Un impulso empieza para Coahuila

Ahora mismo en Coahuila estamos dando testimonio del resultado que dio la pasada elección de gobernador y que como decisión tomó la inmensa mayoría de los electores como nunca se había visto en ninguna otra jornada electoral, y que atestiguamos con el inicio del mandato de Manolo Jiménez como gobernador constitucional del estado.

La prudencia en el camino debe asumirse sin perder la verticalidad, construyendo su fortaleza mediante el apoyo de una administración formada por una primera línea sumamente sólida, constituida por operadores poseedores de una capacidad técnica que sepan enfrentar las tareas que le sean demandadas. Es pertinente que el estado establezca la fuerza desde el primer día actuando con sano juicio con el fin de no dar paso a la arbitrariedad, pues el gobernador se encargará, además de dirigir las operaciones, de trazar la línea política de nuestra entidad, sobre todo en 2024 cuando se celebre la madre de todas las elecciones.

El puesto de gobernador proporciona responsabilidad pública, no solo es el vehículo en materia política e influencia que sea etiquetado como el número uno del estado con todo el poder, pues éste, el poder, constituye la derivación de la voluntad popular que pone su confianza en el Ejecutivo estatal para que vele por el beneficio de la ciudadanía, y si por alguna razón se excede, el pueblo puede lograr esa oscilación y dirigir sus miradas hacia otro lado, pues la soberanía reside en el pueblo.

Las vías que conducen el trabajo gubernamental, en unión con la población, deben comprender objetivos básicos, es decir, primordiales que al irse solucionando se van obteniendo los objetivos colaterales, ya que para resolver la misma problemática se debe trabajar juntos.

La percepción general basada en la realidad sobre el trabajo de Manolo Jiménez como alcalde de Saltillo reflejó un compromiso cumplido con resultados de beneficio social, y ahora en su empeño de seguir siempre para adelante seguro que redoblará ese esfuerzo para conducir al estado hacia horizontes que den calidad de vida a la población.

El Plan Estatal de Desarrollo es un documento que la Constitución de Coahuila obliga a que las líneas de actuación y los compromisos, ahí plasmados por parte de la administración estatal, sean considerados para darles solución a las demandas presentadas en las mesas de trabajo que se desarrollaron durante la campaña política del candidato a la gubernatura, por lo que la legalidad de ello exige que su aplicación sea exacta.

Como alcalde Manolo Jiménez dio muestras de experiencia y madurez política, pues supo construir una estructura calificada que respondió a sus requerimientos, priorizando la problemática de la ciudad atendida bajo un control que le redituó éxitos, pues esa actuación lo llevó a demostrar la certidumbre de ser un verdadero líder, no solo un jefe, el cual con el apoyo empático de la ciudadanía lo condujo a continuar la carrera política avanzando al siguiente nivel anclado a la coalición partidista PRI, PAN y PRD, con la seguridad de obtener el triunfo y replicar su estilo de gobernar ya como jefe del Ejecutivo del estado.

El peso propio que posee el ahora gobernador del estado fue aprovechado por su partido con el fin de que lo disputara en la contienda bajo los colores de la coalición a ese puesto con la absoluta seguridad de ganar, como así fue.

Iniciemos pues esta nueva etapa para el bien de Coahuila envueltos en la confianza de una atmósfera cuya transparencia proporcione motivos de claridad que sean impulsados por mentes positivas y con el sostén que la ciudadanía aporte. Sabemos cómo trabaja Manolo Jiménez, apoyémoslo cada quién desde su sitio. Enhorabuena.

Se lo digo en serio.

Autor invitado.

Deja un comentario