Quisiera contar algo que me pasó hace ya algunos años, lo cual inició cuando yo empecé a escribir textos para que se publicaran, ya sea en algún periódico o alguna revista, y así lo hice por el consejo de una amiga de Saltillo que trabajaba para el Gobierno del Estado de Coahuila. Ella me convenció de que lo hiciera. A partir de entonces me empezaron a pasar cosas increíbles, y es que yo comencé a sentirme diferente en muchos aspectos en mi vida. Al platicar con ella por teléfono me preguntó que cómo estaba y que cómo me sentía y yo contesté sin pensarlo que me sentía como si estuviera viviendo en otra dimensión muy diferente a la normal que todos vivimos. En ese tiempo, cuando dije eso, lo hice porque no encontré otras palabras que explicaran por qué yo me sentía diferente y mejor que antes, y esa palabra era la de otra dimensión. En ese tiempo yo no podía entender de que sí es posible que esto suceda.
Para poder entender esto diré que siempre me he considerado diferente a los demás en el sentido de no aceptar las cosas tal como suceden cotidianamente, en no aceptar la realidad tal como es aceptada por todos. Desde los años de mi adolescencia y juventud no me sentía satisfecho con las cosas que todos aceptaban como la realidad que todos tenemos que aceptar. Cuáles son esas cosas de la vida que todos aceptan como una vida normal: nacer, estudiar una profesión para conseguir un buen trabajo, casarse y tener una familia. Esta es una vida normal que todos aceptamos, pero resulta que yo no me sentía satisfecho dentro de mí mismo con esa realidad que todos aceptaban. Yo necesitaba algo más que eso para sentirme satisfecho, pero no sabía cómo encontrarlo.
Pero un día hallé la solución, y vino por sí sola, por mi propia actitud rebelde, el hecho de no conformarme con la simple realidad ya era una rebelión permanente en mí que me condujo a la respuesta que transformó mi vida. A partir de ese instante comprendí que existían más dimensiones en la realidad humana; y que existe un crecimiento interno y una evolución espiritual que es posible en cada ser humano y que es a través de ese crecimiento, que por cierto no lo enseñan en las escuelas, que se alcanza un estado de plenitud conocido por muy pocas personas.
Comprendí que mi constante búsqueda interior convirtió mi vida en algo más especial y más satisfactorio. Porque como una especie de premio, la vida misma me ponía ante una nueva dimensión interna, algo que se hallaba en mí mismo. Mi no conformismo con la simple realidad que me ofrecía la sociedad, mi rebeldía interna a la vez que mi pacto de cumplimiento y respeto para con los que no pensaban como yo, me habían conducido a un conocimiento fantástico.
Creo que para llegar a este punto es necesario e indispensable que uno empiece a hacer algo que realmente lo haga sentir satisfecho; o sea, me siento bien con lo que estoy haciendo independientemente de que con ese trabajo esté recibiendo un beneficio económico o material; lo hago porque me siento bien al hacerlo, y aparte de eso, el sentir de que lo que estoy haciendo le sea de algún beneficio o ayuda a otras personas, tratando de que los temas que escoja para que se publiquen sean interesantes o importantes para otras personas y que de alguna manera les sirva para su vida personal.
Por ejemplo, he publicado mucho sobre la dispersión de los judíos después de la destrucción de Jerusalén por los romanos y les seguía la pista hasta su llegada a Sefaradí, (España); pasaron por muchas persecuciones hasta el año de 1492, cuando se descubre América, embarcados con Cristóbal Colón en sus diferentes viajes a América, y muchos de ellos llegaron con Hernán Cortés a lo que hoy es México. Posteriormente, en 1580 llegaron 100 familias judías en el primer viaje de Luis Carvajal de la Cueva a lo que hoy es Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. Por medio de esas familias fueron fundadas ciudades como Monterrey, Saltillo y Monclova; muchos de nosotros somos descendientes de esas familias judías y nos podemos identificar por los apellidos que llevamos que son de origen sefardita (judíos españoles): Garza, Rodríguez, Valdez, Sánchez, Del Toro, De león, García que desciende de Garza, Ríos, Del Bosque, Torres, Hernández, Gutiérrez, González. Para mí es muy importante que la gente de Coahuila y de México, se den cuenta de que traen sangre judía y que por tanto están dentro de un pueblo muy especial para Dios. Porque dice una profecía de la Biblia: en los últimos días Dios recogerá a su pueblo de entre todas las naciones y parece ser que esos tiempos están muy cerca.
Quizás el que haya logrado que me publiquen estas textos en años pasados sea una de las razones de que me sienta satisfecho, o quizás sea como me dijo mi amiga de Saltillo, yo le digo que es una bruja, le digo jugando. Yo decía que debería estar con los del club de los 27, que representan a toda una generación de los 60-70 que estaban insatisfechos con la realidad material que nos tocó vivir, una realidad tan materializada que se hicieron a un lado los sentimientos buenos. Dándole preponderancia a la ambición al egoísmo y a los bienes materiales.
Todos sabemos que los del club de los 27 se refiere a personajes muy famosos de aquellos años que murieron a esa edad, de 27 años, y que muchos más al igual que ellos murieron porque todos sentíamos lo que ellos sintieron y hasta salió en esos años una canción del grupo The Rolling Stone que se llama: «No puedo estar satisfecho», tomada como una bandera por toda una generación que nos sentíamos insatisfechos con la realidad material de este mundo.
Voy a seguir con lo que me contestó mi amiga cuando le dije que yo debería estar en el club de los 27 porque sentí lo que ellos sintieron, pasé por lo que ellos pasaron y yo hice lo que ellos hicieron como una forma de callar la insatisfacción interior por la realidad material de aquellos tiempos. Ella me contestó como siempre con sus palabras sabias: «tú no estás con ellos porque tienes una misión que cumplir», por eso le digo que es una bruja, porque siempre le acierta a lo que dice. La primera vez que le dije que era una bruja, ella se quedó muy seria y no dijo nada hasta que le dije que no era una bruja mala, sino una brujita muy guapa y buena, o sea una bruja blanca.
A partir de entonces con todo lo que escribo siento que cumplo una misión.
Entre las cosas que siento al estar en esta nueva dimensión, están el que soy más seguro de mí mismo y de las cosas que hago; también que mi percepción del mundo y de las cosas aumentó y que mi intuición creció.
Quizás todas estas cosas estén dentro del crecimiento y evolución interna al que todos podemos llegar con un poco de preparación espiritual.
En lo referente a mí, he leído muchos libros desde que estaba en la secundaria, prepa y universidad, leí de todo, desde los clásicos de literatura universal, libros de divulgación científica, libros de filosofía y de ciencia en general. Nunca pensé que lo leído me fuera a ser útil algún día y aparte también el haber pasado por muchas experiencias y vivencias de todo tipo. Ahora me doy cuenta de que me ha servido de mucho en mi espíritu, ya que todo eso me hace ver las cosas de una manera diferente y relacionado con esto diré que la realidad material ahí está fuera de mí, lo que pasa es que ya no me afecta porque alguien me ayudó a ver las cosas de una manera diferente y es lo único que puede hacer: que nosotros veamos las cosas de una manera diferente es la energía de Dios que llena todo el universo y de que nosotros somos parte de esa energía, y es la energía del amor que todo lo cambia y todo lo transforma.
Y si alguien me pregunta cómo me afectaba la realidad de este mundo le contestaría que simple y sencillamente producía en mí mucho estrés, mucha depresión y ansiedad. Creo que la realidad social y política, las guerras, la violencia siguen provocando en la actualidad mucha ansiedad y que según algunos estudios se sabe que el 75% de las enfermedades físicas son de origen psicosomáticas. Un ejemplo de eso sería que las principales enfermedades actuales como son la diabetes, la hipertensión y colesterol, tienen que ver con lo psicológico y lo emocional. Los problemas, las preocupaciones y estrés afectan a las personas provocando estas enfermedades.