Perestroika y Glasnost, reformas que dieron fin a la URSS

El 30 de agosto murió el abogado y político ruso Mijail Gorbachov a la edad de 91 años debido a problemas renales que ya le aquejaban. ¿Héroe o traidor? La disyuntiva se puede ver desde el punto de vista ideológico, occidental, oriental o por mera presunción, histórico.

Desde el punto de vista occidental, Gorbachov pasó a la historia como una figura política internacional en su momento (Premio Nobel de la paz 1990). Cito unas palabras decisorias que se pronunciaron en el Storting en Oslo: «la contribución decisiva del líder soviético en el proceso de apertura iniciada en la sociedad soviética ha influido en gran medida para el logro de un clima de confianza internacional». Para occidente fue uno de los artífices del fin de la Guerra Fría y la tensión nuclear que existía en su momento.

En el espectro oriente y de los países aliados de Rusia o prorusos, Gorbachov fue uno de los causantes de la disolución de la URSS y la posterior crisis económica y política que vino tras el colapso. Gorbachov durante su Gobierno lanzó dos reformas importantes; la Glasnost (apertura-transparencia) y la Perestroika (reestructuración). Lo anterior, fue la antesala de la disolución de la URSS, la expulsión del propio Gorbachov del poder y uno de los tránsitos más decisivos del mundo contemporáneo.

Encabezó la Unión Soviética en calidad de secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (1985-1991) y como presidente de la URSS (1990-1991). Repudiado en Rusia y aclamado en Occidente, Gorbachov fue central en un periodo de la Guerra Fría, el cual no puede comprenderse sin las iniciativas, vacilaciones, aciertos y errores del último presidente soviético, que falleció pocos meses antes de que se conmemore el centenario del nacimiento de la URSS, el 30 de diciembre de 1922.

Quizá Gorbachov era el ejemplo simplemente, de la derrota soviética en la Guerra Fría; pero para otros significaba, la reestructuración del gigante comunista que le dio vía libre a sucesos tan definitivos para la historia como la caída del muro de Berlín, el final de la guerra en Afganistán y lo más estruendoso, la independencia de 15 repúblicas que formaban parte de la Unión Soviética.

Por la entrada de la economía capitalista al inmenso territorio de Rusia y de las repúblicas ligadas a ella y por trastocar el orden geopolítico internacional, Mijail Gorbachov recibió los laureles.

El hombre fuerte del Kremlin, por medio de la Glasnost, quizo liberalizar el pensamiento político y promovió un acercamiento a Occidente. Pero con la Perestroika, la reforma económica, fracasó; sin embargo la Glasnost provoco una mayor apertura cultural, social y un tanto política, cambios que relajaron la seguridad y el control interior y dieron paso a que una balbuceante prensa libre se consolidara después de 1992.

La muerte de Gorbachov abre el debate sobre las luces y sombras de la extinta superpotencia, su declive final y sí realmente, su desaparición fue un proceso inevitable o el resultado de decisiones circunstanciales. También sobre su incapacidad o su falta de voluntad para evitar la desintegración del bloque del Este con el consiguiente derrumbe de la Unión Soviética.

Gorbachov fue traidor de la causa socialista y marioneta de los grandes capitales: se unió a organismos que promueven la gobernanza neoliberal y la agenda yankee, tejió amistades con las élites empresariales y políticas de lo que en el periodo de la Guerra Fría se denominaba el mundo libre, e incluso participó en anuncios comerciales para una marca de ultralujo.

Hay quienes sostienen que Gorbachov tendría que haber hecho como los chinos, modernizarse sin explotar… la Perestroika y la Glasnost, no revitalizaron al bloque soviético, sino que convirtieron el desorden en caos y aceleraron su colapso.

Aguascalientes, 1982. Cursó sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Coahuila, posteriormente hizo sus estudios de maestría en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Labora en la administración pública estatal desde el año 2005. Es maestro de Teoría Política en la Facultad de Economía de la UA de C desde el año 2009. Ha sido observador electoral de la Organización de los Estados Americanos en misiones para Sudamérica, en la que participa como miembro de observadores para temas electorales.

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