Vera convoca al desarrollo social para hacer frente a la corrupción

El obispo emérito de Saltillo alerta sobre la necesidad de emitir un voto razonado, no deudor de regalías; enfatiza que solo el verdadero vínculo fraternal puede aunar voluntades

La megadeuda de Coahuila, la situación con el desabasto de agua en la región, nuestra responsabilidad política al momento de emitir un voto —en víspera de elecciones para gobernador en el estado— la corrupción que prima dentro de la clase política, las precarias condiciones… pero sobre todo la necesidad de unirnos como sociedad para combatir la impunidad y defender nuestros derechos, fueron algunos de los temas que el obispo emérito Raúl Vera compartió con sus feligreses durante la Reflexión del Séptimo Día del Novenario 2022.

«Queridas hermanas y queridos hermanos, esto es lo que quiere Nuestro Señor que aprendamos: A fijarnos en los pequeños, fijarnos en los últimos y, desde ahí, generar un desarrollo integral de toda la sociedad».

Raúl Vera, obispo emérito de Saltillo

Vera advirtió que ocupar cargos políticos se ha convertido en una de las formas de enriquecimiento ilícito más rápido en la actualidad y para demostrarlo puso como ejemplo el caso de la megadeuda de Coahuila, contraída durante la administración de Humberto Moreira. «Exactamente por eso estamos como estamos. El que cree que si llega a un puesto público puede robar y nadie se dará cuenta. Y aquí hemos tenido una muestra bien clara con un gobernador que todos los que estamos aquí lo conocimos. Que hizo un préstamo del que no ha dado cuenta nunca [y que el] estado de Coahuila paga en no sé, treinta o cuarenta años porque lo único que se está pagando son los intereses. Y ese señor agarró todo ese dinero. Y sí es probable porque fue presidente del partido dominante durante tantos años a nivel nacional y aquí nosotros, los coahuilenses, pagamos las campañas de algún estado y a lo mejor hasta la presidencia de la república», comentó.

Aprovechó la ocasión para rescatar las palabras del papa Francisco que exige mayor cercanía de la Iglesia a su gente, que su espiritualidad se vea reflejada en la labor diaria en las calles y en las comunidades más pobres, apoyando a los migrantes, a quienes trabajan la tierra por un salario mísero, a los defensores de los derechos humanos.

«El compromiso de “caminar juntos”, la “sinodalidad” a la que nos convoca el Papa Francisco, tiene que abrir mentes y corazones a fin de que la Iglesia no termine caminando al margen de la sociedad, lejos de la humanidad a la que debe servir.

»Tenemos que abrirnos a los esfuerzos de quienes luchan por una migración más humana, de quienes buscan a sus seres queridos desaparecidos. Iglesia y creyentes no pueden ignorar a quienes “caminan” defendiendo la tierra, el agua y el medio ambiente, combatiendo la violencia contra las mujeres y afirmando el respeto a sus derechos; las personas vulnerables adquieren rostro en quienes son víctimas por su orientación sexual o su pobreza extrema y en quienes son usados en proyectos políticos con el solo afán de ejercer el poder. “Caminar con ellas y ellos”, como Jesús de Nazaret lo hizo con quienes vivían en las periferias de su tiempo, hará más creíble y verdadero nuestro compromiso “sinodal”».

El obispo emérito de Saltillo no pasó por alto la situación de desabasto de agua potable en el norte del país, que tiene a ciudades vecinas, como Monterrey, en una situación crítica. Sin embargo, llamó la atención sobre la responsabilidad de las grandes industrias que acaparan grandes cantidades del líquido para garantizar sus producciones y a las que nadie ha llamado la atención.

«Las sequías que tenemos nosotros, dicen los campesinos, no son sequías, son saqueos. El saqueo del agua [por] todo este camino de las industrias, de las industrias vitivinícolas que tenemos aquí en Coahuila. Es agua que le quitan a los campesinos. Estos hacen pozos de 50 metros o poquito más y llega el que tiene la concesión para hacer un viñedo y luego abren la fábrica de vinos y ponen un pozo de 600 metros. Todos los veneros que en la superficie tienen los campesinos, incluso el agua de los municipios, el agua para nuestra salud, el agua para el hogar, el agua para asear el cuerpo, el agua para cocinar, el agua para los animales, se va ahí…».

Abuso a mineros

A propósito del derrumbe de la mina en Sabinas, donde 10 trabajadores quedaron sepultados, Raúl Vera compartió sus experiencias personales para dejar en claro que el abuso contra los mineros es un fenómeno histórico en la región. A los magnates y las grandes empresas no les importa deshacerse de quienes le molestan —a veces familias enteras—, coludidos con políticos y autoridades, con tal de no ver mermar sus ganancias.

«A mí me tocó —cuando todavía tenía la zona carbonífera—, la lucha que tenían que hacer [las familias] para que no les invadieran las partes habitadas con las minas del carbón. Empezaban a resquebrajarse sus casas o esta salvajada que hicieron en Salaverna para una minera en la que el principal inversionista es un millonario de México, una minera en donde a este señor millonario le da a la policía zacatecana, incluso al ejército, para echar fuera a los habitantes que vivían en esa zona y que cultivaban la tierra. Para que un millonario, se haga todavía más rico. Y luego la declaración burlona del gobernador de ese estado, poniendo ahí las casas de interés social […] “miren nada más lo que esos campesinos desprecian y nos dicen de cosas”».

Y agrega, en relación a los nuevos sistemas de explotación del subsuelo: «Ahora las minas son a cielo abierto porque a la empresa minera le conviene, haciendo un baño ecológico espantoso. Esto no se puede perdonar, esto no se puede promover, esto no se puede ver nada más como un espectáculo».

Democracia y fraternidad

Con los comicios para la gubernatura de Coahuila a tiro de piedra, el obispo emérito hace un llamado a meditar bien el voto, conscientes de lo que representa actualmente la clase política en el estado. El ejercicio democrático en las urnas no debe tomarse a la ligera. La población, especialmente los más desfavorecidos, no deben dejarse embaucar por regalías baratas que algunos partidos o candidatos les ofrecen en forma de despensa o tarjetas monetarias.

«Ya les he hablado de que emitan su voto en las elecciones, emitan con madurez su voto. Ayer una feligresa me dijo: “Usted les habla solamente del dinero que reciben [los políticos], pero también hábleles de la despensa, también les dan despensa”… Pero también los embaucan con otras cosas. Hermanas y hermanos, nosotros los católicos cristianos no debemos [caer]. Es el futuro que estamos forjando y no solo el futuro en esta tierra, el futuro más allá de esta tierra», expresó antes de hacer notar que debemos estar enfocados en qué requiere la sociedad. «Hoy tenemos que leer con una amplia visión desde la generación de políticas públicas que les garanticen a todas las personas un mejor salario, que le garanticen a todas las personas alimentación digna, que les garanticen a todas las personas salud, y a todos sus hijos la educación, así tienen que leer este evangelio»

Para Vera resulta evidente que la única manera que existe para evitar la corrupción y las arbitrariedades de la clase política dominante es que la sociedad se organice en un frente común, pero vinculados por lazos de fraternidad. «Esto somos, esta propuesta que se nos hace, para una apertura a la fraternidad, y que nosotros esta fraternidad la vivamos, la promovamos dentro de la sociedad. ¿Qué significa la fraternidad? Sentirnos todos hermanos, colaboradores de la construcción de la tierra, colaboradores de la construcción de un país, de un estado, de un municipio en el que exista un sentido auténticamente y profundo de lo que es el ser humano, de lo que es la vida humana». E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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