Récord histórico de gobernadoras (siete); paridad de género es impostergable: INE

Los partidos acatan el mandato constitucional y los criterios fijados por el árbitro electoral; este año postularán el mismo número de candidatos hombres y mujeres en seis estados. El Congreso local, de mayoría priista, cambia la constitución para posponer la igualdad y prolongar el patriarcado

Abran paso que ahí va (Abramo) Masso

Congreso de Juanitas prefieren a un gobernador

Diferir hasta 2029 la elección de una mujer para la gubernatura, como lo dispuso la aplanadora del PRI en el Congreso local, en medio de las fiestas navideñas, no solo es discriminatorio, también vulnera la paridad de género argüida en la reforma envuelta en la bandera de los derechos humanos. La norma, con el sello de la Academia Interamericana de Derechos Humanos, caciqueada por el magistrado priista Luis Efrén Ríos, libra de momento al partido gobernante de una eventual derrota en 2023. Pero si el Instituto Nacional Electoral (INE) salvaguarda el principio de igualdad y el PRI postula en Estado de México a un hombre —como es lo más probable—, en Coahuila deberá nominar a una mujer, mas por ahora no cuenta con un perfil competitivo. La sucesión puede estar cantada, pero aún no está escrita.

La reforma tiene dedicatoria para Manolo Jiménez Salinas, exalcalde de Saltillo y flamante secretario de Desarrollo Social, cuyo protagonismo puede resultar enfadoso para el gobernador Miguel Riquelme, pues le resta atención. El mecanismo de paridad es acertado, dice Rodolfo Walss, coordinador del grupo parlamentario del PAN. Sin embargo —advierte—, la acción afirmativa, para ser eficaz, debe aplicarse en la elección del año próximo de acuerdo con el género del gobernador de turno, el mismo de todos sus predecesores.

«El INE no legisla, pero sí adopta medidas afirmativas que contribuyen a concretar en los hechos el mandato constitucional de una contienda electoral en condiciones de equidad, certeza, transparencia y legalidad».

Lorenzo Córdova, presidente del INE

Si la reforma tiene algo de «histórico» es su carácter misógino y retrógrado, pues va a contracorriente de una tendencia nacional para brindarle a la mujer desde ya acceso a los cargos de mayor responsabilidad política (gubernaturas, posiciones en el gabinete y en los órganos autónomos e incluso la presidencia de la república). Los criterios de paridad de género del INE en los 15 estados donde hubo elecciones para gobernador el año pasado obligaron a los partidos a «postular mujeres en al menos siete entidades».

El precepto para alcanzar la paridad sustantiva se deriva de la reforma federal en 2019, aprobada, precisamente, por una legislatura paritaria, argumenta el presidente del organismo, Lorenzo Córdova. «El INE no legisla, pero sí adopta medidas afirmativas que contribuyen a concretar en los hechos el mandato constitucional de una contienda electoral en condiciones de equidad, certeza, transparencia y legalidad. Estamos dando un paso adelante para cumplir con una demanda social muy importante, la demanda de paridad y equidad», advierte. La norma es la misma para las elecciones de 2022 y 2023: los partidos deberán postular el mismo número de hombres que de mujeres. En Durango, el senador José Ramón Enríquez parecía tener la candidatura como en la bolsa, pero para cumplir con los criterios generales del INE, Morena se decantó al final por Marina Vitela, alcaldesa de Gómez Palacio con licencia.

«La paridad (…) es un principio constitucional fundamental del Estado mexicano, (…) una de las piezas clave del sistema político (…); su ejercicio es inmediato y no puede postergarse por falta de regulación secundaria».

Carla Humphrey, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación (INE)

Las pautas del INE permitieron que el año pasado se eligieran seis gobernadoras, el mayor número en la historia del país; de otra manera, no habría sido posible. Ellas son: María Eugenia Campos, de Chihuahua (PAN); Marina del Pilar Ávila (Baja California), Layda Sansores (Campeche), Indira Vizcaíno (Colima), Evelyn Salgado (Guerrero) y Lorena Cuéllar (Tlaxcala), todas de Morena. Claudia Sheinbaum, del mismo partido, ocupa la jefatura de Gobierno de Ciudad de México desde hace cuatro años y es la aspirante presidencial con mayor intención de voto.

Entre 1953 —cuando las mujeres obtuvieron la ciudadanía plena— y 2018, solo siete mujeres han sido elegidas gobernadoras: Griselda Álvarez (Colima), Beatriz Paredes (Tlaxcala), Ivonne Ortega (Yucatán) y Claudia Pavlovich (Sonora), del PRI; Amalia García (Zacatecas), del PRD; y Martha Alonso (Puebla), del PAN, quien falleció en un accidente aéreo junto con su esposo y predecesor, Manuel Moreno, 10 días después de haber asumido el cargo. Dulce María Sauri (Yucatán) y Rosario Robles (Ciudad de México) sustituyeron a Víctor Manzanilla (PRI) y a Cuauhtémoc Cárdenas (PRD). La reforma estatal echa atrás las manecillas del reloj. Coahuila, ¿cuna de la democracia?

«El mejor camino es ejercer la facultad de atracción (del INE) y evidenciar los incumplimientos que existen por parte del Legislativo a nivel federal y local (…), contar con una reglamentación estatal es insuficiente».

Adriana Favela, consejera del INE y autora del libro Teoría y Práctica de las Nulidades Electorales

Gobernadores reticentes

Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas elegirán gobernador el 5 de junio próximo. Los partidos nacionales registrarán tres hombres y tres mujeres para «garantizar la postulación paritaria en las candidaturas», según el acuerdo del Instituto Nacional Electoral (INE), tomado el 6 de noviembre pasado. ¿Permitirá el árbitro electoral postergar la paridad de género en Coahuila hasta finales de la presente década como lo determinó el Congreso local, dominado por el PRI, bajo el noble argumento de «erradicar los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres en la vida política para el libre ejercicio de sus derechos político-electorales»? Si es tanto el interés, ¿por qué no anticipar para 2023 la elección de la primera gobernadora?

En acatamiento al mismo principio de igualdad, el año pasado los partidos postularon a siete mujeres en los 15 estados donde se eligió gobernador. Seis de ellas (todas de Morena) ganaron a los candidatos de la coalición Va por México compuesta por el PRI, PAN y PRD. Si la reforma autorizada por el Congreso de Coahuila valiera también para Hidalgo, Carolina Viggiano, esposa de Rubén Moreira, no podría ser candidata ahora, sino en 2028. ¿Lo aceptaría? Entonces ¿por qué las diputadas del PRI estatal votaron por tamaño despropósito?

Los partidos del frente irán juntos este año en Aguascalientes, Durango, Hidalgo y Tamaulipas; en Campeche y Oaxaca aún no se definen. En las primeras entidades, dos candidatos serán hombres y dos, mujeres. El PRI, PAN y PRD estrenaron esa fórmula el año pasado en 11 estados. En todos fueron arrasados por Morena y sus aliados (PT y Verde). La intención de voto favorece al movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, excepto en Aguascalientes.

La igualdad habría sido imposible de «(no haber) ocurrido dos cosas: la reforma legal de 2014 y segundo, una serie de acciones afirmativas que se adoptaron, la gran mayoría de ellas, en esta sede», dijo el presidente del INE, Lorenzo Córdova, en la sesión de noviembre donde se emitieron los criterios «para garantizar el principio de paridad de género en la postulación de candidaturas». Para la consejera Carla Humphrey, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación, «La paridad (…) es un principio constitucional fundamental del Estado mexicano, que se ha transformado en una de las piezas clave del sistema político; es además una de las principales expresiones de los derechos humanos de igualdad, dignidad y no discriminación, por lo que su ejercicio es inmediato y no puede postergarse por falta de regulación secundaria».

Si los derechos de igualdad, dignidad y no discriminación aún no son inmediatos, en parte se debe a la reticencia de los gobernadores, observa Humphrey, exdirectora de Asuntos Normativos de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda y exconsultora nacional de ONU Mujeres. «En cuatro entidades (donde este año habrá elecciones) el plazo para poder legislar ya se venció, en una más está próximo a vencerse y, en el caso de Hidalgo, si bien fue el único que efectuó la reforma, esta no ha sido promulgada, por lo que no se encuentra vigente». El Congreso de Coahuila cambió la Constitución, no para subsanar la discriminación histórica hacia las mujeres, sino para continuarla hasta 2029.

Para garantizar la paridad en las gubernaturas, «el mejor camino es ejercer la facultad de atracción (del INE) y evidenciar los incumplimientos que existen por parte del Legislativo a nivel federal y local, ya que el contar con una reglamentación estatal es insuficiente, al ser el Congreso de la Unión, desde una visión panorámica, quien tenga que regular este principio», subraya la consejera Adriana Favela, feminista y autora del libro Teoría y Práctica de las Nulidades Electorales.

Contexto histórico

La reforma constitucional sobre la igualdad de género en el poder ejecutivo y otros cargos exentos del tamiz de las urnas tiene aspectos positivos, pero el artículo transitorio séptimo vuelve engañosa la acción afirmativa con respecto a la gubernatura. «En los hechos (…) hace que la efectividad de la reforma se traslade hasta 2029, ya que (…) en su fracción II señala: “El género de la persona que tome posesión en el año 2023 condicionará el (…) de las postulaciones del proceso electoral posterior», acusa en su voto particular el coordinador del grupo parlamentario del PAN, Rodolfo Walss.

«Lo anterior —afirma— ignora el contexto histórico y la realidad actual que vive el estado de Coahuila, (donde) nunca ha habido una mujer que ocupe el cargo en cuestión (ni) ha estado siquiera cerca de ello». Por tanto, plantea rectificar la acción afirmativa para «señalar que el género de quien actualmente ocupa el cargo de gobernador del estado condiciona el género de las postulaciones en la siguiente elección». Es decir, que las candidaturas de 2023 sean femeninas, no mixtas ni para un varón como pretende la reforma a efectos de no exponer al PRI a una derrota si nomina a una mujer. Walss fundamenta así su voto negativo:

1. El transitorio séptimo fracción II ignora la realidad y (el) contexto histórico de Coahuila. (…) De un total de 34 candidaturas, solo cuatro han sido mujeres, lo que representa el 11.76% (…) en 40 años. En ningún proceso ha habido más de una mujer candidata; y en tres, ninguna. Quien mayor porcentaje de votos alcanzó fue del 14.4% (las demás no obtuvieron siquiera el 2%), pero como en ese proceso solo hubo dos candidatos, el contrincante hombre recibió «un aplastante 85% de los votos».

2. «Tomar en cuenta el contexto y la realidad histórica al momento de legislar en materia de paridad de género, no es optativo, sino obligatorio». Cita el caso SUP-RP-116/2020, según el cual “(…) las directrices particulares y las medidas adoptadas por las legislaturas locales para el desarrollo, en condiciones de paridad, de las elecciones de las autoridades de las entidades federativas, como son las gubernaturas, deben establecerse a partir de contextos históricos. (…) es en las legislaturas estatales donde constitucionalmente corresponde construir modelos que recojan el contexto político, social y cultural (…) y, en su caso, revertir los obstáculos y barreras que en cada entorno han impedido el ejercicio pleno de los derechos políticos electorales de las mujeres”.

3. «Se viola la regla de paridad establecida en la reforma a la Constitución general de 2019». El artículo transitorio tercero del artículo 41 reformado establece: “La observancia del principio de paridad de género (…) será aplicable a quienes tomen posesión de su encargo, a partir del proceso federal o local siguiente de la entrada en vigor del presente decreto, según corresponda. (…) claramente dispone que el punto de partida para cualquier regla de paridad debe ser la realidad existente en el año 2019. (…) si la regla de paridad planteada para Coahuila es la de género alternado, es claro que se debe partir del género de quien ocupa tal cargo (…), que este caso es un hombre.

4. «El falso argumento de la retroactividad». No puede ser retroactiva una norma que regula una elección que sucederá en 2023; que no pretende alterar el género de quien hoy gobierna ni que sean mujeres las candidatas en la siguiente elección, sin afectar el género de las postulaciones en procesos anteriores.

El resolutivo con propuesta de modificación de Walss al transitorio séptimo, fracción III, es que «El género de la persona que ocupa actualmente la gubernatura del estado, condiciona el género de las postulaciones del proceso electoral inmediato siguiente». La «Ley Manolo», pues, afronta ya su primer escollo. E4


Abran paso que ahí va (Abramo) Masso

Ayer bloqueado por Rubén Moreira y hoy eliminado por la «Ley Manolo», el exalcalde de Saltillo baraja la posibilidad de postularse para la gubernatura fuera del PRI

La reforma del Congreso para aplazar seis años la elección de una mujer que ocupe el despacho principal del Palacio Rosa —denominada «Ley Manolo» por su destinatario—, también discrimina a los hombres. Su aplicación abriría la caja de Pandora en un partido que ostenta el poder desde 1929 y cuya unidad depende del gobernador de turno, así como de una intrincada red de intereses y complicidades transexenales. De entrada, cierra las puertas de sucesiones futuras a cuadros con méritos y experiencia que se han preparado por décadas para ser gobernador (Jericó Abramo y Enrique Martínez, entre otros), pues tendrían que esperar hasta 2035 para ser candidatos.

El primero en entender el mensaje y reaccionar ha sido el diputado Jericó Abramo. En 2017 intentó ser candidato, pero el gobernador Rubén Moreira lo sacó de la carrera bajo amenazas. Entonces tenía dos salidas: disciplinarse o buscar la postulación por otro partido, lo cual habría dividido al PRI y ocasionado eventualmente su derrota. Decidió apostar su capital político por Miguel Riquelme, cuyo triunfo, por escasos 36 mil votos, se debió a la combinación de varios factores y no solo al voto de Saltillo. Un servicio más de Jericó al PRI consistió en aceptar la segunda posición de la fórmula senatorial encabezada por Verónica Martínez —sin trayectoria— en las elecciones de 2018. El PRI perdió con Morena. Martínez debe el escaño de primera minoría a Abramo, pues sin él como compañero en la boleta, Guillermo Anaya (PAN) ocuparía hoy su lugar.

Jericó permaneció en la banca hasta que Riquelme lo incorporó a su equipo como secretario de Vivienda y Ordenamiento Territorial. El año pasado era el aspirante a la presidencia de Saltillo con mayor intención, pero no el favorito del gobernador e incluso habría sido vetado por el alcalde Manolo Jiménez. Ahora es diputado federal por tercera ocasión. Pero si la reforma aprobada por el Congreso se emplea para allanarle a Jiménez el camino hacia la gubernatura, es poco probable que Abramo acepte sacrificarse de nuevo. En el contexto de la reforma que lo margina de las sucesiones de 2023 y 2029, seguir en el PRI ya no sería alternativa. Pero sí Morena o Movimiento Ciudadano, aunque el partido de Dante Delgado parece ya haberse alineado con el PRI.

Abramo confirmó su intención de participar en la carrera sucesoria. Sin referirse al beneficiario de la «Ley Manolo», marca diferencias entre una carrera meteórica y otra basada en el trabajo y la asiduidad. «El subir por la escalera te permite entender cada paso y tener lo que en política se necesita mucho: la paciencia, la voluntad, la humildad en la toma de decisiones y, sobre todo, la búsqueda de acuerdos», declaró a Ivonne Reyes (Reporte Índigo 10.12.21). El saltillense espera los tiempos, pero desde hoy pone las cartas sobre la mesa: «Tengo la preparación, es la tercera vez que soy diputado federal, he sido alcalde de Saltillo, regidor, presidente de mi partido. He subido por las escaleras, soy una persona a la que le gusta conciliar, sumar y multiplicar. Me gusta servir a la gente».

Jericó trasluce en la entrevista la posibilidad de ser candidato por otras siglas. ¿Por fin dará el paso? «Hoy he levantado la mano en mi partido para decir “yo aspiro” y quiero tener la oportunidad de ofrecer un proyecto que genere más beneficios para Coahuila. Que genere finanzas públicas estables, que se mantenga en constante crecimiento, que se fortalezcan las cosas en pro de los ciudadanos». El PRI destapó la caja de Pandora. Cuidado. Dividido perderá las elecciones quienquiera que sea el ungido. E4


Congreso de Juanitas prefieren a un gobernador

La bancada del PRI, formada por ocho féminas y siete varones, cierra el paso para que una mujer pueda sustituir a Miguel Riquelme en 2023

¿De qué les sirve a las mujeres ser mayoría en la legislatura local si dan la espalda al género, siguen a pie juntillas las consignas de los hombres y no dejan de pegarse tiros en el pie? Coahuila tiene un Congreso de «Juanitas». Las diputadas ya no renuncian para cederle las sinecuras a sus suplentes varones, como hasta hace poco sucedía. Los cambios de 2011 al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) deshicieron el entuerto, pues forzaron a los partidos a integrar fórmulas del mismo sexo. Una segunda reforma, en 2014, rompió el círculo de la discriminación (mas no de la simulación ni del sometimiento en los estados) al elevar a rango constitucional la paridad de género en los congresos federal y locales y, por extensión, en las alcaldías y las gubernaturas.

Ocho de las 15 diputadas locales son del PRI, tres de Morena, dos del PAN, una de UDC y otra del Verde. Las priistas Eugenia Calderón, Esperanza Chapa, Guadalupe Oyervides, Olivia Martínez, Edna Dávalos, Luz Elena Morales, María Cepeda, Martha Loera y su adlátere Claudia Rodríguez (PVEM) cancelaron la posibilidad de que una mujer sea gobernadora en 2023. Votar por la modificación del artículo séptimo transitorio, fracción II, de la reforma constitucional aprobada el 17 de diciembre, pospone ese derecho hasta 2029. La medida descarta de la sucesión del año próximo a la senadora Verónica Martínez, pues por su nulo peso político perdería las elecciones, y asegura la candidatura de un hombre para reemplazar a Miguel Riquelme. Pero no la victoria.

Contra la reforma votaron Lizbeth Ogazón (incómoda para el poder e incluso para su bancada, debido a su pensamiento crítico, congruencia y compromiso con las mujeres), Laura Aguilar, Teresa Meraz (Morena), Lucila Valdés, Luz Virgil (PAN) y Tania Flores (UDC). Con el sufragio de los legisladores del PRI, entre ellos Álvaro Moreira, el benjamín del clan que mantiene a Coahuila atado a una deuda criminal, y los del PAN y Morena, la votación fue de 17 a favor y ocho en contra. Sin embargo, aún no es «palo dado». Acción Nacional promoverá un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para revertir la norma. El Instituto Nacional Electoral se pronunciará en noviembre, cuando emita los criterios que preserven el principio de paridad de género en las elecciones de gobernador de Coahuila y Estado de México.

Qué tiene, pues, de «histórico» un Congreso de mayoría femenina reacio a empujar una agenda en favor de las mujeres, como han acusado en marchas y plantones frente al Palacio de Gobierno, el Congreso y la Presidencia Municipal diferentes colectivos por la incuria de los poderes públicos para afrontar los feminicidios, la violencia de género y el acoso policiaco y judicial contra activistas de derechos humanos. Para más inri le niega a una de ellas el derecho de ser gobernadora en la próxima elección.

En los congresos impera la obsecuencia, al presidente, al gobernador, sin importar filiaciones partidistas. No se obedece a la soberanía (el pueblo), sino al soberano de turno. Las mismas diputadas que reformaron la Constitución del estado para franquearle el paso al candidato del PRI al Gobierno —sin la seguridad de ganar las elecciones de 2023— son las mismas que han bloqueado las demandas de la oposición para investigar la megadeuda y otros atropellos del moreirato como el saqueo al sistema de pensiones. «Juanitas» por propia voluntad, en vez de crecer se achican. La abyección es el peor camino para atraer votos. E4

Voto a favor

PRI

  • Eugenia Calderón
  • Esperanza Chapa
  • Guadalupe Oyervides
  • Olivia Martínez
  • Edna Dávalos
  • Luz Elena Morales
  • María Cepeda
  • Martha Loera

PVEM

  • Claudia Rodríguez

Voto en contra

Morena

  • Lizbeth Ogazón
  • Laura Aguilar
  • Teresa Meraz

PAN

  • Lucila Valdés
  • Luz Virgil

UDC

  • Tania Flores

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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