En un país donde las esperanzas parecen ser un sueño inalcanzable, donde el bienestar es solo para unos cuantos, donde la corrupción se ha normalizado a niveles enfermizos, país donde los índices de violencia no dan tregua y se vislumbran características de ingobernabilidad, un país que lee poco y no se le permite decidir su futuro inmediato…
En esta política donde todo parece reciclado, donde jóvenes promueven un voto que no entienden, pero se ostentan como pseudo expertos… México el país que pone diques a sus valores democráticos.
Así es el día a día en cualquier lugar y a cualquier hora en nuestro país. Los mandamás, hoy engañan y son cómplices de la mentira y tienen como paladines a los cínicos arribistas que pretenden seguir engañando a muchos mexicanos.
Ante este escenario, miles de migrantes latinoamericanos llegan a nuestro país tras un largo recorrido, después de vivir-sufrir la travesía durante años por diferentes países, donde han huido de su país de origen, principalmente por su precariedad económica, su situación política o la inseguridad.
Un paso más, ya a un paso del cruce a Estados Unidos —la tierra prometida— los migrantes se encuentran con la negligencia y la inexperiencia de las autoridades locales y federales; aunado a ello, padecen las disputas del crimen organizado y muy probablemente, encuentran la muerte.
Muertes por asfixia, choques y accidentes, ahogamiento, deshidratación y la compra-venta de personas… son parte de su travesía, pero principalmente, en la frontera de México con los Estados Unidos.
Y dicho sea de paso, una de las últimas tragedias ocurridas en nuestro país, marcó el 2023. El incendio de la estación migratoria del Instituto Nacional de migración en Ciudad Juárez, causó la muerte de 39 personas y lesiones a 28; lo anterior, llevó al extremo la violencia que padecen diariamente quienes se aventuran a cruzar nuestro país con el fin de pasar a Estados Unidos. La combinación de factores como la corrupción, crimen organizado, incompetencia y alta vulnerabilidad de las víctimas, reventó como papa caliente a las fronteras y Gobiernos de Estados Unidos y México ante la impotencia e incompetencia por tratar de detener las oleadas de gente que huye de Centro y Sudamérica.
Suele suceder que en las fronteras entre países, el trato es inhumano. Ante la ignorancia y la desfachatez de sentirse superiores en su pequeño púlpito, se transgrede entre los bordes de los países sin que alguien tenga una solución pronta y expedita.
Abraham Álvarez
Aguascalientes, 1982. Cursó sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Coahuila, posteriormente hizo sus estudios de maestría en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Labora en la administración pública estatal desde el año 2005. Es maestro de Teoría Política en la Facultad de Economía de la UA de C desde el año 2009. Ha sido observador electoral de la Organización de los Estados Americanos en misiones para Sudamérica, en la que participa como miembro de observadores para temas electorales.