Más ingresos y menos desigualdad en la 4T: encuesta de hogares 2022

La ENIGH más reciente revela que las percepciones de los mexicanos crecieron 11% en los tres últimos años, pese a la pandemia de COVID-19. El sondeo del Inegi señala que la concentración del ingreso en los deciles altos se ha reducido. El envejecimiento poblacional y la disparidad de género, retos para los Gobiernos

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La Encuesta Nacional de Ingresos y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2022 que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) cada dos años tiene como objetivo ofrecer un informe estadístico del comportamiento de los ingresos y los gastos de los hogares mexicanos. El ejercicio data de 1984, pero es a partir de 1992 cuando se convierte en una encuesta regular. La muestra se aplica en 105 mil viviendas durante una semana para recopilar la información.

La encuesta es esperada porque permite analizar el poder de compra y la recuperación económica de los hogares, es decir, ofrece elementos para facilitar el análisis de algunas políticas públicas que se reflejan en el bolsillo de la población en general.

Entre los elementos más relevantes presenta los «deciles de población» o grupos poblacionales por monto de ingreso, las características de cómo se distribuye el gasto en los domicilios y los tipos de ingreso corriente de los mexicanos.

Para el año 2022, la ENIGH reporta 128 millones 889 mil 708 habitantes repartidos en 37 millones 560 mil 123 viviendas. El promedio actual de habitantes por hogar es de 3.43. Frente a la ocupación media de hace ocho años (3.66), el número de personas por hogar cayó un 0.23.

El descenso se acentúa principalmente en la población joven. En 2016 había un habitante menor de 15 años por hogar; en 2022 el número pasó a 0.81, una reducción de 0.19. La población de esa edad se redujo en una quinta parte en el mismo periodo. Por otro lado, los mayores de 65 años y más aumentaron de 0.29 integrantes a 0.34. Las cifras muestran que los hogares en México empiezan a envejecer.

Aumento de ingresos

En la ENIGH se observa un incremento en el ingreso corriente del 11% entre 2020 y 2022, al subir de 57 mil 370 a 63 mil 695 pesos trimestrales en promedio. El aumento ocurre después del primer año de la pandemia, cuando las remuneraciones registraron una baja de 5.82% con respecto a 2018, resultado de ese ciclo atípico vivido en nuestro país y en el mundo. Por tanto, el periodo 2018-2022 arroja un saldo positivo de 4.6% en este rubro.

El ingreso corriente de los hogares lo compone el relacionado con el trabajo, el cual sumó alrededor de 41 mil 860 pesos trimestrales y representa el 65% del total; en dos años, el aumento fue del 14.3%.

El segundo elemento es por transferencias: jubilaciones y pensiones, becas, donativos, ingresos provenientes de otros países y beneficios de programas sociales gubernamentales.

La segunda fuente representa el 17.2% de los ingresos corrientes. En este caso, el incremento fue de 21.8% en el lapso de tiempo analizado. Las transferencias provenientes del extranjero subieron de 475 pesos a 661 pesos trimestrales por hogar (39.2%). Las remisiones de fondos gubernamentales tuvieron una variación positiva del 33.6% al pasar de mil 330 pesos en 2020 a mil 777 en 2022.

El tercer componente es la renta de la propiedad, equivalente al 5.2%, cuyo crecimiento fue del 6.8% en los últimos dos años. Las estimaciones del alquiler de la vivienda y otros ingresos corrientes presentaron una mejoría del 0.7% y 10.5% respectivamente. En resumen, todas las fuentes tuvieron una subida.

Se podría pensar que el 4.6% de crecimiento en los ingresos es modesto si se considera una etapa tan prolongada y que se atravesó por la mayor crisis de la historia reciente por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, este comportamiento no se observó en el periodo 2016-2020; al contrario, presentó una caída de 9.75%.

La recuperación observada en el trienio anterior no había ocurrido antes. Es resultado del impulso a la remuneración por trabajo subordinado (directamente vinculado a los salarios mínimos) que aumentó 14.3%. También influyó el ingreso por trabajo independiente, realizado en negocios micro y pequeños localizados a veces en el mismo hogar. Este rubro creció 12.9% entre 2018 y 2022, aunque en los últimos dos años llegó al 25.8%.

Como puede verse, los factores que favorecieron el incremento en los ingresos corrientes fueron: el alza en el salario mínimo, la reforma laboral de 2019, el trabajo independiente tras la COVID-19, las remesas y los programas gubernamentales.

Brecha económica

En México existen alrededor de 37 millones 560 mil 123 hogares. Si la cifra se divide en 10 rebanadas iguales y se ordenan por ingreso (de menor a mayor) habrá 10 deciles de hogares. El valor I es el de menor ingreso promedio, y el X representa a los hogares con mayores percepciones.

Los hogares mexicanos reciben en promedio 63 mil 695 pesos trimestrales. El análisis por decil permite observar resultados importantes, sobre todo en los de menor ingreso. Entre 2020 y 2022 el primer valor, cuyos ingresos trimestrales promediaron 13 mil 411 pesos, tuvo un aumento del 18.3%; el II (22 mil 421 pesos]), del 16.6%; el III, del 15% (para llegar a 29 mil 201); y el cuarto, del 14.4%.

¿Cómo entender estos resultados? En 2016 el decil de menor ingreso recibía 11 mil 141 pesos mensuales en promedio contra 231 mil 226 del X. La diferencia —de 20.75 veces— generaba una gran desigualdad. Para 2022, el margen se redujo a 14.97 veces. Significa que en ocho años el desequilibrio se redujo. Así lo demuestra el coeficiente de Gini presentado en la ENIGH.

El factor de Gini es una herramienta analítica para medir la concentración del ingreso. Utiliza valores de entre cero y uno; estar cerca del uno equivale a la concentración del ingreso en pocas manos (mayor desigualdad). Si el indicador se aproxima al cero, ocurre lo contrario: el ingreso se dispersa (se reduce la desigualdad).

La ENIGH 2022 mostró que en 2016 —sin transferencias— el coeficiente de Gini era de 0.499 (y con transferencias —jubilaciones, becas, donativos, etc— se ubicaba en 0.449). Sin embargo, para 2022, el factor pasó a 0.402 (en 2018 era de 0.426 y el año de la pandemia, de 0.415). Los resultados dicen que en los últimos ocho años México ha reducido gradualmente la concentración del ingreso. Pues cuando el coeficiente se mueve hacia el cero la desigualdad entre los deciles inferiores y los superiores es menor.

Es difícil encontrar un análisis equilibrado y objetivo entre quienes se empeñan en calificar los programas sociales como un desastre y quienes no ven las deficiencias por la forma en que el Gobierno entrega actualmente los recursos a la población. Sin embargo, es evidente que aun y con todo el camino que falta por recorrer para mejorar estos instrumentos de combate a la marginación y a la desigualdad, hay pequeñas mejorías; sobre todo en el hecho de eliminar a los intermediarios de programas focalizados a cambio de entregar apoyos universales que en muchos casos llegan a quien no lo necesita. El comportamiento de los deciles refleja que quienes perciben menores ingresos han tenido un incremento mayor con respecto a los del nivel superior.

Retos y desafíos

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares presenta retos importantes para las políticas públicas. Uno de ellos es el relacionado con la brecha de género. Según el informe, en el ingreso que perciben mujeres y hombres existe una diferencia importante. El fenómeno es mundial, pero en el caso de México el diseño de políticas públicas y algunas acciones del Estado ofrecen áreas de oportunidad.

A escala nacional, las mujeres recibieron en promedio 10 mil 204 pesos trimestrales, 53.5% menos que los hombres, pero conforme aumenta la edad de los grupos, la brecha castiga más a las mujeres.

Cuando se analiza el conjunto de población femenil de 30 a 39 años, la diferencia de ingreso con respecto a los hombres es 12 mil 994 pesos menor (55%). En el grupo de 50 a 59 años la diferencia sube a los 14 mil 295 pesos (60.4%). El contraste de ingresos se eleva al 69.7% cuando las personas son mayores a los 60 años. Como se pude observar, a medida que la edad es mayor también se ensancha la brecha de género entre hombres y mujeres. La razón podría ser que las generaciones anteriores no participaban tanto de las actividades económicas remuneradas. Corregir la situación corresponde a quienes elaboran las políticas en México.

Otra brecha en los ingresos está en el nivel de escolaridad entre hombres y mujeres. Se podría pensar que a mayor nivel de estudios el trabajo intelectual predomina sobre el esfuerzo físico. Esa condición debería favorecer a las mujeres con licenciatura y posgrado, sin embargo, no es así. El tema no debe soslayarse por más tiempo.

Los ingresos trimestrales de los varones con primaria promedian los 17 mil 114. Las mujeres perciben 9 mil 845, la mitad del salario mínimo vigente.

Los hombres con secundaria tienen ingresos por 23 mil 973 pesos trimestrales; y las mujeres, por 14 mil 497 pesos. El patrón se repite en en el grado de preparatoria, donde la diferencia es de 9 mil 854 pesos. En los casos de licenciaturas y posgrados, los márgenes son de 14 mil 503 y 32 mil 887 pesos. El estudio del Inegi deja claro que este Gobierno y el próximo deberán cerrar la brecha de género para que mujeres y hombres tengan, por igual trabajo, los mismos ingresos. E4

Encuesta Nacional de Ingresos y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2022

  • 128.8 millones de habitantes
  •  37.5 millones de hogares
  • 3.43 habitantespromedio por hogar
  • $ 63,695 pesos trimestralesde ingreso promedio
  • + 11 % aumento de ingresos entre 2020 y 2022
  • + 14.3 % aumento de ingresos por sueldos subordinados
  • + 25.8 % aumento de ingresos por trabajo independiente

Redujimos la pobreza: AMLO; nada que celebrar: analistas

Existen resultados positivos. Las cosas no van mal, pero tampoco mucho mejor, opina Enrique Quintana, vicepresidente del periódico El Financiero

Redacción

Dado que la encuesta nacional de ingresos y gastos en los hogares se realiza cada dos años, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la esperaba con ansias para avalar con datos los resultados de su Gobierno en materia socioeconómica.

«Estamos muy contentos, la verdad. Estaba yo esperando el dato del Inegi. (…) Es la encuesta más importante para saber cómo estamos los mexicanos en cuanto a ingresos y bienestar», dijo AMLO en la conferencia matutina del 27 de julio.

«Hemos logrado reducir la pobreza (…) y eso no es poca cosa (…) Lo logramos por la política de atender primero a los pobres. (…) O sea, los pobres, aun en la pandemia, por la política de destinar apoyos a la base de la pirámide social y la ayuda de nuestros paisanos migrantes que enviaron en los momentos más difíciles remesas, logramos esto», agregó.

El mandatario se refiere que el grupo de hogares que menos ingresos recibe (decil I) registró un aumento de casi 20% en 2022 comparado con 2020. En general, el año pasado los ingresos aumentaron 11% respecto a 2020, 4.6 % respecto a 2018 y 0.2 % respecto a 2016.

Sin embargo, analistas critican que el mandatario pase por alto la disparidad de ingresos en otros sectores de la población, como son las mujeres, la población indígena, las personas con discapacidad y los hogares rurales, así como las diferencias entre estados.

«Las brechas persisten. México sigue siendo un país profundamente desigual. Lo es entre hombres y mujeres. El ingreso promedio del género masculino es 53% superior al que perciben las mujeres. El de Baja California Sur, que es el más alto del país, es superior en 129% al de Chiapas, que es el más bajo. En cuanto a gasto, el de la Ciudad de México, que es el mayor del país, es 95% superior al de Chiapas, que es el más bajo de todos», señala Enrique Quintana, vicepresidente y director editorial de El Financiero (27.07.23).

Más allá de «la polarización que existe en México en los comentarios al análisis de los indicadores», las cifras muestran «una leve mejoría» en los ingresos reales de las familias y en la distribución del ingreso «sobre todo por las pérdidas del ingreso de la propiedad», dice el analista.

No obstante, advierte que el impacto de los programas sociales en los ingresos familiares no es espectacular. «Un tema relevante que también se pondrá sobre la mesa es el crecimiento de las transferencias que derivan de los programas sociales. Hay un aumento de 100% respecto a lo reportado en 2018 y de 59% o respecto al nivel de 2016. Sin embargo, representan solo el 2.8% del ingreso total de las familias. Pero tienen un impacto favorable en la distribución del ingreso.

»Quizás para enojo —o si hubiera cordura para análisis de los partidarios de la 4T— en el último año del sexenio de Peña, las transferencias de recursos a través de programas sociales mejoraron la distribución del ingreso en 0.49 puntos. Con López Obrador, en el 2022, el efecto positivo de los programas sociales fue de 0.58 puntos. Es una mejoría respecto al pasado, pero nada espectacular. Los programas sociales siguen teniendo en lo esencial el mismo efecto», indica.

Además, destaca que aunque los programas sociales fueron positivos, «tuvieron un costo excesivamente grande», lo cual podría cambiar con una mejor asignación de los recursos.

«Las cifras no mienten, su efecto positivo (el de los programas sociales) es muy parecido al que ya había en el sexenio de Peña Nieto. En resumen, hay resultados positivos de las políticas sociales sobre el ingreso y la desigualdad. Pero, nada espectacular. No hay un cambio cualitativo en México. (…) ¿Quién le podrá sacar más ventaja a esta condición? ¿La oposición o Morena?», concluye. E4

Analista económico y consultor de empresas

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