Una Casa de la Cultura para Torreón

Cardenche

De donde vengo no hay mar
sino una playa inmensa
donde el mar arde a solas
Una laguna
enterró su cuerpo
en el desierto, se hizo reptil, huizache
grieta.  (….)

Jorge Valdés Díaz Vélez

Cómo olvidar aquellos primeros hombres que iniciaron la revista Cauce. Sí, aquella legendaria República de las letras, que apareció en 1949, la que aglutinó a los hombres de Torreón y de la Comarca Lagunera para crear un oasis de cultura en nuestro desierto lagunero

Y antes de ellos, llegaron a estas tierras Manuel José Othón, que por cierto vivía en Lerdo y nos dejó su maravilloso poema «Idilio Salvaje». Salvador Novo vino a Torreón siendo niño y estudió en la Escuela Centenario. En sus memorias, nuestra ciudad aparece descrita con cariño, no así Pancho Villa y sus tropas que asesinaron a su tío el señor Espino. ¿Cómo olvidar a Pedro Garfias? que también estuvo un tiempo por estos lares.

El primer Consejo Cultural de Cauce estuvo integrado por Rafael del Río, el mentor de Enriqueta Ochoa, Juan Antonio Díaz Durán, Federico Elizondo Saucedo, Enrique Mesta, Felipe Sánchez de la Fuente y Salvador Vizcaíno, más tarde se fueron integrando otros miembros, entre ellos nuestro querido José León Robles de la Torre.

Magdalena Mondragón incursiona en las letras nacionales con su novela Yo como pobre. Enriqueta Ochoa será otra de nuestra glorias laguneras. El general Francisco L. Urquizo de San Pedro de las Colonias, entre otros.

«Contra viento y marea» los torreonenses hemos logrado avanzar en materia cultural. Se formaron talleres de poesía y narrativa en las Casas de la Cultura de Torreón y Gómez Palacio, al igual que de pintura, escultura, danza, música, teatro. En el taller literario de la Laguna dirigido por José de Jesús Sampedro se formaron Marco Antonio Jiménez , Francisco Amparán, Antonio Jáquez. No hay que olvidar el taller «Botella al mar» del maestro Saúl Rosales de donde, como espuma, aparecieron Gilberto Prado, Édgar Valencia, Pablo Arredondo, Enrique Lomas entre otros. Jorge Valdés Díaz Vélez es otro de nuestros grandes poetas, al igual que Miguel Ángel Morales Aguilar.

Esas primeras Casas de Cultura trajeron grandes beneficios a los habitantes de la comarca.

El 18 de marzo de 1973 se inauguró La Casa de la Cultura de Torreón que funcionó primero en una casona de la avenida Morelos hasta que fue construido el edificio en los terrenos del antiguo tajo del Coyote, hoy bulevar Constitución. Para el 2001 se atendían a 350 alumnos que pertenecían el 47% a la clase popular, el 27% clase media, 25 % clase media alta y 1% clase alta.

La Casa de la Cultura ocupaba un espacio de 4 mil metros cuadrados que fueron permutados por la casa de los Fernández Torres en la Colón, hoy mal llamada «Casa de Cantera» y por la Antigua estación de Ferrocarriles para hacer el Centro de Iniciación Artística Pilar Rioja (Cinart) que actualmente es el Instituto de Música.

Antes de la permuta se formó un grupo «Amigos de la Casa de la Cultura». En el 2002 se firmaron 30 mil cartas en contra del cierre de la Casa de la Cultura. Para febrero del 2002 la suerte ya estaba echada, la Casa de la Cultura de Torreón desaparecía, —por cierto el Archivo de los «Amigos de la Cultura» está en mi poder y será donado al Archivo de la Universidad Iberoamericana. El Padre David Hernández S.J. impulsor del movimiento me lo entregó y es justo que regrese a la Ibero—.

Se han inaugurado el Instituto de Música, la Escuela Danza Contemporánea, el Centro Cultural y deportivo la Jabonera. Se ha hecho mucho y falta mucho.

Sigue faltando una Casa de la Cultura para Torreón en donde se conjuguen todas las Bellas Artes, que sea un punto de encuentro de los torreonenses y laguneros para seguir aprendiendo diferentes áreas del conocimiento y quizá de ese semillero salgan grandes maestros y quizá uno que otro genio.

Que mejor espacio que la antigua Venustiano Carranza frente al Bosque Venustiano para la Casa de Cultura de Torreón. Imagínese usted a miles de niños, jóvenes y no tan jóvenes disfrutando del arte, la cultura, del Museo Regional y del Bosque. 

Sería un proyecto que beneficiaría a toda nuestra comunidad y además propongo que el puesto de director sea para una persona que tenga una solida educación cultural, conocimiento del pedagógico, conexiones con el mundo intelectual y trabajador. Basta de ensayos, de mediocridad y de cuotas de poder.

Esta petición es para nuestro próximo presidente de Torreón, Román Alberto Cepeda, y también para nuestro gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme. Estoy segura que la ciudadanía los apoyaría al cien por ciento.

Con este proyecto sus nombres pasarían a la historia y la ciudad recuperaría un centro de la artes que impulsaría el espíritu a través de la creación. E4

Colaboradora de Espacio 4.

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