Mitos en enfermos tiroideos

Parte IV

Paradójicamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019, hace un llamamiento urgente para reducir los daños causados al paciente en la atención de salud.

https://www.who.int/es/news/item/13-09-2019-who-calls-for-urgent-action-to-reduce-patient-harm-in-healthcare.

«Nadie debería sufrir daños mientras recibe atención sanitaria. Pese a ello, en todo el mundo mueren al menos cinco pacientes cada minuto debido a una atención poco segura», señaló el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

En esta columna de libre expresión de La Opinión, y ahora en Espacio 4, se comenta lo anterior desde hace unos 35 años, en que el Dr. Ernesto Ibarra (QEPD), columnista de este periódico, me invitó a colaborar en relación a las virtudes y defectos del ejercicio médico.

En seguida se comentan ejemplos de lo anterior:

Mito: Un bulto en su tiroides significa que usted tiene cáncer de tiroides o que tiene un riesgo mayor de desarrollar cáncer.

Hecho: La mayoría de los nódulos tiroideos no son cancerosos y nunca lo serán. El signo más común de cáncer de tiroides es un bulto o nódulo en su glándula tiroides. Si bien la apariencia de un bulto puede ser comprensiblemente angustiante, hasta el 97% de los casos será completamente benigno. Esto es especialmente cierto en personas con hipotiroidismo o un nódulo tiroideo solitario. Ninguna de estas condiciones se asocia con un mayor riesgo de cáncer. Por el contrario, existe un mayor riesgo entre las personas con hipertiroidismo que desarrollan bocios multinodulares.

Hasta aquí el texto del siguiente enlace.

En relación a lo anterior, comparto otro enlace, cuya cabeza de nota reza:

La mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner no padecía de cáncer de tiroides, como se temía antes de la operación a la que fue sometida.

https://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2012/01/120107_ultnot_cristina_no_cancer_cr.

Sucedió en el 2012 en Argentina. Fernández fue hospitalizada con un diagnóstico de carcinoma papilar en el lóbulo derecho de su glándula tiroidea, lo que obligó a practicarle una tiroidectomía total. El portavoz oficial dijo que nuevos estudios revelaron que los nódulos que se le habían detectado eran de tipo benigno, por lo que la operación sería suficiente para erradicar definitivamente la dolencia de Fernández.

«El estudio histopatológico definitivo (…) descartó la presencia de células cancerígenas», dijo el portavoz Alfredo Scoccimaro, al leer el parte médico.

Cientos de simpatizantes de Fernández que se encontraba acampando en las cercanías del hospital Austral, donde la presidenta permaneció internada tras su operación, celebraron la noticia.

«No es un cáncer papilar».

«Modificando el diagnóstico inicial de la punción, la histología definitiva fue informada como adenomas foliculares», agregó Scoccimaro, por lo que no será necesaria la suministración de yodo radiactivo.

«No es un cáncer papilar; el adenoma folicular es una patología benigna», dijo Eduardo Faure, endocrinólogo especialista en la glándula tiroides a la agencia de noticias Reuters.

Según un especialista, este tipo de «falso positivo» se da en alrededor del 2% de los casos. «Este resultado siempre estuvo dentro del espectro de posibilidades. No significa que el diagnóstico original haya sido equivocado», agregó el experto.

Le fue bien a este paciente VIP (Very Important Person) porque alguna vez ya comenté un caso de observación personal: a una paciente obesa con aumento de volumen en la cara anterior de cuello, un ultrasonido reportó «aumento de volumen de tiroides», con hormonas tiroideas normales y sin biopsia previa a la operación decidieron extirpación total de la tiroides, la cirugía fue tan agresiva que seccionaron el nervio laríngeo inferior responsable de la voz, eliminaron las cuatro glandulitas paratirodes (adyacentes a la tiroides) responsables del equilibrio del calcio para la contracción muscular, las secuelas fueron: ronquera casi sin voz apenas se le entendía el habla, por la sección del nervio laríngeo. Debía tomar de por vida 10-12 tabletas de calcio para mantener normal la contracción muscular, esto secundario a la extirpación de las paratiroides, y debía tomar también de por vida, hormonas tiroideas.

Solamente una vez la vi, es posible que esta mujer se haya suicidado porque evolucionaba con una grave depresión.

Y esto sucede en plena época con la tecnología de punta actual. No recuerdo casos de esta talla hace 40 o 50 años, inicié el ejercicio de la medicina con mínima tecnología, cuando los cuidados de terapia intensiva eran responsabilidad humana, la hacíamos los médicos midiendo signos vitales cada 30 o 60 minutos, directamente nosotros lo médicos. La robótica, las computadoras, están reemplazando al cerebro humanista de los médicos de antaño, ni mejor, ni peores que los actuales.

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

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