Ricardo Mejía Berdeja… ¡Óoorale!

En esta columna es frecuente citar paradojas, principalmente las paradojas políticas siniestras, fatales y catastróficas como la que hoy consignamos porque se trata de vidas humanas arrebatadas por la alta criminalidad que azota al país, la cruel historia de sangre que hoy se escribe en México, la mutilación de cuerpos inclusive de niños perpetrada por una mafia que ya traspasó todo límite y es inaceptable sin llenarse de horror.

Y aunque este señalamiento provoque la ira de los «burbujos» reagrupados en una nueva pompa de jabón en torno de Ricardo Mejía Berdeja con afanes futuristas, hay que decir que es una criminal paradoja que el señor jefe de la policía de este país ande en campaña electoral por Coahuila mientras gran parte de México se ahoga en un baño de sangre por homicidios dolosos que ya superan los cometidos en los sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto.

Y conste que siempre ha sido fácil criticar el desempeño policiaco porque el primer contacto que la sociedad tiene con el Gobierno y el estado es la policía, y aquí en México sobran motivos para criticar a las policías y a la Guardia Nacional de López Obrador y también a las de entidades y municipios donde gobierna Morena, que son un completo desastre. El mejor ejemplo es Zacatecas, donde la Cuarta Transformación, al menos en seguridad, ha fracasado. Fresnillo, donde es alcalde Saúl Monreal, es el municipio más peligroso de México en ese estado gobernado por David Monreal y a donde el terror llegó con AMLO.

Y así está Sonora donde se ha incrementado el terror desde que Morena gobierna de la mano del exjefe de Mejía Berdeja, Alfonso Durazo, del que la gente de Sonora anhela que al menos tenga el talento policiaco del también sonorense Arturo «El Negro» Durazo, quien pese a la negra leyenda que nos cuenta Javier Coello Trejo en su Fiscal de hierro, era un excelente policía que con mano dura mantuvo por seis años el orden y la paz en el entonces Distrito Federal.

Y de verdad cómo hacen falta hoy policías como los descritos por el «Güero» Téllez en ¡Reportero de Policía! (1982): Valente Quintana, Jorge Udave, Rafael Rocha Cordero, Manuel Bahena Camargo y Jorge Obregón Lima. En el 2021 Javier Coello los vuelve a destacar en el Fiscal de hierro junto con Florentino Ventura y Miguel Nazar Haro.

Lo mismo dijo en 1815 Maurice de Talleyrand de un excelente policía: «El ministro de policía –diría Talleyrand mirando a José Fouché– es un hombre que se ocupa, en primer lugar, de todos los asuntos que le competen, y en segundo lugar, de todos los asuntos le competen». Así era y debe ser el compromiso de un buen policía con la seguridad del estado. Así es la seguridad en Coahuila y Saltillo con Miguel Ángel Riquelme Solís y José María Fraustro Siller, a todos nos consta porque vivimos en paz y con tranquilidad.

La prensa nacional ya condenó que un mal policía abandone su responsabilidad para pretender una posición política no acorde con su ínfimo desempeño. Mario Munguía, el popular «Matarili», ya estaría fustigando al «burbujo» Mejía Berdeja como solía hacerlo en el Ovaciones usando los adjetivos que disparaba contra malos chotas: «lacras, cínicos y ojetes… Óoorale!».

¿Cómo te atreves «burbujiento suspirante» a no medir tu loca ambición de trepar a gobernador si como vil jenízaro te han asesinado a más de 117 mil cristianos… ¡Óoorale!».

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