Se entregó a La Laguna como si allí hubiera nacido y, hasta el día de su muerte, el pasado 16 de julio, el obispo emérito de Torreón, José Guadalupe Galván, se preocupó siempre por el bienestar de su gente.
Fue ordenado sacerdote en 1965 y durante 57 años ostentó este oficio, mientras que por otros 28 años se desempeñó como obispo de Torreón. En agosto de 2016, tras haber cumplido 75 años, le presentó su renuncia al papa Francisco.
De carácter sencillo y costumbres austeras, se destacó por su amor e interés hacia las tradiciones comunitarias. Razón por la cual gustaba asistir a misas y procesiones en los ejidos.
Seguidor incondicional del Santos Laguna, en diciembre de 2014 le regaló al papa Francisco una camiseta de los guerreros. Gesto que conmovió al argentino, también aficionado al futbol.
Al momento de su muerte llevaba nueve días internado por problemas del corazón. Fallece con 81 años de edad.
Que en paz descanse. E4