Con el término del periodo vacacional que contribuyó con un impase en materia política, nos proponemos continuar en la carrera que nos concierne a los coahuilenses, particularmente a los saltillenses, pues estamos pisando las últimas semanas de trabajo del alcalde que esperemos cierre su administración como ahora mismo va, de manera que su camino siga despejado para su futuro político, pues recordemos que la vigencia en política es básica a la hora de las definiciones, y si a eso le agregamos calificaciones de aceptación general cuando se ha realizado un trabajo que haya derivado en beneficios para la ciudadanía, constituye puntos a favor para seguir escalando.
Algunos de los alcaldes priistas del Estado terminarán con claroscuros solo porque el tiempo de su mandato fenecerá, con todo y que reciben apoyos en obras de infraestructura por parte del gobernador, pues siendo del mismo partido, obvio, habría que ir en su auxilio, aunque se supone que los apoyos se dan, sean o no del partido del Ejecutivo, aunque existen muchas formas de soportes.
Los de los otros partidos, los de oposición ni pintan, salvo algunos como el alcalde de Piedras Negras quién siempre ha sido un buen alcalde, pues fue el quien le dio una nueva fisonomía a su ciudad desde la primera vez que fue su presidente municipal.
De igual forma el alcalde de Torreón quien de nueva cuenta fue elegido por la ciudadanía y cuyo periodo fue fragmentado por un intento fallido para competir por una diputación federal del cual ya regresó, y otra vez ya se encuentra sentado en la alcaldía para completar su periodo y cuyo resultado se ve con cierta discreción, ya que no refleja un verdadero trabajo que haya dejado a la ciudadanía convencida de su actuación. Desgraciadamente, lo digo con todo respeto, desde tiempo atrás los alcaldes de esa ciudad junto con sus equipos de trabajo, y por qué no decirlo, algunas cámaras de la iniciativa privada, siempre se han encerrado en una ínsula que no aceptan, por un orgullo infundado, recomendaciones de nadie, maniobra por supuesto equivocada que los ha llevado a un eterno atolladero, pues ellos quieren ser autosuficientes en todos los sentidos, en lugar de que todos unidos, autoridades y ciudadanía como un solo hombre trabajen por su ciudad incluyendo apoyos y recomendaciones de otras instancias gubernamentales sean de donde sean, de lo contrario seguirán otros muchos años más como hasta ahora.
Hoy en día las sociedades modernas demandan que las autoridades cumplan cabalmente con sus atribuciones legales, como ellas lo hacen como contribuyentes, por eso cada vez más exigen candidatos con honorabilidad pecuniaria, con honestidad patrimonial, candidatos que al término de su gestión den resultados y sobre todo resultados positivos en cuando a dinero se refiere, pues la gente ya no quiere que inicien como candidatos y salgan como adinerados y en muchos casos sin necesidades de buscar trabajo para subsistir, y lo peor que caigan en una impunidad que la pasean sin recato alguno y sin vergüenza.
Esperemos que los alcaldes que fueron votados este pasado junio sean realmente servidores de las ciudades para los que fueron elegidos y cumplan, en el sentido estricto de la palabra, con su trabajo de velar por la ciudadanía mediante programas que favorezcan a los pobladores, y no solo que les representen activos políticos a ellos, pues si los actos de gobierno que se elaboren lo hacen en cumplimiento al Plan Municipal de Desarrollo, traerán por añadidura esos activos que les son necesarios para continuar con su carrera política.
Iremos calificando el trabajo de los nuevos alcaldes que fueron propuestos por los diferentes partidos políticos, que junto con los del partido en el poder con cuya selección fue necesario contar con el visto bueno del gobernador, de manera que su labor sea evaluada muy de cerca, nada más que si realizan un trabajo mediocre, la responsabilidad será compartida.
Se lo digo en serio.