Dicen que por las vísperas se sacan los santos… pues… de acuerdo a lo que López Obrador ha venido expresando en sus redes sociales y spots propagandísticos previos a su cuarto informe de gobierno, México es el paraíso terrenal. En ellos declara a soto voce, los prodigios alcanzados en sus cuatro años de desgobierno y por supuesto cargados en la monserga de que ellos no son iguales a las administraciones neoliberales, se auto elogió por los apoyos entregados al profesorado, las becas a los educandos y la distribución de recursos públicos otorgados a las escuelas para su mantenimiento. Aún en el supuesto de que así fuera… pues es su obligación y además no salieron de su bolsa, sino de la de los mexicanos que pagan impuestos.
En los cuatro años que lleva su administración, la violencia es ama y señora de norte a sur y de este a oeste, no hay día de Dios que la mafia de los cárteles le den tregua a nuestro país, nomás hay que ver los informativos, hasta da escalofríos la andanada de violencia. Criticó a Calderón por hacerles frente hasta la saciedad y él con su política de abrazos y no balazos la ha llevado a índices alarmantes. Cuando andaba en campaña prometió el oro y el moro, pero ahora que está en el poder pues nomás no ha dado el ancho, como dicen en mi rancho. Prometió regresar al Ejército a sus cuarteles, disminuir en un 50% los homicidios dolosos… y nada. Su famosa Guardia Nacional está a punto de convertirse en un ente más de las fuerzas armadas de este país… ¿en qué quedamos? Su sexenio va que vuela para encabezar la lista del más violento en la historia de este país.
Como candidato prometió cambiar la estrategia de seguridad asegurando que la de su predecesor no funcionaba ya que se registraban en promedio 70 homicidios en el país, hoy se dan 94 muertes violentas al día.
Fue un crítico a ultranza de que se trajera a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad. Transcribo lo dicho por López en 2010: «No es con el ejército como se pueden resolver los problemas de inseguridad y de violencia. No se necesita al ejército en las calles, no podemos aceptar un gobierno militarista». Si cae más pronto un hablador que un cojo.
Tras lo ocurrido en Chihuahua hace unas semanas, así se expresó al respecto: «¿Qué hace la policía municipal en Juárez si no interviene el Ejército para detener a los responsables de estos crímenes? Entonces se necesita. Se presenta el motín en el reclusorio. Pues se puede decir: “Es un asunto del Estado, no es asunto nuestro, no es del fuero federal, ¿para qué intervenimos? Bueno, ¿y cómo resuelven con los custodios un enfrentamiento de bandas al interior de un reclusorio cuando hay enfrentamientos con armas de fuego? Pues se requiere que intervenga el Ejército». Y es que una cosa es mirar los toros desde la barrera y otra lidiarlos en la plaza ¿Verdad, presidente?
Por cuanto a los homicidios dolosos, en agosto de 2018, Alfonso Durazo, propuesto como titular de Seguridad Pública, declaró que el presidente López Obrador quería reducir entre 30 y 50% estos ilícitos. He aquí la realidad. López recibió al país con 33 mil 740 homicidios dolosos, en 2019 cerró con 34 mil 689 muertes violentas, en 2020 con 34 mil 555 y solo el 2021 tuvo un ligero descenso al finalizar con 33 mil 318 eventos.
Por otro lado en su Plan Nacional de Paz y Seguridad se contemplan procesos de pacificación con los grupos del crimen organizado y también de desarme. Transcribo lo que se lee en el documento mencionado, al respecto: «¿Qué ofrecer a los delincuentes para que dejen de delinquir? En primer lugar, un aumento en la esperanza de vida: los integrantes de las organizaciones criminales suelen morir jóvenes y de manera violenta y ensanchar las perspectivas de la existencia resulta una posibilidad que casi todo mundo ambiciona. En segundo lugar la posibilidad de llevar una vida tranquila y sin sobresaltos; en tercero la posibilidad de que encabecen negocios legales y regulares. En cuarto, alcanzar la respetabilidad social». ¿Y? Pues los cárteles del crimen organizado se mantienen armados hasta los dientes. En los hechos violentos de hace unos días en Chihuahua, Guanajuato, Jalisco y Baja California, se les decomisaron armas cortas, granadas, drones con explosivos, entre otras «lindezas».
Tampoco ha cumplido con su promesa entorno a las personas desaparecidas: «Vamos a atender este triste y grave asunto de los desaparecidos, es una demanda pendiente, formalmente se reconoce que hay 36 mil desaparecidos, según cifras oficiales, pero los familiares hablan de que son más. De todas maneras, aún con la cifra oficial, son muchísimos y en todos los estados hay comités, hay colectivos de familiares de víctimas que están pidiendo que se les ayude a encontrar a sus seres queridos. Vamos nosotros a actuar en esta demanda justa, por eso mi llamado a la paz, por eso mi llamado a que se termine la guerra». Las desapariciones van a la alza. Hoy hay 104 mil 390 personas desaparecidas y no localizadas; 35 mil 208 (33%) de estas se han registrado en esta administración.
¿Y qué va a decir en lo tocante a la educación? Las escuelas de zonas alejadas están en el abandono y sin recibir los beneficios prometidos. La gratuidad de la educación no se ha alcanzado en todos los niveles. Por cuanto a la educación superior, se ha dedicado a acosarlas presupuestalmente. Las universidades autónomas, desde la UNAM hasta las de provincia, siguen siendo calificadas como corruptas y los recortes al subsidio que le corresponde otorgar al Gobierno federal son groseros. Las de las entidades federativas con las más castigadas por la «pobreza franciscana» implementada por la 4T. Con esto las obliga a no poder atender más estudiantes y a no mejorar las condiciones laborales de su personal académico y administrativo. Es su manera de fastidiarlas, ya que no puede controlarlas por mandato de ley (Fracción VII del 3ro. Constitucional). A los que sí va a pasar a desgraciar son a los niños y adolescentes de la básica y de la media, con el adoctrinamiento que implementarán con «su reforma educativa».
Y para las instituciones privadas es peor la situación con una Ley General de Educación Superior que las clasifica como negocios privados, sin considerar el servicio y la aportación que prestan toda vez que el Estado no ha podido cumplir con su obligación de atender un derecho intrínseco reconocido para todos los mexicanos. Y no olvidemos también como ha recortado apoyos a investigadores, a programas destinados a esta y publicaciones. Y tampoco hubo ningún apoyo gubernamental durante la pandemia del COVID-19 para evitar que los estudiantes truncaran su formación profesional.
¿Y sobre el otro derecho fundamental? La salud. Hoy estamos peor que cuando estábamos peor. El IMSS y el ISSSTE no han sucumbido por el personal que lo sostiene con su trabajo, con su entereza, con su lealtad a su compromiso con el servicio que prestan, no por el presupuesto que se les otorga. Trabajan con las uñas. Y a los que les fastidia la existencia es a los mexicanos que pagan por ese servicio con su venia y sin su venia. Y también, por un capricho visceral borró de un plumazo el Seguro Popular que significaba todo un aliento a millones de mexicanos que no tenían otra alternativa para atender sus enfermedades. Creó el Insabi que ha servido para dos cosas, para nada y para nada.
¿Qué va a informar presidente? La realidad que está viviendo México es dolorosa. Usted se ha dedicado a dividir a los mexicanos, a estigmatizar a quienes no coincidimos con su manera de… de… dirigir este país que es tan nuestro como suyo. Somos un país con muchas asignaturas pendientes… ¿Cómo cuáles? Como la pobreza que usted quiere «resolver» con populismo, igual que los gobiernos del partido del que usted proviene, del PR… y está más que probado que esas «ayudas» solo envilecen, les quitan a las personas la posibilidad de reconocerse como tales y de aspirar a ser autosuficientes y por ende libres.
Que pena que usted sea tan necio, tan cerrado a escuchar… Las personas como usted no son las adecuadas para gobernar un país, ¿sabe por qué? Porque no les importa el bienestar de sus gobernados, porque tienen una incapacidad irremediable para entender que la pluralidad y el disenso son dos elementos necesarios para que exista un régimen democrático. Usted es un dictador innato, detesta el orden jurídico, nos lo demuestra un día sí y otro también. Pero no le va a alcanzar para engullirse al país, somos más los que pensamos diferente que usted. Y si algo hay que agradecerle es que su desempeño como titular de Ejecutivo nos está llevando a unirnos por amor a México.