Saltillenses atrapados en el caos vehicular

Se cambió la bicicleta por el vehículo y apareció el monstruo de 100 cabezas

Hasta la década de los 90 con vialidades angostas y sin puentes vehiculares, Saltillo no presentaba problemas de tráfico, la población era de 450 mil habitantes y un padrón que apenas superaba los 100 mil autos.

Se podía conducir sin prisa, sin estrés, a velocidad moderada y el número de accidentes era mínimo.

En aquellas décadas cientos de trabajadores se desplazaban en bicicleta a su centro laboral y la ciudad fue llamada por los regios «pueblo bicicletero».

A partir de esa década se desencadenó la revolución industrial en Saltillo. Para 2024, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población creció a un millón 31 mil 799 habitantes. Se duplicó en tan solo 34 años y el número de vehículos se elevó drásticamente.

El administrador fiscal general, Ernesto Prado, informó que en Saltillo hay en promedio 1.5 vehículos por familia.

«En los años 90 el total de vehículos apenas rebasaba los 100 mil y en 2024 el padrón vehicular es superior a las 400 mil unidades, sin contar el transporte urbano, los taxis, ni transporte de personal».

«Entonces en Saltillo el número de automotores locales supera los 450 mil».

Patricia Jiménez vive en el sur de Saltillo. Para dejar a su hijo en la Universidad Autónoma del Noreste (UANE), donde cursa la preparatoria, se levanta a las 4:30 de la mañana para evitar el congestionamiento del periférico Luis Echeverría Álvarez.

«Para poder llegar a tiempo me levanto de madrugada, nos bañamos, desayunamos y a lidiar con el tráfico kilométrico que se forma sobre el periférico».

«Entra a las ocho de la mañana y salimos, mínimo con dos horas de anticipación, porque nos ha sucedido que nos topamos con un accidente y el tráfico se vuelve un caos, la gente se desespera y el entorno vial se convierte en una locura».

Marco Polo Polo Hernández, experto en movilidad, asegura que el problema del tráfico vehicular en Saltillo no se resolverá ampliando vialidades, ni construyendo más puentes.

«La solución está en mejorar el sistema del transporte público para que la población lo use, que existan rutas troncales bien diseñadas, volver a fomentar el uso de la bicicleta porque es una tendencia mundial, darle forma al proyecto del tren ligero e instrumentar el programa hoy no circula», advierte.

La capacidad de soporte vehicular del distribuidor vial, de los puentes vehiculares, de los bulevares y calzadas están rebasadas hace más de cinco años y en el horizonte no se observa una solución a este grave problema.

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