Las primeras mariposas pasan
por la sombra intocada
que derrama el aire.
Un pilar de piedras
de negror abandonado
sostiene un cauce de aguas
que el sol de las montañas devoró.
Ramas de tierra transparente
se revuelven y estallan
en trozos mínimos cansados
como un lejano fuego.
Sobre el móvil camino
los viajeros tocan
sus cambiados rostros
con dedos de piel que se quiebra.
¿En qué punto central
de todas las tormentas
en qué víscera vacía
de las nubes del Norte
hubo un gesto
de vientres alargados ayuntándose?
…
¿En qué momento de un cielo
sin ninguna palabra
aquel frágil animal
empezó el exilio circular
que así ahora alrededor
del polvoriento viajero continúa?
Solamente el silencio
está aquí
posándose como un vibrante océano
en medio de los altos
bosques de este invierno.
Solamente las alas
viven y penetran
el mismo sitio de oxígeno
donde otras alas y otros nervios
desataron todos los incendios.
Solamente los abetos
fugándose hacia el rojo
las prímulas sutiles
las sabrosas azucenas
los helechos de raíz ensombrecida:
sólo sus húmedos olores
donde cada mariposa despliega
los labios agudísimos
que no cesan de beber.
Solamente una muchacha
parece estar aquí
sola en estas regiones
de antenas trituradas
y de impalpables cuerpos
que el polvo de los cerros maceró.
Solamente esta niña
que ahora camina dentro del regreso
viajera desde siempre
por los rumbos que terminan
y respiran en el mar.
(Fragmento)