El hecho de que los diputados del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hayan votado a favor de la reforma a la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, que facilita a los prestamistas cobrar los adeudos de los trabajadores directamente de su salario antes de recibirlo de la nómina, es un retroceso brutal digno de los más despreciables «chupasangre» de la usura, que es lo mismo que volver a las «tiendas de raya» como un método efectivo para esclavizar a los trabajadores, una aberración que se contrapone a las conquistas obreras más sentidas de la Revolución.
Y conste que esta iniciativa no es de los panistas ni de los priistas, que fueron los partidos que aprobaron el gran atraco del Fobaproa-Ipab, sino que fue hecha por la bancada de Morena que para disimular su servilismo a los vampiros usureros le han llamado a dicho mamotreto «ley de cobranza delegada», cuya aprobación en la Cámara de Diputados con la mayoría de Morena curiosamente se consumó antes de la convención de banqueros en Acapulco, como poniéndose de tapetea los pies de don dinero estos «izquierdistas» que tanto rebuznan que «primero los pobres» y le dan colmillos a Drácula para que los siga sangrando.
La votación en San Lázaro que aprobó la nueva «tienda de raya» se dio con 227 votos a favor: 163 de Morena, 39 del PVEM, 24 del PT y un voto del PRI. El partido verde es una lacra que echa en tierra su antecedente de haber votado en contra del atraco del Fobaproa-Ipab. El Partido del Trabajo también aprobó el dictamen incluyendo el voto de Fernández Noroña, quien dice odiara los banqueros.
Y en contra de este nuevo instrumento del agio votaron todos los diputados del PAN, todos los del PRI menos una legisladora, todos los de Movimiento Ciudadano y del PRD y siete diputados del PT que le dieron la contra al millonario Alberto Anaya, líder de ese partido dizque de los trabajadores.
También hubo siete abstenciones, todos diputados de Morena, 53 legisladores ausentes, entre ellos Cristina Amezcua y Jaime Bueno del PRI, y Javier Borrego de Morena y asimismo uno de quórum (que pasó lista, pero que no votó ni a favor ni en contra del proyecto), el también coahuilense Carlos «El Pontiac» Ortiz Tejeda, que siempre ha sido izquierdista, pero que apenas milita en Morena después de toda una vida en el PRI que también lo hizo diputado. Cabe hacer mención que entre los diputados del PRI que se opusieron a esta trampa están Rubén Moreira, Jericó Abramo, José Gutiérrez Jardón y Tereso Medina.
Y decimos que es una trampa porque el obrero o la trabajadora que tienen sueldos de subsistencia siempre tendrán necesidad de efectivo por el motivo que usted quiera y será fácil endeudarlos con altos intereses de usura. Y estos malditos de Morena están dando su anuencia para que los patrones, antes de entregar el salario del obrero, primero les paguen a sus acreedores y lo que sobre se lo entregará al empleado. Una vil tienda de raya.
Todavía nos falta ver quién o quiénes fueron los autores de esta iniciativa. Por ahora están ocultos, pero pronto nos vamos a enterar.