Reducción de la pobreza y rezagos en salud y educación, dos caras de la misma moneda

Si bien el fracaso del Insabi y del modelo de clases en línea durante la emergencia sanitaria aumentaron las carencias sanitarias y educativas de la población, la reducción de 8.8 millones de pobres en tres años es un escenario que no se había presentado en décadas

COVID-19 y deuda externa disparan la desigualdad: NU

El análisis de la pobreza y desigualdad en México tiene dos ópticas. Sin embargo, nadie puede negar que el fracaso que algunos suponían al entrar Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia de México e impulsar su llamada economía moral no es del todo un fracaso.

Se han dado tropiezos evidentes en programas y proyectos, como es el caso del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y hoy la polémica sobre los libros de texto gratuitos, pero la planeación a largo plazo de la economía deja ver que existen resultados claros en términos de reducción de la pobreza y hay una importante área de oportunidad en el manejo de las políticas públicas.

El Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval) presentó las estimaciones de pobreza multidimensional de 2022, las cuales muestran una reducción significativa de la población en pobreza, al pasar de 43.9% en 2020 a 36.3% en 2022. En términos de población, la pobreza se redujo en 8.8 millones de personas.

Por su parte, la pobreza extrema descendió de 8.5% a 7.1%, lo que se traduce en 1.7 millones de mexicanos extraídos de esa condición. Las personas se encuentran en situación de pobreza extrema cuando tienen tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social, y además se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo.

La medición multidimensional de la pobreza en México tiene un enfoque de derechos sociales y es parte de varias herramientas utilizadas por el Coneval que son útiles para coadyuvar en el diseño de mejores políticas públicas y decisiones tomadas por los Gobiernos.

El Coneval utiliza la información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (ENIGH 2022), llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que permite conocer las condiciones de pobreza en el país. También determina la situación en la que se encuentra la población en los ámbitos de bienestar económico mediante la medición de la población con ingreso inferior a las líneas de pobreza y de pobreza extrema por ingresos.

Por otro lado, también se comparan los seis indicadores de carencias sociales que son: rezago educativo y las carencias por acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, por la calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda y a la alimentación nutritiva y de calidad.

Con respecto a los avances de las estimaciones de pobreza multidimensional, el Coneval indica que la población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos disminuyó 5.2%, al pasar de 17.2% en 2020 a 12.1% en 2022, es decir, 6.3 millones de mexicanos menos en esta condición.

La población con ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos pasó del 52.8% al 43.5% en el mismo periodo, un descenso de 9.2%, que se traduce en 10.8 millones de mexicanos menos que vieron avanzar su bienestar económico.

En cuanto a los indicadores de carencias en el mismo periodo, la falta acceso a la seguridad social se ubicó en el 50.2% de la población (una baja del 1.9%); la de calidad y espacios, en el 9.1% (reducción de 0.3%) y la de acceso a los servicios básicos en la vivienda, en el 17.8% (reducción de 0.1%). La carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad mostró la mayor reducción, al bajar de 22.5% a 18.2% de la población, lo que implica que el año pasado 5.1 millones de mexicanos dejaron de tener esa carencia.

Causas y consecuencias

La mejoría en los indicadores de pobreza son resultado del aumento en el salario mínimo y de la creación de empleos formales, reflejo de la recuperación económica después de la pandemia. Pero también los programas sociales impulsados por el Gobierno mexicano han tenido su efecto, pues de acuerdo con los datos de Coneval de 2022 se identificaron 11 mil 914 programas y acciones de desarrollo social que tienen un impacto en la lucha contra la pobreza en el país, de los cuales 121 son federales, mil 444 son estatales y 10 mil 349 municipales.

Por el lado del Gobierno federal se reconocen tres acciones de alimentación, 13 de bienestar económico, 42 de educación, 9 de medio ambiente, 11 de no discriminación, 23 a favor de la salud, 8 de seguridad social, 10 de beneficio del trabajo y 6 de vivienda, que representaron una inversión de 1 billón 524 mil 773.6 millones de pesos en 2022.

Otro elemento que contribuye son los proyectos emblemáticos de infraestructura que el Gobierno desarrolla en el sur-sureste de México. El Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Tren Interoceánico crean un efecto positivo en regiones del país que históricamente cuentan con los niveles más altos de población en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

Entre 2018 y 2022, Campeche redujo el porcentaje de población en pobreza un 3.8%; Chiapas, 10.6%; Guerrero, 7.5%; Oaxaca, 5.9%; Quintana Roo, 3.2%; y Yucatán, 5.3%.

Sin embargo, también se presentaron datos negativos en las carencias sociales de rezago educativo y por acceso a los servicios de salud. Mientras la educación tuvo un retroceso de 0.2%, ahora representa al 19.4% de la población, la carencia por acceso a los servicios de salud pasó del 28.2% al 39.1%, una caída de 10.9%, lo cual significa que 14.7 millones de mexicanos más no cuenten con servicios de salud.

Si bien es cierto que hay una reducción de la pobreza en México, de acuerdo a las cifras de Coneval, y que por supuesto es una buena noticia hablar de que en el país más de cinco millones de personas salieran de la pobreza (51.9 millones de personas en pobreza en 2018 y 46.8 en 2022), sobre todo pensando en que estos datos se presentan justo después de una de las mayores crisis sociales en la historia moderna del mundo que fue la pandemia de COVID-19 (aun en 2021 y 2022 se seguían padeciendo problemas por esta causa), es evidente que la emergencia sanitaria mostró la debilidad de la infraestructura de salud, así como la fragilidad económica de las familias y de la educación.

El fracaso del Insabi

Según las estimaciones de pobreza multidimensional de 2022 del Coneval, la carencia por acceso a servicios de salud creció de manera muy importante entre 2018 y 2022, pues las cifras pasaron del 16.2% al 39.1%, un incremento de 23 puntos porcentuales, como resultado, sin duda alguna, de la fallida transición del Seguro Popular al Insabi, justo en medio de la pandemia. Un fracaso que el mismo Gobierno reconoció a tal grado que hoy la apuesta está en el IMSS Bienestar. El nuevo programa buscará proveer salud a los mexicanos que no tienen servicios de IMSS, ISSSTE u algún otro.

Es importante destacar que al eliminar el Seguro Popular no desaparecen los hospitales, los médicos o las enfermeras, al contrario durante el confinamiento la infraestructura en salud tuvo una inversión significativa.

El Insabi no pudo informar adecuadamente cómo prestaría el servicio y atendería mejor a la población. Esta situación creó incertidumbre y dificultó la transición entre un sistema y otro, de acuerdo al Coneval. El Consejo informó que el número de mexicanos con IMSS creció en un millón de personas aproximadamente; 300 mil más se sumaron al ISSSTE y 100 mil a los ISSSTE estatales. Pemex, Defensa y Marina aumentaron la cobertura en la misma cantidad, al igual que la población con seguridad privada.

A diferencia de estos datos, el Insabi contaba en 2022 con sólo el 13.1% de la población, cuando el Seguro Popular para 2016 contabilizaba al 45.2%. Si el IMSS Bienestar tiene éxito se demostrará que el aumento en las carencias de acceso a salud fue de tipo administrativo o de eficiencia; por el contrario, si fracasa, quedará de manifiesto que el actual Gobierno no tuvo la capacidad de mejorar la condición de salud de la comunidad.

Por su parte, la educación fue sin duda una de las áreas sociales más afectadas durante la pandemia. A diferencia de las otras carencias que hacen referencia a bienes materiales, esta condición humana no se recupera tan fácilmente.

Basta con reconocer que durante la pandemia millones de familias mexicanas tuvieron a sus hijos en casa tomando clases, la mayoría en hogares sin la tecnología apropiada para proveer a sus niños con un gadget, un móvil o una computadora (para turnar a sus dos o hasta tres hijos al tomar las lecciones del día). Esto evidencia un gran reto postCOVID en México. Además, millones de adultos que tomaban clases en aulas para aprender a leer y escribir, dejaron de hacerlo en los tres últimos años.

Es claro que los dos puntos críticos en términos de Educación (polémica de los libros de texto gratuitos) y Salud (fracaso del Insabi) forman parte de una mala estrategia de comunicación y de implementación, lo cual se puede corregir. Sin embargo, el gran número que nadie puede combatir es la baja en la reducción de la pobreza, escenario que no se había presentado por mucho tiempo. E4

Avances en los estados del sur

  • Campeche 3.8%
  • Chiapas 10.6%
  • Guerrero 7.5%
  • Oaxaca 5.9%
  • Quintana Roo 3.2%
  • Yucatán 5.3%

COVID-19 y deuda externa disparan la desigualdad: NU

El mundo sumó 165 millones de personas en pobreza entre 2020 y 2023. El sistema financiero es obsoleto y refleja las dinámicas coloniales de la época en que se creó: Guterres

Redacción

Pese a que en los últimos 15 años, 25 países han logrado reducir a la mitad los valores del Índice de Pobreza Multidimensional Global del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés), la pobreza no deja de aumentar en el mundo.

Naciones Unidas (NU) señala que entre 2000 y 2022, países como Camboya, China, el Congo, Honduras, India, Indonesia, Marruecos, Serbia, y Vietnam lograron reducir a la mitad la pobreza multidimensional, lo cual es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030. Destaca el caso de India, que sacó de la pobreza a 415 millones de personas en los últimos casos, seguida de China (69 millones en el periodo 2010-2014) e Indonesia (8 millones en 2012-2017).

«Hay un costo humano de la inacción en relación con la reestructuración de la deuda soberana de los países en desarrollo. Necesitamos nuevos mecanismos para anticipar y absorber los impactos y para que la arquitectura financiera funcione para los más vulnerables».

Achim Steiner, director del PNUD

Sin embargo, advierte que aún se desconoce el impacto real de la pandemia en los índices de pobreza. «A pesar de estas tendencias tan positivas, la ausencia de datos posteriores a la pandemia en la mayoría de los 110 países del IPM global limita nuestras posibilidades de comprender de manera más precisa las consecuencias que la pandemia ha tenido sobre la pobreza», señala el PNUD (11.07.23)

El Programa de las Naciones Unidas proyecta que en México, Madagascar, Camboya, Perú, y Nigeria «es posible que la tendencia de reducción se haya mantenido durante la pandemia».

Según la actualización de 2023, 1,100 millones de personas viven en situación de pobreza multidimensional extrema en 110 países. Aproximadamente, cinco de cada seis personas en situación de pobreza residen en África Subsahariana (534 millones) y en Asia Meridional (389 millones).

En los últimos tres años, según los datos recopilados por el PNUD desde 2020, el mundo ha sumado 165 millones de pobres, que en su mayoría atribuye a la pandemia y al ahorcamiento financiero por los pagos de la deuda en los países en desarrollo.

Para invertir esta tendencia, Naciones Unidas hace un llamado a hacer «una pausa» en los pagos. «Los países que han podido invertir en medidas de protección en los últimos años impidieron que muchas personas cayeran en la pobreza (…) (pero) en los países muy endeudados, hay una correlación entre altos niveles de deuda, gastos sociales insuficientes y un aumento alarmante de las tasas de pobreza», dijo Achim Steiner, director del PNUD, en un comunicado (14.07.23).

Según otro informe NU, unas 3 mil 300 millones de personas, más de la mitad de la población mundial, viven en países que gastan más en el pago de los intereses de la deuda que en educación o salud, por lo que estima que «la solución no está fuera del alcance del sistema multilateral».

De acuerdo con las proyecciones del informe, el costo de librar a los 165 millones de nuevos pobres de esa condición, rondaría los 14 mil 000 millones de dólares. El monto representa apenas un 0.009% del PIB mundial de 2022 y menos del 4% del servicio de la deuda de los países en desarrollo.

Y si se suman las pérdidas de ingresos de personas que ya estaban bajo el umbral de pobreza antes de las recientes crisis, el coste de la recuperación sería de 107 mil millones de dólares (0.065% del PIB y un 25% del servicio de la deuda).

«Hay un costo humano de la inacción en relación con la reestructuración de la deuda soberana de los países en desarrollo. Necesitamos nuevos mecanismos para anticipar y absorber los impactos y para que la arquitectura financiera funcione para los más vulnerables», advierte Achim Steiner.

Por su parte, el secretario general de NU, Antonio Guterres, quien desde hace tiempo reclama una reforma de las instituciones financieras internacionales, llamó a acabar con un sistema «obsoleto que refleja las dinámicas coloniales de la época en que se creó». E4

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