¿Qué puede ser revelado en el juicio de García Luna?

Campobello di Mazara fue el último refugio de Matteo Messina Denaro, el capo de capos; mafioso que pasó 30 años huyendo de la justicia o más bien, coexistía, ya que según informes recabados por los carabinieri era una persona que llevaba una vida común y que ocasionalmente acostumbraba visitar establecimientos públicos de las fincas que visitaba.

Con diferentes pseudónimos y carnets de identidad se escabullía de la autoridad y llevaba una vida normal el capo de los capo —como le llamaban—. Figuraba en la lista de los criminales más buscados del mundo como líder de la organización criminal Cosa Nostra, sociedad dedicada al tráfico de drogas, prostitución, extorsión y lavado de dinero. Conocido por su extrema maldad, se sospecha que además, versan sobre él, los atentados en Roma y Milán en 1993 y los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.

En nuestro país, también versificamos esas figuras y su símil es Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, a quién es sabido, cumple condena desde 2017 en Estados Unidos, consecuencia de una extradición. Guzmán Loera tenía a su servicio a Genaro García Luna, el mal nombrado superpolicía que sirvió en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón. Ya comenzó la comparecencia de García Luna ante una corte de Nueva York, luego de que fuera acusado de haber cooperado con el Cartel de Sinaloa para introducir 53 toneladas de cocaína.

García Luna, dirigió la extinta Agencia Federal de Investigación y después pasó a ser secretario de Seguridad Pública por lo que por sus conspiraciones y haciendo uso de sus atribuciones, viene siendo un miembro más de la conspiración. Su juicio tiene demasiados efectos mediáticos y demasiadas relaciones con el juicio de Guzmán Loera, además que lleva la vista el mismo juez: Brian Cogan.

¿Qué decir? De probarse las acusaciones podría pasar entre 10 años y el resto de su vida en prisión. Se dice que la sentencia de un juicio que durará semanas, dictaminará hasta que punto el crimen organizado se infiltró en la cúspide del poder mexicano durante las épocas más sangrientas y de afrenta del Estado contra la delincuencia organizada.

De manera directa y casi hasta lógica las miradas voltean a Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, también a un grupo denominado los siete jinetes del apocalipsis quienes se encargaban entre otras cosas de recoger sobornos y, de entregar chayote a periodistas mexicanos a fin de evitar la publicación de noticias no gratas.

Funcionarios, exfuncionarios, políticos y expolíticos de alguna u otra manera podrían salir salpicados ahora que la cloaca ha sido abierta, inclusive, la trama de corrupción puede abarcar hasta funcionarios del país vecino y la iniciativa privada. Por lo pronto se espera un calvario para los aludidos —y para los que se sientan—, una veintena de testimonios, semanas de documentos y muchos escándalos mediáticos. Ah, y en México existen múltiples causas en su contra, desde delitos cometidos por el fallido operativo conocido como rápido y furioso, hasta elementos con los que cuenta la Unidad de Inteligencia Financiera que giran sobre una red de empresas para lavar dinero y gestionar ganancias mal habidas. Probar más allá de una duda razonable es ahora la tarea de la justicia…

Aguascalientes, 1982. Cursó sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Coahuila, posteriormente hizo sus estudios de maestría en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Labora en la administración pública estatal desde el año 2005. Es maestro de Teoría Política en la Facultad de Economía de la UA de C desde el año 2009. Ha sido observador electoral de la Organización de los Estados Americanos en misiones para Sudamérica, en la que participa como miembro de observadores para temas electorales.

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