Aunque se conoce que en la política intervienen muchos factores, el nuevo alcalde habrá de conformar un equipo de trabajo eficiente de verdad para que Saltillo sea una gran capital
Para que la ciudad viva de manera adecuada y se desarrolle armoniosamente se requiere el orden. Y por orden se entiende la acción de colocar las cosas en el sitio que le corresponde a cada una. El orden es la disposición de las cosas de acuerdo con un plan; lo cual se contrapone a la casualidad y al caos.
Para que se pueda reacomodar el orden, se requiere permisos inteligentes que no se contrapongan a la armonía requerida para que los miembros de la comunidad mantengan su convivencia con la ciudad.
Ahora pasamos a ver los permisos, autorización o licencia; estos son actos administrativos por medio del cual se permite a una persona, física o moral, el ejercicio de un derecho o facultad; previa valoración de la legalidad de tal ejercicio en relación con el interés específico de la ciudad, que un sujeto autorizado y experimentado debe custodiar.
A lo largo de la historia de Saltillo se han establecido un sinnúmero de leyes reglamentos y normatividades para que la ciudad evolucione de la mejor manera para ofrecer a los ciudadanos un mejor lugar para vivir; conocido en nuestros días como calidad de vida —pero de eso platicaremos después—.
De la misma manera y a la par del nacimiento de estas leyes y normatividades han surgido los permisos, para poder mover «tantito» lo que ya estaba establecido. Y está bien, porque La ciudad tiene que evolucionar y si ese «tantito» no le afecta a nadie y en su lugar le beneficia; pues que sean bienvenidos, tanto el permiso como la nueva acción.
El problema llega cuando el permiso se convierte en «un favor» y a pesar de contravenir con los intereses de la ciudad este se otorga, consiente o inconscientemente de las consecuencias; pero al final el resultado será el mismo: La ciudad y la gente lo padecerán.
Estos favores deben extinguirse, La ciudad es primero y no debe haber cabida para favores que la lastimen y, por consecuencia, que mujeres, hombres, niñas y niños; funcionales o con capacidades diferentes, sufran por las implicaciones negativas de estas acciones. La ciudad se debe ordenar, Saltillo está creciendo de manera explosiva y habrá que actuar de inmediato.
Las nuevas autoridades deberán seguir los reglamentos, ya que estos fijan las reglas y las normas a las que se deben sujetar todos los ciudadanos y las autoridades; e indica que debe existir una real supervisión e inspección de parte de la autoridad municipal.
Existen muchos permisos que se convierten en favores: fraccionamientos, mercados móviles, banquetas, construcciones, transporte, alcoholes y muchos más… y la ciudad los debe controlar para funcionar bien y en pro de una mejor convivencia social.
La tarea ahora será del Ing. José María Fraustro Siller, el próximo líder de la ciudad. Aunque se conoce que en la política intervienen muchos factores, Chema habrá de conformar un equipo de trabajo eficiente de verdad para que Saltillo sea una Gran Capital y no un gran capital, como muchos lo han utilizado a lo largo de la historia.
Hace tiempo que no hay una idea clara de lo que ahora es Saltillo; que, como la mayoría de las ciudades en desarrollo se ahoga hoy entre el desorden, los cinturones de marginación y una convenenciera y desbocada modernidad para unos cuantos.
La ciudad habrá de incrementar y mejorar sus políticas públicas, para que sean concretas y que sirvan como eje rector para tener un panorama amplio sobre el futuro ordenamiento, así como la posibilidad de la gestión y distribución de los servicios públicos.
Estas nuevas políticas van a ser un reto para el nuevo cabildo municipal: Este cuerpo colegiado deberá corregir las problemáticas de la dinámica poblacional en los ámbitos sociales, ambientales y urbanos.
Se dice que estamos presenciando la desaparición de la ciudad clásica: de sus paisajes, formas de vida, valores reconocibles y también de sus conocidos inconvenientes. La ciudad, compacta y continua es todavía nuestra referencia básica, debido a la fuerza y dimensión de sus cascos históricos. Pero es una referencia prácticamente obsoleta; los nuevos barrios suburbanos o periurbanos son muy diferentes: lo es la forma de la vivienda y de sus agrupaciones, la función y el significado de la calle, las relaciones que se establecen con el transporte, el comercio o los equipamientos cotidianos.
Será imperativo que las nuevas autoridades busquen soluciones profundas que permitan a Saltillo llegar en orden a sus próximas etapas y afrontar con fortaleza lo retos que se avecinan.
Con información de Acciones Ecológicas / Ramón López de Lucio / Allan Brewer Carias / Plan Director de Desarrollo Urbano de Saltillo / Licencia de Construcción en el Municipio de Saltillo