Mejía, un perdedor creador de pugnas

Las pugnas intramuros que últimamente ha avivado el señor Mejía con mayor intensidad en el partido Morena, demuestra que todavía no adquiere la madurez política que impone la democracia en el sentido de respetar las preferencias de sus correligionarios cuando son lanzados a una competición.

Para la elección de gobernador que se avecina, Morena propuso un método para seleccionar al candidato a presidir el comité de defensa de la 4T en donde, en este caso, los cuatro competidores aceptarían que el que obtuviera el primer lugar en las encuestas para tal fin mediante la rúbrica de los contendientes, sería primeramente el presidente del mencionado comité y posteriormente el candidato que lo representará en la jornada electoral del 4 de junio de 2023.

Las encuestas se llevaron a cabo y el poseedor del primer lugar fue el senador Armando Guadiana, el segundo lugar para Luis Fernando Salazar y en un lejano tercer lugar con una calificación mínima el señor Ricardo Mejía Berdeja pese a poseer, según él, la simpatía presidencial, por lo que por esa razón le darían el triunfo amañando las encuestas si fuera necesario, lo que no sucedió y de inmediato, una vez conocido el resultado envió un mensaje dirigido a la ciudadanía y declaró que todo eso fue una manipulación con el objeto de descalificarlo y sacarlo de la jugada, motivo por el que emprenderá alguna opción para impugnar el resultado.

Esa actitud originó una implosión que según el diccionario es una acción de romperse hacia dentro con estruendo las paredes de una cavidad cuya presión es inferior a la externa, hasta aquí la definición, por lo que ese rompimiento de seguro provocará cuarteaduras en la estructura morenista, que en contrapartida arrojará beneficios a la coalición del PRI, PAN y PRD, dando pie para espantar a ese partido guinda que haría más daño.

De acuerdo con el resultado adverso obtenido, Ricardo Mejía mostró una inconsistencia en su criterio abrumado por la derrota de las encuestas, pues con esas actitudes, en caso de haber ganado, seguramente implementaría una administración pública estatal por caminos sinuosos que arruinarían lo hecho.

El señor Mejía es una persona que demostró su verdadero estilo de actuar al verse perdedor y por lo tanto mutilado su camino hacia Palacio de Gobierno, pues existe el riesgo de romper con su mecenas quién lo puso en un escenario con el fin de que interpretara el papel de primer actor, solo que no tuvo público en virtud de la falta de identificación con la sociedad debido a su nula presencia en el Estado.

Su camino político ha sido mutilado desde hace años, pues se fue de Coahuila al estado de Guerrero donde tampoco pudo sobrevivir sin alcanzar las metas que se propuso, y ahora en nuestro estado después de 20 años de ausencia, convertido en una figura fantasmal como si fuera un desgarrón de niebla. De igual forma ya en la realidad, se evaporó esa oportunidad que le edificó su protector sobre bases endebles tratando de imponerlo y lo único que logró fue enviarlo al matadero sufriendo un descabello fulminante.

Los coahuilenses nos hemos salvado de tener un Gobierno aderezado con ideas y formas de trabajar tan fallidas como se hace nacionalmente, alejándonos de los avances que el actual Gobierno del estado nos ha ido llevando sobre caminos seguros.

Ahora la alianza necesita vigorizar una unidad tripartita requiriendo de convicciones políticas comunes con el fin de ganar la gubernatura luchando en favor del candidato creando un ambiente de confianza y sin precipitaciones.

Las declaraciones del señor Mejía en su derrota, donde afirma que las encuestas en las que salió adelante el senador Guadiana, dice que fueron amañadas con severas dudas de cómo se levantaron. Esas opiniones sí me parece que son sesgadas ya que se las debe adjudicar él mismo, pues maña es la que pretendía hacer, pues teniendo 20 años sin pisar Coahuila intentaba venir a gobernar con el absoluto desconocimiento de su historia y del contexto actual en todas las ramas de la actividad y su horizonte.

Se lo digo en serio.

Autor invitado.

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