El número de contagiados y muertos parientes y conocidos, unido al contagio del presidente Andrés Manuel López Obrador; del ingeniero Carlos Slim y del arzobispo Norberto Rivera Carrera, las tres cabezas visibles de los poderes del país, el Ejecutivo, el empresario más rico del país y una de las cabezas ideológicas y operativas importante de la iglesia católica introdujo en el análisis de los que estamos pendientes y ocupados de la salud de la república nuevas preocupaciones. ¿Realmente está descontrolada la pandemia, nos dará tiempo de que nos vacunen, nos alcanzará el COVID-19? ¿Cuántos muertos más tendremos? Isabel Allende que vive en Estados Unidos publica una nota donde habla del tema, le preguntan del «principal miedo que conlleva el virus, que es la muerte, la escritora contó que desde que murió su hija Paula, hace 27 años, le perdió el miedo para siempre. “Primero porque la vi morir en mis brazos y me di cuenta de que la muerte es como el nacimiento, es una transición, un umbral, y le perdí el miedo en lo personal, ahora, si me agarra el virus, pertenezco al grupo más vulnerable, la gente mayor, tengo 77 años y sé que si me contagio voy a morir entonces la posibilidad de la muerte se presenta muy clara para mí en este momento, la veo con curiosidad y sin ningún temor”» Ojalá y todos pudiéramos decir lo mismo.
La situación del país se contamina con la lucha brutal que tienen los enemigos de Andrés Manuel López Obrador para no dejarlo gobernar y ponerle todas las trabas necesarias que sea posible. Entre ellas la capacidad de meter información falsa en todas las redes sociales y en los sistemas que funcionan entre diversos grupos. El vocero presidencial publicó una nota que esperamos tenga algún efecto: «Convocamos a medios de comunicación y a la ciudadanía a evitar difundir versiones no confirmadas por el @GobiernoMX sobre la salud del presidente. Hay versiones de mala fe y desinformación con intenciones políticas, que buscan dañar la imagen del mandatario. No a la infodemia. Atte.».
Por consejo de mi amigo Eliseo Mendoza Berrueto, veo el noticiero nocturno de Ciro Gómez Leiva, un excelente dramaturgo, que crea escenarios con tono melodramático, muy efectista. Seria sin duda un excelente director de telenovelas y fotonovelas, de esas que van capitulo por capitulo subiéndole el tono a las historias. Es un talento desperdiciado porque después del tercer noticiero uno se da cuenta de que es el mismo tono dramático, el número de noticias que da es muy limitado y todo su talento lo ocupa en atacar a los actuales funcionarios del Poder Ejecutivo. Es un caso típico de infodemia. Eso sin contar los pleitos que tiene con David Páramo, «el padre del análisis superior» en economía que trata de poner un toque de objetividad a su programa. Su tema de estos días es desprestigiar la vacuna rusa Sputnik V y asustar a la gente para que la rechace. Nadie puede creer que una de las primeras potencias mundiales que le ha ganado la carrera científica espacial a los Estados Unidos y a Europa comprometa su prestigio en una vacuna en este momento, que la atención mundial está centrada en las vacunas que se producen en todo el mundo.
Lógicamente la vacuna está probada y millones de veces probada, es una pena que la mala fe de los enemigos de siempre para la administración de la 4T, las secuelas del anticomunismo y la franca ignorancia utilicen armas de tan bajo nivel político, moral y científico. Estos países son serios. Nadie se va a jugar la vida de sus conciudadanos.
El escenario mexicano cambió con la aparición de AMLO en los medios con un mensaje a los mexicanos. Hay problemas, pero los hay en todo el planeta. Los planes ahora son de producir la vacuna y ponérsela al mayor número de personas.