Morena le pone la gubernatura al PRI en bandeja de plata; pasó la tormenta

Armando Guadiana afronta la difícil tarea de conseguir el apoyo ciudadano y atraer al consejo estatal del partido guinda, que en noviembre eligió al subsecretario de Seguridad Pública para coordinar los comités de defensa de la  Cuarta Transformación

Guadiana saca la bandera blanca; morenos se alinean

La eliminación de Ricardo Mejía de la carrera por la gubernatura cambió el rumbo de la sucesión. Los barruntos de tormenta en el PRI se disiparon y los vientos de alternancia ahora solo soplan en Estado de México. El lagunero era visto como el único aspirante opositor capaz de romper el ciclo político iniciado hace 18 años, denominado «moreirato». Llamar a las cosas por su nombre, desafiar al statu quo y comprometerse a investigar la megadeuda y otras irregularidades le atrajo simpatías al favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, desde su reaparición en la arena política estatal tras 17 años de ausencia, coincidente con la llegada de los Moreira al poder, el subsecretario de Seguridad Pública generó fuerzas contrarias y concitó animadversión entre la clase política, las élites económicas y los medios de comunicación.

Mejía le proporcionó armas a sus adversarios para que lo presentaran como un «peligro para Coahuila». El funcionario utilizó la estrategia de la provocación para fijarse en la memoria colectiva y trabajó contra reloj para ganar la candidatura de Morena al Gobierno de Coahuila. Su desarraigo, sus faltas a la ley electoral (tapizar las calles con propaganda) y el descuido de sus tareas como responsable de combatir el delito, para recorrer el estado los fines de semana, se le restregaron en columnas y programas. No era el único que incurría en actos anticipados de campaña, pero el Instituto Electoral y el Tribunal Electoral juegan en la cancha contraria.

«(Guadiana) es un candidato vulnerable por todos lados. Un rival no tan complicado para el PRI, sea por la vía de la elección, sea por la vía de arreglo».

Carlos Loret, periodista

La escalada de violencia en Zacatecas, donde Morena empezó a gobernar el año pasado después de una sucesión de Gobiernos del PRI y el PRD, sirvió para infundir temor entre la sociedad. El mensaje era obvio: «Si Mejía gana, en Coahuila pasará lo mismo». El asesinato del consejero de Morena, Salvador Llamas, el 21 de octubre en un restaurante de Guadalajara, echó leña al fuego, pues, según varios medios, era operador de Mejía. En ciudades del estado empezaron a aparecer anuncios espectaculares con la leyenda: «Yo me acuerdo de las balaceras. Por favor que no vuelvan». La campaña es de la asociación «¡Yo sí! ¡Súmate!», formada por organismos patronales, universidades y algunos grupos oficialistas para promover el voto en las elecciones de gobernador del 4 de junio próximo.

«Va a continuar Ricardo como subsecretario de Seguridad Pública, nos ayuda mucho (…) pero además me va a representar en Coahuila (…) tenemos proyectos muy importantes para el pueblo».

Andrés Manuel López Obrador

De los aspirantes de Morena a la gubernatura, Mejía fue el único que asumió el papel de oposición y defensa del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la Cuarta Transformación. El delegado Reyes Flores, el senador Armando Guadiana, quien finalmente será el candidato, y el exdiputado Luis Fernando Salazar hicieron mutis frente a los embates y se acercaron al poder para empujar sus agendas personales. Mejía lo denunció. Empero, se echó encima a un aparato poderoso y a múltiples intereses.

Meter al gobernador Miguel Riquelme —bien calificado en las encuestas— en el mismo saco que los Moreira, no le funcionó al subsecretario. Tampoco pudo revertir la mala prensa que tiene en Coahuila. Para abrirse espacios se apoyó en periódicos y programas de radio y televisión de Ciudad de México. Sin embargo, medios adversos al presidente López Obrador, como Reforma, se convirtieron también en enemigos suyos y apoyaron a Guadiana. La inseguridad y la cercanía con AMLO se las cobraron a Mejía. Recurrir a trucos baratos como bailar en TikTok para ganar adeptos, le generó una catarata de críticas. En los comicios del año pasado, también Guadiana (76 años) hizo el ridículo: se disfrazó de Mario Bros y actuó de «disc-jockey» para conectar con los jóvenes. Perdió la alcaldía de Saltillo.

Candidato vulnerable

La postulación del millonario Armando Guadiana para la gubernatura de Coahuila generó decepción y disgusto en los sectores que esperaban, de un partido «renovador» como Morena, un candidato fresco y sin ataduras con las élites políticas y económicas. Ricardo Mejía parecía ser la opción, pero la cúpula se decantó por un senador anodino cuya defensa del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de la Cuarta Transformación ha consistido en combatirlos. Guadiana cuestiona al presidente y pondera a los Gobiernos del PRI con los cuales parece identificarse más. La nominación del empresario es un regalo de Morena para el PRI.

Guadiana tiene la ardua labor de conseguir no solo el apoyo popular, sino también el de un partido cuyo consejo estatal lo rechazó para coordinar los comités de defensa de la 4T. En la asamblea del 10 de noviembre, celebrada en Frontera, Ricardo Mejía lo superó por 38 votos (42/4). El delegado federal Reyes Flores captó 11 y Luis Fernando Salazar, 8. Los aliados del senador parecen estar fuera de Morena. El favorito del presidente López Obrador era el subsecretario de Seguridad Pública. Guadiana gana en las encuestas —«amañadas», según Mejía—, pero no en las urnas. Miguel Riquelme y Guillermo Anaya lo superaron en las elecciones para gobernador de 2017; y José María Fraustro, en las de alcalde de Saltillo de 2021. La senaduría la ganó en 2018 colgado de López Obrador.

El empresario minero tampoco se ha distinguido por su desempeño en la Cámara Alta. Distante de las bases de Morena y de la sociedad, asistió al mundial de Qatar y el anuncio de su designación como coordinador de los comités de defensa lo esperó cruzado de brazos. Para el periodista Carlos Loret, la candidatura del «cuestionadísimo» senador Armando Guadiana forma parte de los pactos con el PRI por haber votado en favor de la hipermilitarización del país. «Morena aceptó bajar la guardia en el estado, dejando (la) cancha abierta para que el PRI se mantenga en el poder estatal. (…) relegando a quien se ostentaba como el favorito del presidente López Obrador, Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad federal». («Morena cedió Coahuila al PRI», El Universal, 13.12.22).

El conductor del portal de noticias Latinus advierte que Guadiana «es un candidato vulnerable por todos lados. Un rival no tan complicado para el PRI, sea por la vía de la elección, sea por la vía del arreglo. Guadiana ha estado en medio de escándalos de todo tipo. Marcadamente por los beneficios que ha recibido como empresario de sus posiciones de poder público. Incluso ha tenido algunos roces con el presidente López Obrador a consecuencia de los intereses que defiende.

»No es que Mejía Berdeja fuera un trabuco de aspirante, para nada. (…) su precampaña rayó en lo patético: desde el uso de aviones oficiales para promover sus aspiraciones, pasando por el dispendio de recursos en fiestones (uno de ellos cerquita de la mina siniestrada hace unos meses) y llegando hasta el triste papel de volverse bailarín de TikTok con tal de tratar de conquistar nuevas audiencias».

Desde que el subsecretario de Seguridad Pública, originario de Torreón, regresó a Coahuila se encendieron las alarmas en el Palacio de Gobierno, en el PRI y en los sectores afines. A toda luz era el ungido de Palacio Nacional. El diagnóstico de Loret al respecto es certero: «No era a Mejía a quien le tenía miedo el PRI. Le tenía miedo a López Obrador: que el subsecretario recibiera todo el paquete-AMLO de apoyo de Estado, por su cercanía con el presidente (promoción en la mañanera, investigaciones en al UIF, cash, operación política desde Palacio Nacional, programas sociales, carpeta en la FGR y un largo etcétera)». La tensión terminó el 12 de diciembre. Con Guadiana como candidato, el PRI tiene la mesa puesta.

Espaldarazo presidencial

Ricardo Mejía despertó del letargo a un estado donde aparentemente nunca pasa nada y lo puso en movimiento. Entretanto, las oposiciones —incluido Morena— pactaban con el PRI para mantener el statu quo y obtener posiciones que no pueden conseguir con votos. Las señales sobre su candidatura eran inequívocas: el presidente Andrés Manuel López Obrador lo envió a Coahuila para sacar adelante la revocatoria de mandato boicoteada desde el poder; recibió apoyo de empresarios, cuadros políticos y grupos sociales; atrajo a liderazgos de otros partidos; alentó a la disidencia y puso en jaque el cacicazgo del clan Moreira en el SNTE, cuyo control de las secciones 35 y 38 le fue arrebatado en las primeras elecciones democráticas.

«¿Cuándo ha convocado el senador Guadiana a una marcha (…), a un evento?», cuestiona Mejía en el video donde descalifica, «por sesgada», la encuesta de la comisión de elecciones de Morena en favor del empresario. Guadiana «no genera ánimo social», sino animadversión: descalifica al presidente, critica su obra y guarda una «relación de compadrazgo y afinidad» con los contrarios. «¿Cómo va a defender la 4T alguien que cohabita con sus enemigos y adversarios?». Mejía anunció movilizaciones en el estado. López Obrador cerró el caso horas después y exhortó a su colaborador a acatar el resultado. Mejía guardó silencio tres días y reapareció en la rueda de prensa de los jueves donde tiene a sus cargo la sección Cero Impunidad.

La conferencia ya había terminado cuando el nombre de Guadiana flotó en el ambiente. Los reporteros querían saber sobre el futuro de Mejía. ¿Dejaría el cargo después del berrinche? López Obrador lo tomó del brazo y juntos regresaron al estrado. «Eso sí es importante que yo se los diga. Va a continuar Ricardo como subsecretario de Seguridad Pública, nos ayuda mucho, le tenemos toda la confianza, pero además me va a representar en Coahuila porque tenemos proyectos que son muy importantes para el pueblo».

Con respecto al proceso de Morena para nombrar candidato, el presidente dijo Mejía ya había aceptado la decisión, tomada a partir de las encuestas. «Es un ejemplo, Ricardo. Ya más no les voy a seguir diciendo». No agregó nada porque ya lo había dicho todo: Mejía seguirá en el gabinete, pero además representará a AMLO en Coahuila. En principio le asignó tareas que por su sensibilidad e impacto social se han politizado: mantener la paz, «darle salida al problema complejo de Altos Hornos de México» y atender el Programa Agua Saludable para La Laguna. Mejía no será candidato a la gubernatura, pero tendrá una trinchera desde la cual podrá combatir a los adversarios de la 4T y tener presencia en el estado.

López Obrador se refirió tangencialmente a las versiones según las cuales Morena y Mejía representaban un peligro para Coahuila, pues, de ganar, las balaceras regresarían a Coahuila. «Se manejó mucho, por politiquería, que iba a desaparecer el Mando Especial de La Laguna. (…) no es cierto. Esto me lo plantearon en una reunión que tuve hace como una semana con empresarios aquí en la Ciudad de México. De repente se paró un empresario y me dijo: ‘Oiga, ¿y por qué van a quitar el Mando Especial de La Laguna?’; le digo: Pues es la primera vez que lo estoy escuchando. Pero es parte de la politiquería para echarle la culpa al Gobierno federal. Entonces (Ricardo), ayudándonos en esto».

En su doble carácter de subsecretario de Seguridad y representante del presidente López Obrador, Mejía realizó una gira por varias regiones del estado para agradecer el apoyo a su candidatura, en la cual insisten sus simpatizantes. También anunció la creación del Movimiento Coahuilense por la Cuarta Transformación, con la frase del catcher de los Yankees, Yogi Berra: «Esto no se acaba hasta que se acaba». E4


Guadiana saca la bandera blanca; morenos se alinean

Riquelme es uno de los mejores gobernadores y Manolo Jiménez, un buen candidato, declara el coordinador de los comités de defensa de la 4T

«Pues entonces debería seguir el PRI, ¿no? Armando», replica el periodista Julio Hernández tras escuchar al virtual candidato de Morena al Gobierno de Coahuila, Armando Guadiana, ponderar al gobernador Miguel Riquelme y denigrar a David Monreal (Zacatecas), hermano del coordinador de los senadores de Morena, y Américo Villarreal (Tamaulipas), sin matizar que las administraciones precedentes habían sido encabezadas por Alejandro Tello (PRI), exiliado en Estados Unidos; y Francisco Javier García Cabeza de Vaca (PAN), acusado de tener vínculos con el narco y otros delitos.

El diálogo entre Hernández y Guadiana transcurre así:

—¿Pero no tienes un juicio tajante respecto a corrupción y mal Gobierno de Miguel Ángel Riquelme?

—Eso sí no lo tengo.

—¿Ha sido un buen gobernador?

—Es un gobernador bueno… es más, está calificado como uno de los al menos primeros cinco o seis gobernadores…

—¿Y tú coincides…?

—Tenemos más paz, el problema de inseguridad es algo menos que en otras regiones. Se nota y lo vemos comparado con Zacatecas, Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas, Michoacán (todos gobernados por Morena).

—Pues entonces debería seguir el PRI (en el poder)…

Guadiana fue no menos generoso con el favorito en todas las encuestas para ganar las elecciones del 4 de junio, después de quedar Ricardo Mejía al margen de la competencia: «Manolo (Jiménez) es un buen candidato, una buena persona. Conozco a toda la familia», declaró el flamante coordinador de los Comités de Defensa de la 4T en el programa «Me lo dijo Adela». Guadiana parece darle la razón a Carlos Loret sobre la entrega de Coahuila: «Morena aceptó bajar la guardia en el estado, dejando (la) cancha abierta para que el PRI se mantenga en el poder estatal».

«Pues entonces debería seguir el PRI, ¿no? Armando»

Julio Hernández, periodista

En Coahuila se esperaba una guerra sin cuartel por la gubernatura, pero devino rendición tres meses antes del inicio de las campañas. La alianza PRI-PAN-PRD tiene un nuevo socio: Morena. «Guadiana gana encuestas amañadas, mas no elecciones. Denunció la megadeuda, pero después se olvidó de los Moreira», acusa Mejía. El subsecretario de Seguridad Pública no pudo remontar el hándicap del desarraigo ni el juicio negativo de la comentocracia. Ausentarse de Coahuila 17 años por razones políticas —la animadversión del moreirato— sin mostrar interés por los problemas del estado, le pasó factura. «Subir un punto en conocimiento es muy difícil. Si el candidato de Morena se decide por encuestas, Ricardo está perdido», me dice Guillermo Anaya, quien compitió con Rubén Moreira y Miguel Riquelme por la gubernatura, antes de que el PRI y el PAN iniciaran negociaciones para cerrarle el paso a la 4T en Coahuila. Tenía razón.

¿Cuál es el ambiente en Morena después del nombramiento de Guadiana? ¿Existe riesgo de ruptura?, pregunto a Gerardo Puentes, exdiputado del PT y conocedor de la política estatal. «Ya se están alineando. (…) inmediatamente se pusieron a sus órdenes Shamir Fernández, Jorge Luis Moran y Yamile Mtanous, de Acuña. Con Tania Flores, alcaldesa de Múzquiz, hay una relación cercana de negocios. Además, el presidente ya ganó y planchó (la decisión), no le queda de otra a los morenos. (…)

»Ante este escenario, y al no gozar Guadiana de la popularidad de López Obrador, sería de trámite la elección. (…) Aún más débiles quedan (en Morena) si Lenin (Pérez, líder de UDC) no va con ellos (40 mil votos). Y si el gobernador logra acordar con Cuco Sandoval (Partido Verde), como ya lo hizo en las pasadas elecciones, pues réstales otros (30 mil votos). (El PRI y el PAN) se están repartiendo todo el pastel: los tres poderes y los dos órdenes de Gobierno». E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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