Vicente Fernández: el ídolo, la leyenda, el rey

Hasta su fallecimiento, Chente fue y seguirá siendo el más reconocido cantante del mundo en su género. Su tremenda producción, su poderosa voz y música inolvidable, lo consolidan como la más fuerte influencia de los cantantes de música ranchera. Su longevidad, su dedicación sin fronteras a su arte y la devoción a sus seguidores, aseguran su permanencia como el favorito del pueblo

En el ámbito artístico, muchos consideran a Vicente «Chente» Fernández el «cuarto gallo» entre los cantantes de México reconocidos como los más grandes de todos los tiempos. Pero los otros tres murieron jóvenes —Jorge Negrete a los 42 en 1953, Pedro Infante a los 39 en 1957 y Javier Solís a los 35 en 1966—. Fernández falleció a los 81 años el 12 de diciembre pasado, en pleno día de la Virgen de Guadalupe.

Sin duda, el Charro de Huentitán se elevó hasta ganarse el ser llamado «El Ídolo de México». Su longeva carrera inició años antes, pero fue en 1976 cuando su hit mundial e himno ranchero «Volver, volver» lo posicionó como el más grande cantante ranchero de todos los tiempos.

Por más de 50 años, se mantuvo como el más grande cantante vivo de México, reuniendo un alcance vocal operístico, con una profunda comprensión de las raíces campiranas de la música ranchera. Su don para utilizar su voz para rogar, vituperar, exaltar y desnudar su alma no tiene comparación. En las docenas de películas mexicanas en las que ha sido estrella, con frecuencia hizo un papel que le quedaba a la perfección: el de orgulloso charro mexicano.

Fue también un escritor que logró una gran cantidad de éxitos. Grabó más de 100 álbumes, responsable por dar forma al crecimiento y desarrollo del género ranchero moderno. Su música, sus canciones y su voz en cientos de grabaciones, garantizan que Chente perdure como una fuente constante de orgullo mexicano, admiración e inspiración para la gente en todo el mundo. En más de 50 años superó los 65 millones de discos vendidos.

Raíz jalisciense

Vicente Fernández nació el 17 de febrero de 1940 en Huentitán el Alto, Jalisco. Hijo del ranchero Ramón Fernández y el ama de casa Paula Gómez de Fernández. Con tan sólo seis años empezó a soñar en una carrera como cantante. A los ocho años recibió una guitarra y rápidamente aprendió a tocarla y comenzó a estudiar música folclórica. En diversas entrevistas ha comentado que desde entonces soñaba con un futuro en el mundo del espectáculo. Narra que desde que tenía seis ó siete años, iba a ver las películas de Pedro Infante y le decía a su mamá: «Cuando yo crezca voy a ser como ellos».

A los 14 (1954) entró a un concurso de aficionados en Guadalajara, en el que ganó el primer lugar. Con esa seguridad empezó a tocar en restaurantes y bodas, para familiares y amigos. Fue conducido al éxito en forma temprana. A pesar de los obstáculos, su determinación lo condujo por una trayectoria que se convertiría en una historia de triunfo.

A principios de 1963, su madre, Paula Gómez de Fernández, muere de cáncer a los 47 años. Ese mismo año, el 27 de diciembre, se casa con María del Refugio «Cuquita» Abarca Villaseñor, su vecina de Guadalajara. Pronto la pareja tendría cuatro hijos: Vicente, Gerardo, Alejandro y Alejandra.

En el intento por hacer que su carrera avanzara, con 24 años, se unió con algunos de los mariachis más conocidos de México, como el Mariachi Amanecer de Pepe Mendoza, y el Mariachi de José Luis Aguilar, para seguir cantando en restaurantes. Por ese entonces actuaba regularmente en el programa de radio, de música de mariachi, «Amanecer Tapatío». Felipe Arriaga y otros influyentes amigos lo animaron a mudarse a la Ciudad de México.

A finales de 1965 comenzó a visitar discográficas. Siempre era rechazado. Eventualmente pudo meter un pie en la XEX, la estación número 1 de México, desde donde empezó a construir su fama.

Destino musical

En abril de 1966, Javier Solís, el cantante de bolero ranchero más popular en México en ese tiempo, murió de complicaciones de una operación en la vesícula. Eso provocó que las compañías que lo habían rechazado voltearan hacia Vicente Fernández y lo empezaran a llamar. Fue en 1966 cuando firmó con CBS México (hoy Sony Music) y grabó sus primeros hits: «Tu camino y el mío», «Perdóname» y «Cantina del barrio». Siguieron una serie de álbumes con ventas importantes, incluyendo «Soy de abajo», «Ni en defensa propia» y «Palabra de rey».

Luego extendió su trabajo hacia el cine, en 1971. Su primera producción fue Uno y medio contra el mundo. Tres años después, protagoniza su primer hit cinematográfico, La ley del monte. El disco de la música de esta película estalló en ventas.

A principios de los setenta, ya encumbrado y exitoso, produjo álbumes de altas ventas como «El ídolo de México», «El Rey», «El hijo del pueblo», «La ley del monte» y «Para recordar», con canciones que se convertirían en parte del repertorio de todos los mariachis.

Himnos rancheros

En 1976, el compositor Fernando Z. Maldonado compone una canción con una temática diferente, en donde describe a un hombre macho que acepta su culpabilidad en una relación sentimental. La canción impactó: «Volver, Volver» se convirtió en otro himno de la música ranchera. A finales de 1976, la canción rompió todos los récords de venta y se escuchaba en todos lados, en los carros, en todos los estéreos de las casas y en todas las rocolas, al mismo tiempo que cientos de grupos de México, Estados Unidos y Centro y Sudamérica grababan la canción. Para entonces Fernández era ya, sin discusión, el nuevo rey de la música ranchera. Esta canción lo convirtió en una estrella internacional y así aumentó su impresionante lista de éxitos.

A finales de los setenta ya ganaba preseas y premios con regularidad. En 1977 recibe en Brownsville, Texas la distinción de «Mister Amigo», que se concede año con año a un mexicano prominente.

Filmó con gran éxito la película El tahúr, en la cual debuta como director asistente. Ese mismo año, el álbum que lleva el mismo nombre se convierte en un hit, así como «De qué manera te olvido» y «Sentimental y ranchero» en 1980.

A principios de los 80, los medios de la música, en México, acuñaron su nuevo apodo: «El Ídolo de México». Con su éxito creciente, hace giras y grabaciones con regularidad. En el escenario le gusta repetir su dicho favorito: «Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar».

Fernández recibió muchas distinciones y «las llaves de la ciudad» en muchas partes, incluyendo San Antonio, Texas en 1982, de manos de Henry Cisneros.

En 1983 presenta su álbum «15 Grandes con el Número Uno». Una concurrencia sin precedente de más de 54 mil personas asiste a su concierto en la Plaza de Toros México, el 15 de septiembre de 1984. Ese mismo año lanza Dos corazones, álbum a dueto con Vikki Carr. Su exitoso disco Por tu maldito amor es lanzado en 1989.

Imparable

En su faceta de cantante es como los buenos vinos, que mejoran con el tiempo. De hecho, sus siguientes logros parecen más bien triunfos de un artista que inicia su carrera, y no de alguien con 50 años de trayectoria.

En 2006, después de tres años sin grabar, lanzó el disco La tragedia del vaquero, un álbum de estudio con 14 temas totalmente inéditos, una joya más para el repertorio del buen mariachi.

Ese mismo año —previo a 40 aniversario de carrera artística— Sony Music lanzó al mercado una colección especial de tres CDs titulada The Living Legend («La leyenda viviente»), con 35 de sus más grandes éxitos además de «Me quedan todas», tema inédito que logró colarse en las listas de popularidad tanto en México como en la Unión Americana. En su trayectoria, ventas y aplausos han ido siempre de la mano. La lista de producción es enorme.

Entre muchos otros, ganó numerosos reconocimientos, incluyendo el Grammy Latino (2008), Premios Lo Nuestro (2009), Premios Billboard (2009) y Cuatro Premios Oye (2008). Además, fue nominado en los Premios Juventud de Univisión del 2009.

Al final, el legado de Vicente Fernández en la música ranchera es su inmenso trabajo que deja un sin fin de éxitos memorables y un estilo propio que los cantantes de música ranchera aspirarán a emular. Fue un pionero fundamental y fuerza inspiradora en la historia del mariachi y las rancheras, que son el alma de México. E4

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