Les comparto un dato inútil, pero un tanto interesante. ¿Sabían que Wong Fei-Hung es la saga más larga de la historia? Con un total de 90 películas a lo largo de 50 años. Wong Fei-Hung era originario de China, artista marcial, médico y patriota chino, quien se convirtió en héroe del folclore de su país. Fundó su propia escuela marcial y su propia clínica, convirtiéndose en un personaje popular tanto por su destreza en combates como por sus conocimientos médicos.
Le siguen títulos como Hopalong Cassidy, que va de la mano de un héroe cowboy con 66 películas en 14 años, un tanto más popular en la prensa escrita, que posiblemente en estos tiempos sería cancelado, siendo este personaje grosero, de hablar áspero y conducta desganada. Otra de las sagas con mayor número de películas en su haber y, a lo mejor, un poco más conocido en México, The Durango Kid, con 64 películas en 12 años, iniciando en los años 40.
No sé ustedes, pero a mí me dicen sagas y no hubiera pensado en ninguna de las antes mencionadas. Mi mente tendría películas como Star Wars, seguida por el El señor de los anillos e Indiana Jones. Quizá Matrix, ahora que ya tiene una cuarta entrega, y El Padrino, si nos ponemos un poquito más clásicos.
Pero, ahora bien, ¿es necesario tantas películas de un mismo producto? Si bien en el caso de Star Wars —que fue pensada por su creador George Lucas de esta manera— ¿todos necesitaban tantas entregas?, ¿no existen más ideas que desarrollar?, ¿la creatividad en el cine solo da para esto?
Es evidente que las películas antes mencionadas les rindieron frutos económicos a sus respectivas casas productoras y es por eso que se ha explotado o se explotó hasta donde se pudo, entendiendo que probaron una fórmula y sirvió, preguntándose: ¿Para qué voy a probar con algo que puede no funcionar y hacerles perder?. Pero, ¿no debería el arte también dar oportunidad a una nueva era de ideas?
Ahora vemos series o programas especiales que se desprenden de las películas. Ejemplo: El señor de los anillos o Star Wars. Por otro lado, algunas cadenas de cine tienen ciclos donde reviven los clásicos como Robocop, Blade Runner y Alien, bien, justo en la nostalgia, pero… ¿y lo nuevo?
Simplemente, si le dan un vistazo a lo que se nos ha entregado en la cartelera, podemos encontrar Jurassic Park, Los Minions 3, Lightyear, Thor: Love and Thunder, teniendo algunos títulos de productos fílmicos nuevos, pero sin el impulso publicitario que las antes mencionadas poseen.
A todo esto, dirán ¿Qué te afecta? Tú compra unas palomitas, con su refresco y a disfrutar, claro, es parte de la magia del Séptimo Arte ¡Pero! Ya sea en el aula, en la casa o en una charla de café, sale el tema de querer buscar algo nuevo, no encontrar el hilo negro en pleno siglo XXI, sino generar cosas diferentes y ¿si somos nosotros mismos quienes no queremos salir de lo ya conocido?
No les digo que trabajemos duro, nos quememos las pestañas, como dicen las señoras, o que nos partamos las espaldas. Tal vez sí que luchemos por ser una mejor versión de nosotros mismos y que nos encontremos abiertos a trabajar en construir la versión que nosotros queremos de nosotros. No seamos como Wong Fei-hung, tomémoslo de ejemplo, pero seamos nosotros mismos.