Me he visto por las mañanas con la piel desmoronada
poniendo una camisa al aire
y abrochar agujetas a pies sin camino
me he visto
patético, burdo
aventar ojos a los autos en espera de detenerlos
de que alguno pare su marcha
y me reclame para identificarme, al menos, en su odio
todo el espacio se mueve y pareciera que yo no me muevo con él
que las manos niegan palpar la tierra
los pulmones huyen a la asfixia del humo
el cuerpo niega caer en las mismas tumbas
el cabello cae
es polvo, desperdicio para mi cabeza
sin ambición
sin rostro
No es dolor
no es la ausencia por la vida fracturada
es el cuerpo desmoronado
vencido por sí mismo
un cuerpo que repite los mismos rituales, diariamente
a sabiendas de su inutilidad.