo y elaborar una agenda de compromisos puntuales sujetos a revisión permanente. El Congreso local, mayoritariamente femenino, le ha dado la espalda a las mujeres; su prioridad es la política mal entendida, pues la mejor forma de practicarla es del lado de las causas públicas y de las víctimas de la violencia y las desapariciones forzadas. Cerrar los ojos ante una realidad lacerante de impunidad desnaturaliza la representación de los legisladores, al margen de su género.

Las manifestantes hicieron la pinza en el Palacio de Gobierno: un contingente se plantó en la Plaza de San Esteban de la Nueva Tlaxcala y otro frente a la sede del poder ejecutivo donde instalaron un tendedero con fotografías de los desaparecidos desde el docenio de los Moreira. En un acto de justicia y de reproche, también colgaron retratos de los buscadores ya fallecidos: personas que dedicaron años a escarbar páramos en busca de restos o indicios de hijos, hermanos y padres tomados por la fuerza y cuyo paradero aun se ignora. Coahuila, como otras entidades, está sembrado de fosas clandestinas.

Una investigación de Eje Central, publicada el 30 de septiembre bajo el título «Patrocinio, campo de exterminio», da cuenta del horror: «La mirada no alcanza. Los restos de hombres, mujeres, niños, de familias completas fueron esparcidos en un espacio que, por ahora, abarca un kilómetro y medio por 80 metros. Es la fosa clandestina creada por el crimen organizado más grande que se ha encontrado hasta ahora en el país. No solo por su dimensión, sino por la cantidad de restos de personas que podrían encontrarse, porque durante años esos grupos redujeron, casi a cenizas, a quienes secuestraban». Patrocinio es un ejido de San Pedro localizado a hora y media de Torreón.

Desde el asesinato de Alondra Gallegos (20 años), a finales de septiembre de 2020, la Plaza de Armas se ha convertido en el punto de encuentro de las protestas contra los feminicidios, la violencia de género y movimientos como el de la Coalición de Trabajadores de la Educación. En los muros del edificio se han fijado fotografías de las víctimas y escrito consignas contra autoridades y políticos para quienes la imagen y la ambición de poder prima sobre cualquier circunstancia. El 8M dejó daños menores, comparados con el vandalismo y los destrozos registrados en otras capitales, por ejemplo, Monterrey, pero se los exageró para demeritar sus causas y atacar a los colectivos. Manifestarse es un derecho. Delitos son la megadeuda, los feminicidios, las desapariciones forzadas y la complicidad de quienes, en lugar de investigar, encubren a los responsables. (GH) E4

Es ingeniero egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo con especialización en el área de Economía. Ha ejercido el periodismo en Saltillo. Trabajó en El Diario de Coahuila; se desempeñó como editor, diseñador, fotógrafo, redactor de editoriales y artículos de economía, industria automotriz, cultura e historia de Saltillo en el periódico Vanguardia.

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